sábado, 9 de julio de 2011

Algo nuevo esta a punto de nacer

Cuando una mujer está dando a luz, sufre los dolores de parto en ese momento, pero una vez que nace el bebé la madre olvida todo el sufrimiento y se alegra grandemente porque ha traído un niño al mundo ¡Esos dolores de parto son la antesala de un gozo incomparable!

Este es el ejemplo que ocupó Jesús para consolar a sus discípulos. El momento de la crucifixión estaba por llegar y los discípulos estaban tristes por su Maestro. El Señor los consoló con la esperanza: “La mujer que está por dar a luz siente dolores porque ha llegado su momento, pero en cuanto nace la criatura se olvida de su angustia por la alegría de haber traído al mundo un nuevo ser” (Juan 16:21, NVI). Él les quizo decir: “Este dolor precede a un gran gozo; cuando me vean resucitado y triunfante se olvidarán de la tristeza de la cruz”.

A veces tu vida se vuelve más difícil, oras y no ves respuesta, experimentas dolor, decepción, la presión crece y va en aumento; te sientes abatida, ya estás al borde de la desesperación y el enemigo bombardea tu mente con mentiras diciéndote: “ya no tienes esperanza, todo está en tu contra”; pero ¡son los dolores de parto! la mayor dificultad es justo antes del nacimiento de un sueño, de un milagro.

Es posible que no te des cuenta que estás en un “trabajo de parto”. Estás a punto de dar a luz aquello que has estado esperando y por eso la lucha es tan difícil. Después de la tormenta viene la calma. Después del llanto, viene la alegría. David decía: “Por la noche durará el lloro y a la mañana vendrá la alegría” (Salmos 30:5). Sólo necesitas esforzarte por caminar una milla más, seguir orando, creyendo y confiando en Dios.

No desmayes ¡Sigue adelante! Detrás de ésta cruz viene una gran victoria, viene algo nuevo de Dios para ti ¡Muy pronto será dado a luz! y vendrán tiempos de alegría.

¡Algo nuevo está a punto de nacer en tu vida!…

¡EL MILAGRO ESTÁ MÁS CERCA DE LO QUE CREES!

La mujer que está por dar a luz siente dolores porque ha llegado su momento, pero en cuanto nace la criatura se olvida de su angustia por la alegría de haber traído al mundo un nuevo ser (Juan 16:21, NVI).

He aquí que yo hago cosa nueva; pronto saldrá a luz; ¿no la conoceréis? Otra vez abriré camino en el desierto, y ríos en la soledad (Isaías 43:19, RV60)

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