martes, 4 de enero de 2011

Cosas Comunes


Cuando Jesús entro en el templo encontró a los cambistas y a los que vendían bueyes, ovejas y palomas. Hizo un azote de juncos y los echó a todos. Este azote fue hecho de un material vulgar y común, sin embargo fue lo que Él utilizó para purificar el templo. En el corazón del Señor había un gran celo por lo que le pertenecía al padre, y al ver lo corrupto dentro de lo que debía ser la habitación de Dios, no pudo tolerarla y comenzó a purificar el templo.

Somos el templo de Dios; sin embargo muchas veces estamos llenos de cosas que no son para su agrado: iras, engaños, vicios, dinero, pasiones, orgullo, y tantas otras cosas, que nada tienen que ver con el Señor.

Él frecuentemente usa las cosas comunes y vulgares para purificarnos, a veces nuestra esposa o esposo, nuestros hijos, patrones, o empleados, discípulos o lideres. Todos de alguna manera hemos experimentado los azotes del Señor sobre nuestro templo para purificarlo... ¿O no recuerdas que Él dijo que "el Espíritu que ha puesto en nosotros nos anhela celosamente"? Ese celo trae sobre nosotros su purificación.

Cuando entramos en el crisol, solo hay una manera de salir de allí y es... purificado. Las circunstancias del día a día, las situaciones, parece que todo esta cabeza para abajo, la confusión invade nuestros pensamientos y las trampas que el diablo preparó, se convierten en la perfecta herramienta para nuestra purificación en las manos del Señor.

Cosas comunes y vulgares. Son los instrumentos que el Señor usa para perfeccionarnos en nuestros caminos. No mires los azotes, mira el celo por el amor, no sientas el dolor, siente el cariño y gran amor que tiene por ti para limpiarte. Sé que es doloroso, que no es fácil, pero es lo que necesitamos sin ninguna duda; quizás por eso la escritura nos dice que las pruebas traen sobre nosotros "un mayor peso de gloria", nadie cela lo que no ama, y piensa: si Él te ama, Él que es el creador y dueño de todo lo que se ve y lo que no se ve, te ama..., si Él dijo: "mío eres tú, Yo te he engendrado hoy..." y luego de limpiar susurra... "pídeme y te daré por herencia las naciones..."

A veces confundimos amor con complacencia pero el verdadero amor... nos cuida aun de nosotros mismos...


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