Termina un año para dar paso a un nuevo comienzo, en estos días donde finalizan algunas etapas y comienzan otras nuevas en coincidencia con el año que finaliza y donde nuestros anhelos los ponemos en el que comienza, creo que es bueno, mas que recibir una enseñanza, hacer una reflexión sobre lo que hicimos por el Señor en el tiempo que pasó y respecto de los planes que nos vamos forjando para llevar adelante la misión de evangelización que el Señor nos encomendara.
Leamos la Palabra de Dios en Éxodo 4:8 “Si aconteciere que no te creyeren ni obedecieren a la voz de la primera señal, creerán a la voz de la postrera”.
En este tiempo en que finaliza el año, sería bueno que cada uno de nosotros hiciéramos un recuento de las cosas que hicimos por el Señor, diríamos una crítica constructiva a fin establecer cual ha sido nuestra relación y comportamiento con el Señor en este año que termina.
Cuando termina un periodo de algo, siempre es bueno hacer una valoración de lo que hemos hecho, no para sentirnos mal por aquello que no hicimos, sino para elaborar un plan estratégico a cumplir en el año próximo en el cual concretemos lo que nos faltó y podemos efectivamente cumplir con todo aquello que el Señor nos plantea en sus propósitos.
Puede que en este año que pasó muchos no pusieron manos a la obra con sus ministerios o en las tareas que el Señor deseaba a consecuencia de su propia incredulidad lo que le ha impedido escuchar la voz del Señor, o si ha escuchó no le dio lugar a que se convirtiera en acción para su vida de manera que se cumplieran los propósitos de Dios; es por esto que el Señor nos dice ahora: “Escucha, pueblo mío, mi ley; Inclinad vuestro oído a las palabras de mi boca” Salmo 78:1, si en este año que termina no has prestado atención a lo que el Señor te hablaba es tiempo de reflexionar y cambiar de actitud entregándonos a la obra y haciendo su perfecta voluntad, es el tiempo en que debemos prestar atención a las señales que se manifiestan a nuestro alrededor.
Puede ser que en este año que culmina hayas dejado muchas expectativas, muchos planes para tu vida que no se han realizado por muy distintos motivos en apariencia, pero que la realidad nos dice que el único motivo que existió para no llevarlos a cabo fue el no escuchar la voz del Señor o el no obedecerla cuando ésta pretendía guiarte por el camino correcto.
Deberíamos reflexionar si en este año que termina y en el que pusiste muchas expectativas, a pesar de haber escuchado la voz de Dios no creíste en ella y desobedeciendo a causa de tu propia incredulidad te dejaste llevar por aquellos que endulzaron tus oídos con palabras vanas con el solo fin de sacarte del propósito que el Señor tiene contigo; si esto es lo que te ha sucedido, “También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos. Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios, que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a éstos evita” 2 Timoteo 3:1-5, evita todo aquello que pretenda sacarte del propósito de Dios, solo escucha la voz del Señor y ten la seguridad que Él no te defraudará, “Por lo cual, queriendo Dios mostrar más abundantemente a los herederos de la promesa la inmutabilidad de su consejo, interpuso juramento; para que por dos cosas inmutables, en las cuales es imposible que Dios mienta, tengamos un fortísimo consuelo los que hemos acudido para asirnos de la esperanza puesta delante de nosotros” Hebreos 6:17-18, es el momento de establecer su voluntad en nuestro corazón sabiendo que “Dios no es hombre, para que mienta, Ni hijo de hombre para que se arrepienta. El dijo, ¿y no hará? Habló, ¿y no lo ejecutará?” Números 23:19; es el momento de establecer en nuestro corazón todas aquellas cosas que Él nos hablara para que en el año que comienza se puedan concretar.
Comienza un nuevo año, recuerda que el Señor nos decía al leer su Palabra que “Si aconteciere que no te creyeren ni obedecieren a la voz de la primera señal, creerán a la voz de la postrera”, esta es una nueva oportunidad para confiar en Él, para proyectar con Él; comienza un nuevo año para elaborar planes con nuestros ministerios, para trabajar en la obra de evangelización que el Señor nos encomendara, una nueva oportunidad para servir en la obra de Dios.
Hagamos de este nuevo año, un nuevo comienzo en nuestra vida espiritual, demos efectivamente un nuevo comienzo a nuestra vida de servicio y amor a Dios, dejando de lado lo que no cumplimos para poner nuestra mirada en ese futuro que tenemos frente nuestro, como Pablo digamos: “Olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús” Filipenses 3:13-14, “Por tanto, dejando ya los rudimentos de la doctrina de Cristo, vamos adelante a la perfección; no echando otra vez el fundamento del arrepentimiento de obras muertas, de la fe en Dios” Hebreos 6:1.
Tengamos en este año venidero un verdadero nuevo comienzo, pleno de realizaciones de la voluntad de Dios en nuestras vidas, como el salmista digámosle al Señor: “Mírame, y ten misericordia de mí; Da tu poder a tu siervo, Y guarda al hijo de tu sierva. Haz conmigo señal para bien, Y véanla los que me aborrecen, y sean avergonzados; Porque tú, Jehová, me ayudaste” Salmo 86:16-17, digámoselo para que al final de este año no nos encontremos en la misma situación que hoy, donde planificamos mucho pero realizamos poco para la obra de Dios; donde nos habló mucho el Señor de sus propósitos con nosotros, pero poco hicimos para llevarlos adelante y concretarlos; digámoselo para que al finalizar este año podamos ver realizado nuestro ministerio en el Señor.
Año nuevo, un nuevo comienzo para cada uno de nosotros; no sabemos qué nos depara el Señor para este año, pero sabemos que sea lo que sea será lo mejor para nosotros, Efesios 3:20, es por esto que no debemos equivocarnos más y ver esa nueva señal que nos presenta, las postrera para quitar de nosotros la incredulidad y escuchar la voz de Dios que nos dice: “Guarda y escucha todas estas palabras que yo te mando, para que haciendo lo bueno y lo recto ante los ojos de Jehová tu Dios, te vaya bien a ti y a tus hijos después de ti para siempre” Deuteronomio 12:28.
Aprendamos a escuchar esa voz que pretende guiarnos para que cada uno de nosotros tengamos un feliz y próspero 2016, pleno de realizaciones en Cristo, con ministerios desarrollados, con servicios brindados a Dios, con fidelidad, con obediencia a Él y a su Palabra, pero por sobre todas las cosas, ¡¡¡¡CON MUCHO AMOR!!!!!!!.
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