domingo, 11 de agosto de 2019

Promesa

En nuestros días hay patrones en las noticias mundiales que valen la pena destacar. Todos los meses y casi todas las semanas parece que hay un flujo constante de informes que mantienen a la nación de Israel regularmente en los titulares de las noticias. Desde el conflicto con los palestinos, las guerras de sus alrededores, las tensiones en Medio Oriente que, por lo general, son magnificadas por el Estado de Israel para que el resto del mundo siempre esté oyendo acerca de este país. Es bastante inusual ya que Israel es un país pequeño en términos geográficos, económicos y de población.
El hecho de que los acontecimientos en este pequeño Israel de hoy en día se hagan eco en todo el mundo debería llevarnos a considerar lo que inició la cadena de acontecimientos que ha llevado a esta peculiar situación. Para entender esto tenemos que ir a las primeras páginas del libro del Génesis en la Biblia, donde hace unos 4000 años, un individuo solitario y sin importancia partió en un viaje de campamento sin fin que dio lugar a que se convirtiera en un hombre renombrado en todo el mundo hoy en día. Eso es bastante notable, pero la comprensión de este cuento tiene implicaciones que van más allá de la causa y efecto del hecho histórico. El ‘Libro’ dice que el patrón de esta historia va a afectar el resultado de tu destino eterno y el mío. Si hubiera una remota posibilidad de que esto sea cierto, debimos, entonces, haber prestado atención.
Este antiguo hombre en cuestión es Abraham (también referido como Abram). El relato en la Biblia es tan antiguo que no hay mucha evidencia externa para refutar o confirmar los hechos. Pero sí existen algunas evidencias. Entre las 17.000 tablillas de Ebla descubiertas en 1975 – 1976 en el norte de Siria, fechados a 4200 años, se habla de Sodoma, Gomorra, Adma, Zeboim, y Zoar como «ciudades de la llanura», los mismos nombres y frases descriptivas utilizadas en Génesis 13: 2 y Génesis 14: 2 – que son los lugares donde Abraham hizo su ‘campamento’. Así que tenemos razones preliminares para tomar estos reportes seriamente.

La promesa a Abraham

El relato bíblico de Abraham comienza con Dios haciéndole las siguientes promesas:
»Haré de ti una nación grande, y te bendeciré;

haré famoso tu nombre, y serás una bendición.
3 Bendeciré a los que te bendigan y maldeciré a los que te maldigan;
¡por medio de ti serán bendecidas todas las familias de la tierra!» (Génesis 12: 2-3) NVI

 … cumpliendo que el nombre de Abraham sería Grande.

La mayoría de nosotros hoy en día se pregunta si hay un Dios y si realmente él se reveló a través de la Biblia o no. Y aquí tenemos ante nosotros esta promesa, que se puede verificar. Este relato muestra a Dios prometiendo directamente a Abraham que «hará famoso su nombre’. Nos encontramos en el siglo 21 y vemos que el nombre de Abraham / Abram es uno de los nombres históricos más reconocidos a nivel mundial. Esta promesa se ha hecho literal, histórica y verificablemente realidad. La copia más antigua del Génesis es la de los Rollos del Mar Muerto que datan del 200 al 100 A.C. Esto significa que esta promesa se ha puesto por escrito desde entonces. Sin embargo, en ese entonces la persona y el nombre de Abraham no eran muy conocidos, sólo la minoría de los judíos, que seguían la Torá, lo conocían. Así podemos ver que el cumplimiento se ha producido sólo después de que fue escrito, no antes. Este no es un caso de un «cumplimiento» realizado después del hecho.

