El divorcio se ha convertido en una epidemia mundial que está destruyendo los fundamentos de la sociedad apartándose cada día más de la voluntad de Dios. Las consecuencias de la destrucción familiar son peores que las de una guerra mundial, porque aunque no produce muchas muertes físicas, si está produciendo una terrible mortandad espiritual.
Los rompimientos familiares están produciendo mucho desánimo y está enfriando la fe y el amor de muchas personas; lo cual conducirá la humanidad a una grave crisis de relaciones. El concepto bíblico de familia se está destruyendo a pasos agigantados. Cada día son más las familias disfuncionales, que vienen de otros matrimonios y/o que no están viviendo en armonía con las instrucciones de Dios.
No solamente el índice de divorcios convencionales ha aumentado de manera considerable, sino que nos estamos enfrentando con otro fenómeno muy sutil y más peligroso aún que es el de los divorcios emocionales. Matrimonios que continúan viviendo juntos, pero emocionalmente separados y dañándose mutuamente y dañando cruelmente a sus hijos con el mal ejemplo que les están dando y la pésima influencia en la estabilidad emocional de ellos. Los rompimientos familiares, generan una ausencia de identidad en muchos jóvenes, que van perdiendo el concepto de familia y van aprendiendo a dejarse llevar por las necesidades y debilidades humanas, produciendo formas de vida anormales como el comportamiento homosexual o bisexual, las adicciones, etc.
Se ha demostrado científicamente que la ausencia de figura paterna en un hogar genera una distorsión emocional, especialmente en los varones. La respuesta de esos jóvenes es una actitud de rebeldía contra toda figura de autoridad. La consecuencia es la formación de pandillas, las adicciones, la violencia y todas las demás consecuencias que estos problemas generan en la sociedad.
La mayoría de Iglesias han respondido a esta circunstancia con actitudes religiosas, tratando de que Dios actúe influenciado por la necesidad humana y que Dios produzca cambios en las personas de manera sobrenatural. La verdad es que esto ocurre las menos de las veces. Si fuera así, no habría tanta maldad y tanto sufrimiento en el mundo.
¿Por qué? Porque para eso Dios nos dejó su palabra de vida. Dios nos entregó el libre albedrío y la responsabilidad de obedecer a su palabra por decisión y convicción propia. Si solamente fuera necesario buscar a Dios para resolver nuestros problemas, EL no nos habría dejado su palabra, no la necesitaríamos! Si EL nos dejo su palabra con la instrucción de escudriñarla y obedecerla, es porque eso es necesario para activar la bondad y la misericordia del Señor y para vivir una vida saludable. Muchos matrimonios aún dentro de la Iglesia Cristiana están viviendo de apariencias, incluyendo lamentablemente a muchos pastores y líderes. Dios detesta las apariencias. El quiere que vivamos una vida obediente y transparente.
Como no va a estar el Matrimonio en peligro de extinción si dentro de la misma Iglesia vemos ejemplos lamentables de líderes reconocidos demostrando que no es la vida religiosa la que nos va a salvar de la destrucción familiar.
Lo único que nos puede salvar de la destrucción familiar es la obediencia, la transparencia y la verdadera humildad. Lamentablemente eso es lo que menos se ve hoy en día en la IglesiaCristiana. Como entonces vamos a ser luz del mundo, sino modelamos primero los líderes Ministros del Señor una vida prudente, humilde y transparente que refleje el amor de Dios primero en nuestro propio matrimonio y nuestra familia.
Es muy triste ver como muchos líderes “cristianos” se enfocan más hoy en día en el crecimiento numérico de sus Iglesias, en alcanzar la posición de moda: “el apostolado”, en vestidos lujosos, carros de último modelo, en jugar golf y cosas por el estilo; y no en lo más importante que es el CUIDADO DE LAS OVEJAS, especialmente la estabilidad del matrimonio y la familia.
La gran mayoría de líderes están de acuerdo en que una familia saludable produce una Iglesia saludable. Pero un alto porcentaje lo dicen de la boca para afuera, porque no lo demuestran con su comportamiento con su propia familia y menos se interesan por el cuidado de las relaciones de las familias de la Iglesia.
Como va a gobernar la Iglesia, si no gobierna ni su propia casa. I TI 3:4-6
Hermanos, Lideres y Ministros de Dios; luchemos por la estabilidad de la familia. Solamente cuando el mundo vea que los Cristianos realmente vivimos principios de vida y tenemos matrimonios saludables, entonces se interesarán por conocer al Dios vivo que está en nosotros.
Dios no nos va a preguntar cuantas personas teníamos en la iglesia, nos va a pedir cuentas por el cuidado pastoral a esas ovejas, a esas familias. La vida espiritual se manifiesta y se evidencia en nuestra forma de vivir, primero con nuestra propia familia y entonces podremos ministrar las familias de la Iglesia. Somos salvos por la gracia, pero las obras confirman que vivimos en gracia!
Familias saludables, atraen personas a los pies del Señor. El testimonio de vida sincera y transparente delante de las personas, las atrae a Dios. Las actividades llamativas atraen multitudes pero no necesariamente las atrae a Dios. Solamente familias saludables pueden producir familias saludables. Dios está buscando adoradores que le adoren en espíritu y en verdad. Le adoramos primero que nada, si lo obedecemos. Como verá el Padre a un hijo que le busca, le abraza, le glorifica, etc, pero no le obedece? O como verá el Padre a un hijo que le obedece, pero no le busca mucho, no le exalta muy frecuentemente? Lo ideal es que seamos hijos que le obedecemos y le glorificamos en alabanza y adoración, pero la Obediencia siempre será lo primero. Por eso dice en Mateo 7: No todo el que me diga Señor Señor, entrará en el Reino de los Cielos, sino el que obedece mi palabra.
Hermanos, Pastores y Líderes verdaderos de la Iglesia de Jesucristo: es hora de que tomemos la bandera del amor verdadero y la humildad y nos enfoquemos en el fortalecimiento de nuestras familias, de las familias que Dios nos ha encomendado. EL MINISTERIO A LA FAMILIA, debe ser el más importante en su Iglesia. Un ministerio que se enfoque y trabaje fuertemente por transmitir los principios de vida bíblicos para tener y mantener FAMILIAS SALUDABLES.
Luchemos contra la extinción de la familia.
Luchemos por el fortalecimiento de la Familia
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