«El Espíritu del Señor está sobre mí. Me ha ungido para proclamar buenas noticias a los pobres; me ha enviado a proclamar libertad a los cautivos, a dar vista a los ciegos, a poner en libertad a los oprimidos. Lucas 4:18
Al volver a su ciudad, Jesús entró en la sinagoga y, para asombro de todos los que estaban allí, leyó su descripción de trabajo, del libro de Isaías. Tal vez algunas personas en la congregación estaban confundidas por su afirmación de que fue enviado para pregonar libertad a los cautivos y poner en libertad a los oprimidos. ¿Quiénes eran esos cautivos? ¿Iba Él a tomar por asalto las prisiones? Jesús estaba hablando de cadenas espirituales, no físicas. Todos nacemos con una naturaleza pecaminosa, y todos estamos esclavizados al pecado hasta que las cadenas son rotas por la fe en el Salvador. Pero incluso después de la salvación, Cristo está librándonos de cosas que nos atrapan y que obstaculizan nuestra relación con Él. El Señor nos hace libre y una vez más nos confirma Su obra a través de esta palabra de Mary Lindow.
Yo vi un gran número de prisioneros siendo liberados de las cárceles. Entonces escuché al Señor decir: Yo estoy rompiendo las puertas de bronce y las barras de hierro. Muchos de Mi pueblo han estado encarcelados por los pecados, las iniquidades y maldiciones generacionales. Algunos literalmente por generaciones. Yo estoy liberando multitudes. La mayoría ni siquiera comprenden todo lo que les ha ocurrido. Pero Yo estoy levantando a los que han caminado a través de las pruebas de fuego para que reciban el entendimiento de cómo ser libres. Y ahora, por sus oraciones y decretos, muchos más serán liberados en esta hora.
Yo tengo un pueblo en la tierra que ha aprendido a través de las experiencias en la prisión. Ellos han aprendido a través de Mi Palabra, a través de la miseria, a través de la paciencia, y perseverancia para permanecer firmes en la fe en la niebla de decepciones, demoras y malas noticias. Y al igual que José salió de la cárcel para comparecer ante el Rey, Yo estoy liberando a todos aquellos que han pagado un alto precio. Así como José, ahora a través de ellos serán preservadas muchas vidas.
Ellos se convertirán en constructores del Reino, sembradores, reparadores y restauradores del avivamiento de los últimos tiempos: Predicadores del Reino, Maestros, evangelistas de los últimos tiempos y voces proféticas en la tierra.
Las llaves de Mi Reino les serán dadas a ellos para desbloquear los tesoros escondidos del cielo para la cosecha de almas de los últimos tiempos. A pesar que la oscuridad sigue cubriendo la tierra, mucha luz esta siendo liberada y muchos que de los que han estado en cautiverio por las cadenas de la opresión, las adicciones, las perversiones, los engaños, el temor y todo tipo de oscuridad, van a ser puestos en libertad. Ahora Yo estoy viniendo para poner multitud de cautivos en libertad. Lo he dicho y lo haré. Dice el Señor.
Otras bases de las escrituras: Isaías 45:2-3, Isaías 61:1, Génesis 41:9-46, Isaías 22:22, Mateo 16:19, Isaías 58:12, Jeremías 31:27-39
Son muchos los que viven en esclavitud sin darse cuenta. Saben que algo está mal, pero no pueden enderezar sus vidas. A pesar de todos sus esfuerzos por “mejorar”, siguen fracasando. Ningún prisionero tiene la llave para abrir la puerta de la celda; sin embargo, Jesucristo está parado fuera, llamando: “¡Confía en mí, y Yo te haré libre!”
OREMOS: Señor Jesús ME ARREPIENTO HOY de todos los pecados que he cometido o que cometieron mis antepasados, y que dieron lugar a una maldición en mi vida y en mi familia. Me arrepiento de toda desobediencia, y todo pecado en el que he estado involucrado. Te pido que me perdones y me limpies mediante la sangre de Jesús. Hoy rompo las maldiciones sobre mi y mi familia en el nombre de Jesús. Yo le hablo a nuestra sangre y le ordeno a todo demonio que tiene que salir, le hablo a nuestro ADN y le digo a toda iniquidad que esta trabajando en nuestra sangre tu tienes que salir. Señor en el nombre de Jesús, declaro una vez mas sobre mi y mis hijos y sobre los hijos de nuestros hijos que en este día maldiciones se rompen sobre nuestras vidas, adicciones se rompen sobre nuestras vidas, enfermedades se rompen sobre nuestras vidas, debilidades se rompen sobre nuestras vidas. Arráncalas de nosotros, remueve esas cosas de nuestro destino, nosotros nos liberamos en el nombre de Jesús y nos desatamos en la plenitud de nuestros destinos. Llamamos a avivar nuestros dones, llamamos a avivar los dones que nos has dado, declaro que esa unción se aviva. Me pongo de acuerdo con el destino que hay en el cielo y niego los propósitos del infierno y declaro que tenemos derechos de pactos, de bendición, bendición, bendición, bendición. En el nombre de Jesús.
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