viernes, 30 de agosto de 2013
Perdiendo o invirtiendo?
Jesús dijo que, si el grano de trigo que cae en la tierra no muere, queda solo, pero si muere, lleva mucho fruto. La biblia dice que hay que morir, entregar la vida. Jesús dice que, si no mueres a ciertas cosas en la vida, si no te entregas, no llevas frutos. Esto es irracional porque, ¿cómo muriendo, llevas frutos? Pero esta es la ley en Cristo. Tiene que morir la vieja criatura, para que tu nuevo yo dé frutos.
Dice la palabra que el que ama su vida, la perderá. En este verso, perder es invertir. La pregunta es: ¿En qué estás perdiendo o invirtiendo la vida, tu tiempo?
La vida se va gastando y tú debes estar decidido a gastarla sirviéndole a Cristo. Según Juan 12:16, el que sirve siempre está con Cristo. Por lo que, el que no quiere servir no tiene derecho a seguir a Cristo.
Cuando Cristo está haciendo estas declaraciones, que parecen irracionales, está queriendo decir tres cosas:
1. Mi ofrenda o mi entrega es voluntaria, nadie me obliga. Jesús estaba diciendo: Tengo que morir porque, si no muero, no resucito y no gano al mundo. Jesús sabía que tenía que ceder, para ganar. Aún siendo el Hijo de Dios, la clave para estar con el Padre es servir.
Si tú quieres servir a Dios y quieres que tu vida cambie tendrás que declarar como Jesús: Es mi decisión voluntaria servir a Cristo, nadie me obliga a servirle.
2. Mi entrega es con intención. Jesús dice que el que muere lleva frutos. O sea, no tan solo voy a servir voluntariamente, sino que lo hago también con intención porque gano la vida eterna.
Tú no puedes servir a Dios, si detrás de tu decisión voluntaria, no sabes realmente para dónde vas y que vale el esfuerzo servir a Cristo, vale el esfuerzo la vida eterna.
3. Estoy dispuesto a pasar por el sacrificio, porque más grande es el beneficio.
No se tiene recompensa sin sacrificios. Tienes que estar dispuesto a sacrificarte en tomar las decisiones correctas, porque más grandes son la recompensa y el resultado que Dios tiene para tu vida.
Es voluntario, es intencional y estoy dispuesto. Este mensaje te puede ayudar a tomar una mejor decisión. Verifica si el beneficio que vas a obtener es realmente el que deseas.
Piensa y analiza bien, cuando vayas a tomar decisiones. La vida en Cristo ofrece grandes bendiciones y beneficios, pero conlleva sacrificios. Y es verdad que incomoda las decisiones que hay que tomar. Te exige que vivas la vida de una manera diferente, lo que es necesario para tener mejores resultados. Pero, si quieres crecimiento espiritual, hay que llevar una disciplina.
Tu servicio a Dios tiene recompensa.
Vive una vida voluntaria, intencional y con disposición a hacer sacrificios. Cuando veas los resultados y beneficios de aquí a un tiempo, le darás gracias a Dios, y dirás valió el esfuerzo servir a Cristo. Acepta lo que tienes que hacer, toma las decisiones correctas, sigue hacia adelante y verás la recompensa.
Dios para los hombres
Un analista notó que hoy en día los negocios se organizan igual que un ejército. Oficiales de distintas graduaciones e importancia conducen a las tropas en diferentes campos de batalla. Combaten con varios enemigos y emprenden diferentes misiones. Debido a que los empleados no llevan uniformes ni tienen galones ni barras, se debe buscar otras maneras para determinar el rango e importancia de una persona.
Este analista sugiere que una forma de distinguir el rango en una organización es observar a qué hora llega una persona al trabajo.
- Si el individuo arriba a las diez de la mañana, puede estar seguro que es un ejecutivo.
- Si la persona llega alrededor de las nueve y media de la mañana, puede suponer que tiene una cierta autoridad, quizá sea un encargado o un jefe de departamento.
- Si el empleado llega puntualmente a las nueve, debe marcar tarjeta, es probable que sea un oficinista o alguien que trabaja a destajo.
- Pero si la persona aparece antes de las ocho de la mañana, lo más probable es que sea el presidente de la compañía.
La oración del supervisor:
Señor, dame la voluntad para cambiar cuando estoy equivocado.
Cuando tenga razón, permite que no me afecte.
