viernes, 8 de julio de 2011

Quita la piedra de la duda y recibe tu milagro

Cuando Jesús llegó a la tumba de Lázaro, éste ya tenía cuatro días de estar sepultado, pero ese es el momento cuando Jesús iba a glorificarse levantando de los muertos a su amigo.

¡Piensa en ese momento tan espectacular! Entre la persona de Jesús y Lázaro estaba la piedra que tapaba el sepulcro. Jesús tenía todo el poder para deshacer esa pesada roca, pero le pidió a ellos que la quitasen ¿Por qué lo hizo? La piedra era el obstáculo para Él obrar en aquella ocasión.

Hoy en día “la piedra” que necesitas quitar para ver la Gloria de Dios en tus situaciones destruidas, muertas y sepultadas es la duda y la incredulidad.

Observa con mucha atención, cuando Marta, le dice al Señor que su hermano ya estaba en estado de descomposición; ella realmente le estaba confesando su duda e incredulidad interior. Por eso el Señor le responde: “¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios?” En ese momento, por la gracia del Espíritu Santo, Marta quitó de su vida “la piedra” de la duda e incredulidad y a continuación vino el milagro.

Cuando el tiempo pasa y nada cambia, tu fe puede comenzar a decrecer y puedes caer en un estado continúo de duda e incredulidad.

¡Ahora es el momento de que quites la piedra en tu vida que está estorbando e impidiendo el obrar de Dios! El mismo poder que levantó a Lázaro de los muertos, es el mismo que hoy puede hacer tu milagro, Jesús es el mismo de ayer, hoy y siempre. ¡Todo es posible para Dios!

¡Decide obedecer al Señor! ajustar tu mente, tus emociones, palabras y acciones a todo lo que conduzca a acrecentar tu fe. Prepara tu corazón para que Él obre poderosamente en tu vida; la duda no te sirve para recibir el milagro que estás esperando. Jesús dijo, en Mateo 21:21: “Les aseguro que si tienen fe y no dudan, no sólo harán lo que he hecho con la higuera, sino que podrán decirle a este monte: ‘¡Quítate de ahí y tírate al mar!’, y así se hará”.

Renuncia a todo espíritu de duda e incredulidad que te está asfixiando, pídele a Dios tu provisión diaria de fe para recibir tu milagro. Cree en Jesús y verás Su gloria ¡Cada día estás más cerca de tu milagro!

REMUEVE LA PIEDRA DE LA DUDA E INCREDULIDAD DE TU CORAZÓN ¡EL MILAGRO SUCEDERÁ!

Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra. (Santiago 1:6, RV60).

Jesús le dijo: ¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios? (Juan 11:40, RV60).

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