sábado, 9 de julio de 2011

Persiste sin desmayar

Hay una parábola en la que Jesús enseñó que es importante orar sin desmayar, Allí Cristo refleja, de manera vívida, a una viuda decidida que hizo entrar en razón a un juez injusto e impío.

Su objetivo fue enseñar paciencia y perseverancia en la oración “diciendo: Había en una ciudad un juez, que ni temía a Dios, ni respetaba a hombre. Había también en aquella ciudad una viuda, la cual venía a él, diciendo: Hazme justicia de mi adversario. Y él no quiso por algún tiempo; pero después de esto dijo dentro de sí: Aunque ni temo a Dios, ni tengo respeto a hombre, sin embargo, porque esta viuda me es molesta, le haré justicia, no sea que viniendo de continuo, me agote la paciencia.” (Lucas 18:2-5, RV60).

La Parábola tiene dos personajes:

UN JUEZ INJUSTO, que no representa a Dios, al contrario, Dios es Justo. Este juez no tiene ningún interés en hacerle justicia a esta pobre viuda. Cuando decide hacerlo, lo hace porque se siente fastidiado al verla llegar para pedir justicia.

El segundo personaje de esta historia es LA VIUDA, que en los tiempos bíblicos, las mujeres habiendo perdido a sus maridos, no tenían como sostener su hogar por falta de dinero. Las mujeres no tenían libertad de ir a buscar empleo. Ellas dependían de sus esposos para el sostén del hogar. El quedar viuda era sinónimo de pobreza, de hambre, de injusticias. Estaba claro que como no tenía recursos de ninguna clase, no podía esperar que tal juez le hiciera justicia.

Pero ésta viuda tenía un arma: la insistencia. A pesar de que a ella la habían estafado, no se hizo la víctima, ella activó su fe perseverante y le dijo al juez injusto: “hazme justicia”. El Juez no quería ayudarla pero al ver su insistencia y su constancia, dijo: “le haré justicia”.

¡Si la viuda hubiera puesto sus ojos en las circunstancias, hubiera sido vencida por el desánimo!

Tal vez has vivido muchas injusticias y las has tenido que enfrentar tú sola, eres una viuda espiritual, el enemigo te ha robado tu hogar, tu esposo, tus hijos, tus posesiones, tu salud, pero Dios quiere que te levantes, que actives tu fe, que persistas en la oración, porque ¡DIOS SÍ TE HARÁ JUSTICIA!

El cronómetro y el reloj de Dios no son iguales al tuyo, pero no significa que se ha olvidado de tus oraciones y peticiones. Sigue insistiendo y confiando, persevera en la oración.

Pueden venir ocasiones en las que pienses que Dios no te presta atención, que oras y oras, y los cielos parecen cerrados. No obstante debes orar siempre, en 1 Tesalonicenses 5:17, el apóstol Pablo dijo: “Orad sin cesar”. Que significa: estén siempre en comunión con Dios, tengan el corazón dirigido hacia Él, implórenle en secreto.

Cuando Dios no responde tu oración cuando lo deseas tienes la tendencia a desalentarte, a perder la esperanza, pero toda oración inspirada por el Espíritu Santo será respondida en el tiempo y en la forma del Señor.

Decide activar tu fe, como esta mujer, sé perseverante ante el Señor, y ¡le arrebatarás al enemigo lo que te ha robado!

¡NO DEJES DE INSISTIRLE A DIOS Y A SU TIEMPO LOGRARÁS TU MILAGRO!

«¿Y acaso Dios no hará justicia a sus escogidos, que claman a él día y noche?» —Lucas 18:7, RV60

«Orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos.» —Efesios 6:18, RV60

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