Así que fortaléceme para que el poder de mi ejemplo
exceda con creces la autoridad de mi rango.
Para ofrecernos como modelo a vosotros a fin de que sigáis nuestro ejemplo.
2 Tesalonicenses 3:9
jueves, 29 de agosto de 2013
Reflexión
¿Papá que significa ser pobre?
Un padre económicamente acomodado, queriendo que su hijo supiera lo que es ser pobre, lo llevó para que pasara un par de días en el monte con una familia campesina. Pasaron tres días y dos noches en su vivienda del campo.
En el automóvil, retornando a la ciudad, el padre preguntó a su hijo:
- ¿Qué te la experiencia?..
- Buena - contestó el hijo con la mirada puesta a la distancia.
- Y... ¿qué aprendiste? - insistió el padre...
El hijo contestó:
1.- Que nosotros tenemos un perro y ellos tienen cuatro.
2.- Nosotros tenemos una piscina con agua estancada que llega a la mitad del jardín... y ellos tienen un río sin fin, de agua cristalina, donde hay pececitos.
3.- Que nosotros importamos linternas del Oriente para alumbrar nuestro jardín...mientras que ellos se alumbran con las estrellas, la luna y velas sobre la mesa.
4.- Nuestro patio llega hasta la cerca.y el de ellos llega al horizonte.
5.- Que nosotros compramos nuestra comida;...ellos, siembran y cosechan la de ellos.
6.- Nosotros oímos CD's... Ellos escuchan una perpetua sinfonía de golondrinas, pericos, ranas, sapos, chicharras y otros animalitos....todo esto a veces dominado por el sonoro canto de un vecino que trabaja su monte.
7.- Nosotros cocinamos en estufa eléctrica... Ellos, todo lo que comen tiene ese sabor del fogón de leña.
8.- Para protegernos nosotros vivimos rodeados por un muro, con alarmas.... Ellos viven con sus puertas abiertas, protegidos por la amistad de sus vecinos.
9.- Nosotros vivimos conectados al teléfono móvil, al ordenador, al televisor... Ellos, en cambio, están "conectados" a la vida, al cielo, al sol, al agua, al verde del monte, a los animales, a sus siembras, a su familia.
El padre quedó impactado por la profundidad de su hijo...y entonces el hijo terminó:
- Gracias papá, por haberme enseñado lo pobres que somos!
Cada día estamos más pobres de espíritu y de apreciación por la naturaleza que son las grandes obras del universo. Nos preocupamos por TENER, TENER, TENER y nos olvidamos del SER, SER, SER.
miércoles, 28 de agosto de 2013
Reflexión
Contaba un predicador que, cuando era niño, su carácter impulsivo lo hacía estallar en cólera a la menor provocación. Luego de que sucedía, casi siempre se sentía avergonzado y
batallaba por pedir excusas a quien había ofendido.
Un día su maestro, que lo vio dando justificaciones después de una explosión de ira a uno de sus compañeros de clase, lo llevó al salón, le entregó una hoja de papel lisa y le dijo:
—¡Arrúgalo!
El muchacho, no sin cierta sorpresa, obedeció
e hizo con el papel una bolita.
—Ahora —volvió a decirle el maestro— dé-
jalo como estaba antes.
Por supuesto que no pudo dejarlo como estaba. Por más que trataba, el papel siempre permanecía lleno de pliegues y de arrugas. Entonces el maestro remató diciendo:
El corazón de las personas es como ese papel. La huella que dejas con tu ofensa será tan difícil de borrar como esas arrugas y esos pliegues.
Así aprendió a ser más comprensivo y más paciente, recordando, cuando está a punto de estallar, el ejemplo del papel arrugado.
¿Recuerdas que alguien dijo una vez: «habla cuando tus
palabras sean tan suaves como el silencio»?
Muchas personas se jactan de ser francas, y que dicen las cosas con independencia del sentimiento de los demás. ¿No
son ellas fabricantes de papeles arrugados por donde quiera que pasan?
Siempre antes de hablar medita,piensa en los sentimientos de la otra persona ,tus paLabras son bendición como tambien pueden ser de destruccion ....DIOS TE BENDIGA..
Ora sin desmayar
La oración es nuestro bastón, la columna vertebral de la vida cristiana, por lo que es determinante que aprendamos al respecto. Sabemos que Dios nos ha dejado instrucciones claras y sencillas, y una de ellas es orar. Todo lo que el Señor nos pide y enseña es mucho más fácil que seguir las indicaciones del mundo. Es más fácil ser santo que vivir en pecado. Es más fácil tener una mujer que andar ocultando a la amante; es más fácil decir la verdad que verse en la angustia de recordar las mentiras que dijimos para no contradecirnos, pero las tinieblas nos venden la idea de que es más fácil pecar porque quieren destruirnos.
Cuando no seguimos las instrucciones dadas por Dios, somos como Naamán, general del ejército sirio, a quien Eliseo mandó a bañarse siete veces en el río Jordán para sanar de la lepra. Sin embargo, este militar no quería hacerlo porque su arrogancia le impedía seguir esa instrucción que parecía demasiado sencilla como para recibir el milagro de sanidad1. Ahora ocurre lo mismo cuando creemos tener mejores métodos que los de Dios y no seguimos Sus sencillas instrucciones, entonces dejamos la oración como último recurso, cuando es lo primero que deberíamos hacer para establecer una relación íntima con nuestro Padre y escuchar Sus consejos. Frente a cualquier situación, acudes a todos y a todo, pero se te olvida doblar tus rodillas, clamar y ayunar, creyendo porque todo se arreglará.
Los criados hicieron reflexionar a Naamán sobre su arrogancia y lo motivaron a obedecer la sencilla orden. Su título, su posición privilegiada estorbaban su fe. ¡Qué no te suceda lo mismo! Deja de buscar soluciones en tus fuerzas y con tus recursos limitados, acércate a Dios en oración y con humildad porque Él da instrucciones claras y sencillas que son infalibles.
El Señor nos dice que si nos acercamos y le pedimos, Él nos enseñará, es decir, nos revelará lo que no sabemos, lo que está oculto a nuestro entendimiento2 y nos ayudará a resolver y obtener lo bueno que deseamos. Es sencillo, pero nos cuesta creerlo porque estamos acostumbrados a complicarnos la vida. Las posiciones y posesiones terrenales son pasajeras; lo único que permanece es nuestra posición en Cristo, quien es el mismo hoy y siempre. Así que, ¿cuál es la mejor decisión? Clamar y obedecer al que permanece por siempre.
Recuerda que para Dios no hay difícil, nada imposible, así que todo es fácil y posible. Justamente por eso es que Él da instrucciones fáciles, porque no conoce lo difícil.
Entonces, vale la pena darnos que cuenta de que todo está en manos de Dios y que Su instrucción ha sido que le clamemos porque nos escuchará. La oración es el arma más efectiva y también la más sencilla de usar, no te compliques tanto, ora a tu Padre quien obrará a tu favor si se lo pides con humildad y fe. No dudes, aunque te parezca absurdo, ante una situación adversa, busca al Señor en intimidad, esa actitud de total abandono provocará que tu prepotencia muera y renazca la convicción en que todo es posible para Dios.
Jesús nos comparte el secreto de Su ministerio al explicar que la fe y la oración son poderosas. Si oras con fe, lo que pides vendrá. No confíes en tus recursos que son limitados, por lo tanto te limitan, confía en el Señor, ya que esa fe te dará acceso a un mundo ilimitado de oportunidades. Acércate al dueño de cuanto existe, a quien hizo todo de la nada, por lo que puede ayudarte a obrar de la misma forma para que logres maravillas a partir del vacío total. La Palabra es clara en decir que cualquiera que diga y crea le será hecho, no lo dudes, repítelo: ¡Cualquiera, todos lo podemos hacer si tenemos fe!3 No te detengas en ver lo que te hace falta o en envidiar lo que alguien más posee. Al decir: “Él puede porque tiene una familia que lo apoya”, contaminas tu fe y retrocedes al darle espacio a pensamientos mezquinos. Dios no bendice envidiosos, orgullosos, prepotentes, arrogantes. Algunos piensan que el orgullo puede mucho, pero realmente es la humildad la que puede todo. Pide en oración, habla con tu Padre, aprovecha el hermoso regalo de la intimidad con Dios. Jesús dijo que pidiéramos, ¿por qué te niegas a aceptarlo? Al pedir, reconoces que solo Él puede sustentarte, le das honra y gloria y te sometes, eso es justo lo que debemos hacer.
