Gén. 22:5: ” Entonces dijo Abraham a sus siervos: esperad aquí con el asno,y yo y el muchacho iremos hasta allí y adoraremos y volveremos a vosotros”. Amigos-as, estas eran las palabras de Abraham hace siglos, cuando se dirigía a Moriah, al monte donde el Dios Eterno, su Amigo, le ordenó que fuera para ofrecerle en sacrificio…..nada más y nada menos que a su hijo Isaac, hijo de sus entrañas y el hijo esperado y prometido para Sara y para él por el Señor.
Palabras que demuestran su gran confianza en El, pues sabía que de alguna manera su amado Dios le supliría de un cordero para dicho sacrificio, y en verdad el y su hijo volverian junto al resto de la expedición. Y estaba seguro
completamente de ello. Pues había aprendido la lección, después de
anticiparse y no esperar por más tiempo, Sara y el, concibiendo a
Ismael, de su sierva Agar.
Estoy segura que siglos más tarde el rey Salomón, lleno de sabiduría y
de inteligencia, dada por Dios directamente desde el seno de su Trono,
escribió también inspirado en la vida de los patriarcas de Israél,
como Abraham, proverbios como este:
Prov. 3:5: “Fiaté de jehová de todo tu corazón y no te apoyes en tu
propia prudencia”
Y ahora que nos disponemos a comenzar un nuevo año, y que todos-as
tenemos la sensación de estrenar un tiempo nuevo, verdaderamante sea
así, un tiempo nuevo donde si nuestro Dios nos prueba, pidiéndonos
como a Abraham lo más precioso, se lo demos con plena confianza, y
mientras nos dirijamos hacia nuestro propio Moriah subiendo el monte,
vayamos diciéndole a nuestra alma: Fiaté de Jehova de todo corazón ,
no te apoyes en tu propia prudencia esta vez, alma mía, El no quiere
destruirte, el te ama, El es tu bien alma mía confía en El.
Espero que estas palabras puedan servir para subrayar en los apuntes
de su propia lección aprendida con Dios, algo tan importante como es
la confianza plena en El, y que en este nuevo año pueda disfrutar
mucho más de las bendiciones que ya le ha dado.
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