miércoles, 2 de diciembre de 2015

Reconciliate

Es un proceso que requiere trabajo y cuidado, pero el resultado lo justifica!
Vivimos una etapa de la historia de la humanidad en la que vemos a simple vista un grave deterioro en las familias de la tierra. Los matrimonios se rompen con extremada facilidad, muchas familias son desintegradas y sufren todas las consecuencias espirituales, emocionales y económicas.

Muchas familias permanecen unidas por conveniencia o necesidad, pero están emocionalmente destruidas, llenas de resentimiento, dolor, desánimo y desesperanza.

En primer lugar los matrimonios deben reconocer que tienen fracturas emocionales y que antes de pensar en cambiar de pareja con todas las consecuencias negativas que eso trae, deberían cambiar de actitud y buscar la ayuda adecuada a tiempo, antes de que se deterioren mucho las relaciones.

Muchas personas abandonan su esperanza y se divorcian para entregarse a otra relación que cree si funcionará. Pero si no aprenden a manejar los conflictos a la manera de Dios, que es la única que funciona, volverán a fracasar pero aun con más dolor y sufrimiento para toda la familia.

Si un matrimonio esta debilitado, es porque hay heridas, resentimientos, frustraciones en la relación. Evidentemente no han sabido como resolver los conflictos y se han lastimado mutuamente. Quizás hay heridas muy grandes, traición, mentiras, engaños. Que hacer?

Romanos 15:13. Y el Dios de la esperanza os llene de todo gozo y paz en la fe, para que abundéis en esperanza por el poder del Espíritu Santo.

Nunca pierdas la esperanza de restaurar y fortalecer tu matrimonio. Sin embargo tenemos que entender que solo se puede lograr a la manera de Dios y en total unidad con el Espíritu de Dios. No es un asunto de religión de ninguna clase, es un asunto de relación con nuestro Padre Celestial. Estamos hablando de reconocer nuestros errores, pedir perdón a Dios primero, vestirse de humildad, pedir perdón a quién hayamos ofendido y tomar una decisión sólida y absoluta: vivir para honrar a Dios.
La esperanza de restauración proviene de nuestra obediencia a Dios, de hacer las cosas a su manera. Pidiendo perdón, perdonando y bendiciendo a quienes nos han hecho daño. Esta es la justicia de Dios. Definitivamente no es fácil, pero si Dios nuestro Diseñador y Creador nos dice que debemos hacerlo, es porque podemos hacerlo. Pero además contamos con la ayuda poderosa del Espíritu de Dios.
Muchas personas nos dicen: Pastor, he orado mucho y he hecho todo lo que me han dicho y mi cónyuge no cambia! El gran error es hacer las cosas esperando un cambio de tu cónyuge. Esa no debe ser la motivación. La razón correcta por la que reconocemos errores, pedimos perdón,
Perdonamos y bendecimos a los que nos ofenden es: para agradar a nuestro Padre Celestial. Lo maravilloso es que como consecuencia recibimos la bendición de cambios en nosotros y en nuestro cónyuge.
No te pongas a pensar si le haces el bien a tu cónyuge porque se lo merece o porque no se lo merece. O porque tu actitud le pueda hacer cambiar. No. Debemos hacerlo simplemente porque decidimos amar a Dios y obedecerle aunque no veamos soluciones. Pídele a Dios que te muestre lo que tu tienes que cambiar para honrarlo a EL. Lo demás vendrá por añadidura.

Tenemos que vencer la resistencia natural a la oración, a leer la palabra de Dios, a asistir a la Iglesia y a todo evento para fortalecer el Matrimonio. Esa resistencia tiene que ver con orgullo y prepotencia. Los altivos y orgullosos no recibirán nada de Dios.

Santiago 4:6 Pero él da mayor gracia. Por esto dice: Dios resiste a los soberbios y da gracia a los humildes.
Toma hoy mismo la decisión de obedecer las instrucciones de Dios. Ármate de humildad y reconoce tus errores; pide perdón y reconcíliate con tu cónyuge. Alimenten su relación espiritual y confíen en el Dios de la esperanza.

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