Deja a un lado el afán, confía en el Señor, quien cuida de ti y te da paz4. Jesús le pedía al Padre en todo tiempo, incluso en los momentos más difíciles. Así que no aprenderás a pedir y a vivir sin afán hasta que no descubras que Dios es tu Padre y te ama, por lo que no te negará nada. Creer en la paternidad de Dios es fundamental para nuestra libertad. Si buscamos a nuestro Padre en oración, nos alejamos del pecado, somos libres y nacemos a una nueva vida porque Él guarda nuestro corazón y nuestros pensamientos. Una vida de oración nos mantiene seguros en las manos de Dios.
Los métodos de Dios son sencillos, ¿qué tiene de difícil orar para superar la aflicción5? ¡Hazlo! No tienes nada que perder y mucho que ganar al sentir el respaldo y consuelo de la oración. Hay dos momento durante la oración: primero, desahógate, llora y tranquiliza tu alma delante del Señor. Tus lágrimas no son la solución, solo son un escape, pero son necesarias para que no ahogues tu fe con la aflicción. Cuando Ana, la madre de Samuel, creyó, superó su tristeza, pero primero se desahogó delante de Dios. El segundo momento de la oración es creer con todo el corazón y dar gracias por lo que ya recibiste, aunque todavía no lo veas realizado. Levanta tus manos y habla con Dios, ora, créele, cierra tus ojos y ve lo que quieres lograr, convéncete de que ya está hecho, ten paciencia y gózate por lo que vendrá. Dile con una sonrisa en tus labios: “Gracias Padre, creo en Tu amor y estoy convencido de que me darás todo lo bueno que te he pedido”.
Versículos de referencia
1 2 Reyes 5:9-14 relata: Y vino Naamán con sus caballos y con su carro, y se paró a las puertas de la casa de Eliseo. Entonces Eliseo le envió un mensajero, diciendo: Ve y lávate siete veces en el Jordán, y tu carne se te restaurará, y serás limpio. Y Naamán se fue enojado, diciendo: He aquí yo decía para mí: Saldrá él luego, y estando en pie invocará el nombre de Jehová su Dios, y alzará su mano y tocará el lugar, y sanará la lepra. Abana y Farfar, ríos de Damasco, ¿no son mejores que todas las aguas de Israel? Si me lavare en ellos, ¿no seré también limpio? Y se volvió, y se fue enojado. Mas sus criados se le acercaron y le hablaron diciendo: Padre mío, si el profeta te mandara alguna gran cosa, ¿no la harías? ¿Cuánto más, diciéndote: Lávate, y serás limpio? El entonces descendió, y se zambulló siete veces en el Jordán, conforme a la palabra del varón de Dios; y su carne se volvió como la carne de un niño, y quedó limpio.
2 Jeremías 33:3 dice: Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces.
3 Marcos 11:20-24 asegura:Y pasando por la mañana, vieron que la higuera se había secado desde las raíces. Entonces Pedro, acordándose, le dijo: Maestro, mira, la higuera que maldijiste se ha secado. Respondiendo Jesús, les dijo: Tened fe en Dios. Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte: Quítate y échate en el mar, y no dudare en su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho. Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá.
4 Filipenses 4:6-7 promete: Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.
5 Santiago 5:13 comparte: ¿Está alguno entre vosotros afligido? Haga oración. ¿Está alguno alegre? Cante alabanzas.
martes, 27 de agosto de 2013
Para ti...
Para ti que Haces sonreir mi alma
No se cansarán mis labios de bendecirte porque fuiste llamada para conquistar reinos y naciones, por tu mano comerán los pueblos de la tierra, por tu fidelidad en un día derrotarás a todos tus enemigos, con espada de fuego y autoridad en tu boca se debiliten todos aquellos que esperaban ver tu derrota, hoy es un día de gracia de bendición y de honra para ti. Culmine la buena obra que el Eterno en ti empezó.
Te bendigo
Para que la semilla de la palabra de Dios
que ha sido sembrada en tu corazón,
el maligno no la robe,
los espinos no la ahoguen,
el sol no la queme,
sino que cumpla el propósito
para la cual fue sembrada en tu corazón
y su fruto produzca al ciento por uno,
se convierta lámpara para tus pies,
lumbrera para el camino,
bálsamo para el alma,
refrigerio para el espíritu y sabiduría
para que desarrolle tu ministerio con altura.
Con facilidad para que puedas arrepentirte y permanecer en santidad delante de su presencia,
con el propósito que los cielos sean abiertos
y Dios envíe sobre ti la lluvia a su tiempo
y sean tu granero lleno de trigo tus lagares,
lleno de mosto, y tu cántaro lleno de aceite fresco hasta que te haga sobreabundar
tus bienes y riquezas.
Amen!!!
Aceptar el perdón
La vida está llena de experiencias positivas y negativas, situaciones que hemos vivido y en donde hubiéramos querido jamás haber hecho eso o aquello. Algunos de nosotros si tuviéramos la potestad de regresar el tiempo y no cometer algunos errores que cometimos, lo haríamos.
Pero la realidad es que no manejamos los tiempos, que las cosas que hicimos, están hechas y por más que quisiéramos que no fueran así, son así.
Frente a esto, tengo dos opciones: Vivir recordando mi pasado o ver hacia adelante y aceptar el perdón de Dios.
Y es que pareciera que muchos de nosotros pasamos la mitad de nuestras vidas viendo hacia atrás, recordando nuestros errores y sintiéndonos mal por lo que hicimos. Y es que no está mal que nos sintamos mal por lo malo que hicimos, por las decisiones precipitadas que tomamos o por cualquier cosa que como resultado trajo vergüenza o desorden a nuestra vida. Lo malo esta en no reconocer que Dios te ha perdonado y que en la libreta de Dios ya no existe eso que hace un tiempo hiciste.
Realmente nos cuesta entender esto, nos cuesta reconocer que Dios ya nos perdono, nos cuesta reconocer que El ya se olvido de nuestros pecados del pasado y que ahora somos nuevos en El.
La Biblia dice en Miqueas 7:19 “El volverá a tener misericordia de nosotros; sepultará nuestras iniquidades, y echará en lo profundo del mar todos nuestros pecados”.
También Jeremías 31:34 en la parte final del versículo dice: “…porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado”.
En la Traducción al Lenguaje Actual, específicamente en Hebreos 10:17 dice: “Y nunca más me acordaré de sus pecados y maldades”.
Estos tres pasajes bíblicos nos hablan de la realidad según Dios y no según lo que nosotros creemos. Para nosotros es difícil creer que Dios se olvida de nuestros errores, pero para Dios es fácil hacerlo, porque su naturaleza divina, amorosa y misericordiosa lo permite.
¿Qué haces sufriendo por los recuerdos de tu pasado?, ¿Por qué sigues con tu mirada hacia atrás?, ¿Acaso Dios no te ha perdonado?, ¿Acaso tu pecado es demasiado grande como para obtener perdón?, no hay pecado tan grande según tú que Dios no perdone, no hay error que no tenga solución con Dios.
Dios sabe que lo que hiciste te avergüenza, que realmente no lo tenias que hacer, pero aun así fuiste seducido a hacerlo, mas sin embargo, su perdón para tu vida está disponible hoy en día, El quiere perdonarte, quiere sanar tus heridas, limpiar tu maldad y darte una nueva oportunidad, porque Él es el Dios de las nuevas oportunidades, ¿Por qué no aceptas su perdón?, ¿Por qué no olvidas de tus errores y comienzas a disfrutar de su libertad?, esa libertad que solo su perdón te da.
Dios quiere darte unas últimas palabras a través de este escrito y estas palabras son:
“Yo soy el que por amor a mí mismo
borra tus transgresiones
y no se acuerda más de tus pecados”.
Isaías 43:25
Pruebas
¿POR QUÉ PERMITE DIOS LAS PRUEBAS?
Esta es una de las preguntas más comunes en la vida. Reconocemos que Dios es Todopoderoso y que podría prevenir estas pruebas si así lo quisiere. Sin embargo no lo hace con frecuencia. Por lo que debe haber algún propósito o razón divina para no librarnos de estas dificultades.
¿Qué quieres que aprenda? Es una buena pregunta para el Señor, cuando afrontamos pruebas; porque en cada una de ellas, siempre habrá un propósito de Dios; y si pensamos que Él está con nosotros, podremos estar firmes ante cualquier tormenta en nuestra vida.
En las pruebas y problemas, el valor real que obtenemos es la sabiduría. Sabiduría para actuar correctamente, tomando en cuenta cada aspecto que hemos aprendido en medio de las situaciones adversas. Las pruebas y problemas nos dan la oportunidad de ver el poder del Dios durante los tiempos difíciles por medio de milagros que solo provienen de Él.