… por medio de su gran nación

Lo que es igualmente sorprendente es que Abraham realmente no hizo nada digno de resaltar en su vida o el tipo de cosas que normalmente hace que el nombre de una persona sea «grande». No escribió nada extraordinario (como la Ilíada de Homero / la Odisea o el Código de Hammurabi), no gobernó un imperio (como los faraones de Egipto), él no condujo a un ejército con impresionantes campañas militares (como Aníbal o Alejandro Magno), tampoco inventó nada. No hizo nada excepto acampar y engendrar linajes. Si usted hubiera sido un hombre de apuestas viviendo en los días de Abraham, usted habría apostado por los reyes, generales, guerreros, o los poetas de la corte creyendo que ellos serían nombres grandes en la historia. Pero sus nombres están olvidados, mientras que el hombre que apenas logró tener algunos hijos en el desierto es un nombre muy conocido en todo el mundo. Su nombre es grande sólo porque la nación (es) que él engendró mantuvo su historia viva, y entonces los individuos y las naciones que vinieron de él se hicieron grandes. Esto es exactamente lo que se le prometió en Génesis 12 («Haré de ti una nación grande… haré famoso tu nombre»). No puedo pensar en nadie más en toda la historia que fuera tan grande tan sólo por los descendientes que dejó más que por los logros que realizó en su vida.

… a través de la voluntad del que hizo la Promesa.

Y hasta el día de hoy el grupo de personas que desciende de Abraham – los judíos – nunca fueron realmente la nación con la que típicamente se asocia a la grandeza. No construyeron grandes estructuras arquitectónicas como las pirámides de Egipto, no escribieron la filosofía como los griegos o administraron como los romanos – todo lo que hicieron fue hecho en el contexto de imperios de potencia mundial que extendían sus fronteras a través del extraordinario poder militar. La grandeza del pueblo judío es sobre todo debido a la Ley y el Libro en el que nacieron; debido a algunos notables individuos que vinieron de su nación; y de que han sobrevivido durante estos miles de años como un grupo de personas únicas y un tanto diferentes. Su grandeza no se debe realmente a lo que hicieron, sino más bien a lo que se les hizo a ellos y a través de ellos. Ahora mira a la Causa que iba a conducir esta promesa. Allí, en blanco y negro, se dice en varias ocasiones «Yo lo haré…» La única forma en que su grandeza ha jugado un papel preponderante en la historia encaja una vez más a través de esta notable declaración, que iba a ser Dios el que haría que esto sucediera en lugar de alguna habilidad innata, conquista o poder de esta «gran nación». La atención que todo el mundo hoy en día presta a las noticias sobre Israel es un ejemplo de ello. ¿Escuchas con regularidad noticias sobre Hungría, Noruega, Nueva Guinea, Bolivia o la República Centroafricana – todos estos son países de similar tamaño con Israel?
No hay nada innato en la historia o en los acontecimientos humanos que podría causar el desarrollo de esta antigua promesa exactamente como se la declaró a este antiguo hombre quien confió en que la promesa elegiría un ‘camino menos transitado’. Piense qué tan probable era que esta promesa fallara de alguna manera. Pero en vez de eso se desarrolló y continúa desarrollándose, a pesar de que fue declarada miles de años atrás. El hecho es que se basó en el único poder y autoridad del que hizo la Promesa y es precisamente por eso que ocurrió.

Bendiciones para nosotros

Pero esto no termina ahí ya que hay otra cosa prometida. La bendición no era sólo para Abraham, ya que también se dice que «todos los pueblos de la tierra serán benditos en ti» (es decir, por medio de Abraham). Esto debería hacer que usted y yo nos sentáramos y tomáramos nota. Porque tú y yo somos parte de ‘todos los pueblos de la tierra» – sin importar nuestra religión, nuestro origen étnico, el lugar donde vivimos, nuestra condición social, o el idioma que hablamos. ¡El alcance de la promesa de una bendición nos incluye a todos los que estamos vivos hoy en día! ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Qué clase de bendición? Esto no se dice de manera clara aquí, pero este es el nacimiento de algo que es importante para usted y para mí. Ya que sabemos que las primeras partes de esta promesa se han hecho realidad, podemos tener confianza en que esta última parte que está dirigida a nosotros también se hará realidad. Sólo necesitamos la llave para desbloquearla. Y encontramos la llave cuando continuamos el viaje de Abraham. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario