La biblia dice, en Jeremías 29:11, que Dios sabe los pensamientos que tiene acerca de nosotros, pensamientos de paz y no de mal, para darnos el fin que esperamos. Dios tiene planes de bien con nuestras vidas.
En la vida, pasamos por diferentes etapas de soñar y creer por cosas grandes. En la juventud, por causa de las energías, se tiene grandes visiones, grandes ideas, pero esto va disminuyendo, lamentablemente, por las experiencias en la vida y nuestras expectativas.
Otra etapa que experimentas como creyente es cuando aceptas al Señor como tu Salvador personal. Vas a la iglesia, comienzas a oír los pensamientos que Dios tiene acerca de ti, y te llenas de esperanza, de expectativas y sueños. Comienzas a aprender que, no importando las edades, Dios puede hacer cosas grandes contigo y a través de ti. Y lamentablemente, ocurre como cuando jóvenes, algunas experiencias como cristianos hacen que bajen las expectativas.
En las dos etapas es como un globo lleno de aire que se va vaciando, poco a poco, hasta quedar desinflado. Este globo, una vez se vacía, se nota que estuvo lleno de aire. Hay gente que vive con la idea de lo que pudo ser y el recuerdo de las circunstancias que lo impidieron. En otras palabras, muchos hablan de todo aquello que soñaban y anhelaban, pero recuerdan muy bien la experiencia o la situación que impidió la realización de tales sueños.
Una persona desinflada es aquella que vive sin darse cuenta que Dios tiene planes y expectativas para su vida. Lo grande de nuestro Dios Todopoderoso es que, si estás vivo, no importa la edad que tengas, las circunstancias que hayas vivido y que te sientas desinflado como un globo, Dios todavía tiene planes para ti.
No son los pensamientos de Dios los que cambian tu vida, sino que son los pensamientos que tú conoces que Dios tiene de ti los que cambian tu vida. Si tuvieras un familiar que falleció y te dejó una herencia, pero tú lo desconoces, esa herencia no llegaría a tus manos. Ahora, el día que llega a tu conciencia, a tu mente, que hay una herencia, aun sin tener el dinero, tu vida comienza a cambiar. Esto es un ejemplo en el mundo natural; cuanto más debe ser en el mundo espiritual, donde Dios dice que sus pensamientos son más grandes que nuestros pensamientos.
Tú no estás descartado para la grandeza. No tan solo Dios te quiere prosperar a ti, sino que quiere hacerlo para que puedas ser de bendición a otros. Dios te quiere transformar para que tu testimonio bendiga a todo el que te rodea.
Lo más seguro tú mismo te has descartado, pero Dios no te ha descartado. A lo mejor has cometido grandes errores y has fracasado muchas veces, pero Dios te dice hoy que, si aún tienes vida, no importa tu pasado, no importa cuán desinflado te sientas, no estás descartado, hay esperanza para tu vida.
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