jueves, 15 de mayo de 2014

Levantarte

Cuando Jesús resucitó, no fue a aparecérsele a cualquier persona. La idea de resucitar no era hacer un espectáculo y presentarse frente a Pilato. Él se le presentó a gente que el mundo pensaban que era insignificante, como María, a quien se le presentó en la tumba.
Cristo fue, también, a buscar a Pedro, y sabía dónde encontrarlo. Dios siempre sabe dónde encontrarte. Él sabe a dónde vas cuando estás en problemas, Él sabe dónde te encuentras cada vez que entras en tu depresión, en tu tristeza. Él sabe dónde encontrarte, y sabe las palabras qué decir.
La primera vez que se encontró a Pedro pudo haber sido un encuentro casual, pero esta vez Cristo fue a buscarlo. El día que aceptas que Dios tiene algo más grande para ti que simplemente resolver un problema, el día que te atreves seguir a Cristo, desde ese día en adelante ese llamado te va a seguir por el resto de tus días. Cuando regreses al lugar de donde Él te sacó, irá a buscarte para a decirte las mismas palabras: No importa lo que ha pasado, hayas hecho o lo que haya ocurrido, yo he venido a decirte que lo que yo te prometí se va a cumplir.
Cuando no entendemos el poder de la resurrección, el problema no es tan solo que regresamos al lugar de donde Él nos sacó, sino que también nos llevamos a otros que no tienen que ver con eso. ¿A cuántas personas has llevado a la depresión, a la tristeza, a la barca vacía? ¿A cuántos has llevado al desánimo, a la frustración, a tus problemas, al lugar de donde Dios te sacó?
En Hechos 2, cuando la gente comienza a burlarse, la palabra dice que entonces Pedro se levantó con los once. No fue que se levantó solo para predicar y hablar; eran once hablando, declarando la palabra del Señor.
Cuando somos resucitados, cuando tú y yo nos levantamos, es necesario que con nosotros se levanten otros. El día que tú recibas revelación del Cristo resucitado diciéndote que hay propósito para tu vida, en ese mismo momento se levantarán al lado tuyo y se pondrán de pie aquellos que no se atrevían ponerse en pie.
Muchas veces te preguntas: ¿Por qué mi familia, mis hijos, mis vecinos no se levantan? No lo han hecho porque aún no te has puesto tú en pie. El día que entiendas que el Cristo resucitado vive en ti y te atrevas a levantarte, a caminar en fe, vas a ver cómo a tu lado se van a levantar aquellos que también estaban confundidos y en problemas; verás cómo se levantan los once.

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