Una señora fue a entrevistar a un médico amigo.
* Me quiero divorciar de mi marido -fue la queja de la angustiada mujer.
* ¿Por qué? Preguntó el médico.
* Porque tiene otra.
* Si Usted. se divorcia le hace un favor, pues eso es lo que él quiere.
* ¿Qué puedo hacer?
* Enamórelo primero y luego se divorcia, aconsejó el médico. * ¿Cómo lo puedo hacer?
* Hágale tres elogios por día. ¿Viste bien? ¿Tiene buena presencia? ¿Es cumplidor? Dígaselo La mujer se propuso hacerlo. Al cabo de algunos meses encontró a su médico amigo, quien inmediatamente le preguntó por su esposo.
* ¡Lo logré! Está profundamente enamorado de mí.
* Entonces, ahora déjelo.
* No, ahora no, porque yo también estoy enamorada de él.
El adulterio es una verdadera prueba de fuego, destruye de una manera devastadora no solo los hogares sino las vidas de los seres más inocentes. “Nuestros hijos”. El adulterio separa a aquellas parejas en las que falta el amor, pero fortalece a las que realmente se aman. Las Mujeres tienen un poder y una responsabilidad increíble en sus manos. Tienen la capacidad de ensalzar o de derribar a su esposo. Ningún matrimonio es un caso perdido, no hay corazón duro que Dios no pueda quebrantar.
La mujer sabia edifica su casa; la necia, con sus manos la destruye. Proverbios 14:1
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