Si entendemos que las situaciones difíciles son para demostrarnos que no podemos vivir separados de Él, podremos vivir una vida cristiana victoriosa.
Ahora bien, ¿cómo entender correctamente las pruebas y los problemas y actuar con sabiduría?
1. Estar convencido de que Dios está en control del tiempo y la intensidad de nuestras pruebas.
2. Darnos cuenta de que Dios tiene un propósito específico en cada prueba.
3. Entender que cada prueba está diseñada para llenar una necesidad específica que Dios ve en nuestras vidas.
4. Aceptar que cada prueba va a tener como resultado nuestro propio bien, si respondemos con fe.
5. Descubrir cómo cada prueba puede fortalecer nuestra fe en el Señor para todo.
6. Regocijarnos en que cada prueba es una oportunidad para que Dios demuestre Su poder para sostenernos.
7. Someternos al desarrollo de un carácter semejante al de Cristo que viene como resultado de nuestras pruebas.
8. Sacar provecho de la utilidad que tienen nuestras pruebas para medir nuestro crecimiento Espiritual.
9. Debemos estar convencidos de que Dios nos acompaña a través de cada paso de la prueba (Hebreos 13:5) y
10. Debemos tener fe en que por el Señor, no tan solo sobreviviremos a las adversidades, sino que saldremos con la victoria en nuestras manos.
Confía en Él…. porque Él está trabajando en este momento en tu vida..
DIOS TE BENDIGA Y TE FORTALEZCA
lunes, 26 de agosto de 2013
Mi sustento
“No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia” Isaías 41:10
El día que fui a llevar a mi hijo por primera vez a la escuela, recordé el día cuando el Señor me lo dió y él vino al mundo. Fue un milagro, no podía creer que ya era papá. Pero al ver ese pequeño en mis manos, pude decir, este es un milagro de Dios.
No era muy sentimental, pero ese día que el primer hijo nació, me torné muy sentimental, algo se volvió tierno dentro de mí. Sin embargo, el tiempo vuela rápido y al verlo ya un adulto, quedo sorprendido. Aún recuerdo como crecía año tras año y mientras el crecía, crecía también dentro de mí el amor y el cuidado por él. Hoy, sé que que es igual con mi padre celestial.
Él ha prometido que jamás me dejará y que siempre me sustentará. Sé que ha medida que envejezco, su amor se renueva día a día por mi. El Señor es tan bueno a nosotros, él promete nunca abandonarme. Él me sustenta con su mano derecha. Oh, cómo yo quisiera seguir sustentando a mis hijos de la mano derecha, para prever cada paso que ellos dan y para llevarlos día a día por el buen camino y confortarlos cuando las cosas les salgan mal, pero ya no es posible, ya crecieron, pero para Dios yo aunque crecido sigo contando con su mano.
Él sigue a mi lado y por eso yo lo exalto y lo glorifico con todo mi corazón. Por eso el Salmista pudo expresar con total confianza estas palabras: “Tu misericordia es mejor que la vida y por ellos mis labios te alabarán,. Yo te bendeciré mientras viva y levantaré mis manos en tu nombre. Mi alma estará satisfecha y mi boca proclamará cantos de alabanza”. No es para menos, lo menos que puedo hacer para el padre que siempre me acompaña es adorarlo y exaltarlo.
Bendecido es el hombre y la mujer que se gozan en el Señor. Hay satisfacción interna profunda cuando valoramos la presencia y la compañía del Señor. Satisfacción al saber que estoy bajo la sombra de sus alas y rodeado por su amor bondadoso y colmados de bendiciones. Este es un buen día para caminar con esa confianza total en el padre celestial.
Señor, Gracias por sustentarme y sostenerme con tu diestra, por eso puedo decir a mi alma , bendice al Señor, Oh alma mía y no olvides ninguno de sus beneficios, porque él es quien perdona todas tus iniquidades y quién sana tus enfermedades y quién redime tu vida de la destrucción, quién te corona de favores y misericordias y quién satisface tu boca de buenas cosas y además quien renova tus fuerzas como las águilas. Señor, en este día quiero vivir muy agradecido por tus bondades y misericordias. Gracias por tu sustento y tu fuerza. Amén.
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