INTRODUCCIÓN: usaremos este pasaje bíblico para estudiar la manera como Dios libró maravillosa y extraordinariamente a Su siervo Daniel (Dios es mi juez) del foso de los leones y lo que Daniel hizo para que esto fuera así. Analicémoslo detenidamente:
1. LA FIDELIDAD.
“Entonces los gobernadores y sátrapas buscaban ocasión para acusar a Daniel en lo relacionado al reino; mas no podían hallar ocasión alguna o falta, PORQUE ÉL ERA FIEL, y ningún vicio ni falta fue hallado en él” (vr. 4).
Fiel (hb. Amán – lat. Fid?lis): honrado (DHH), digno de confianza (NVI), un hombre de fiar (PDT), leal (otra traducción), certeza, estabilidad, ser duradero, estar seguro, el que guarda fidelidad, ser recto, derecho, fiel de una sola línea y sin doblez.
a. La palabra Fiel aquí en este pasaje bíblico estaba relacionada con el cargo administrativo que Daniel venía desempeñando en el imperio (gobernador) y con las acusaciones (malos manejos administrativos y corrupción) que le venían haciendo los sátrapas y los otros gobernadores.
b. También fiel es la capacidad de permanecer comprometido con una persona o una causa sin importar lo que suceda, es una persona de quien se puede depender o contar, que hace su trabajo de continuo y no da lugar a ser acusado de falta alguna, cumple sus compromisos, es exacto y conforme a la verdad. Igualmente se aplica a la persona que es firme y constante en sus afectos, ideas, credos u obligaciones.
c. Analicemos algunas características del hombre fiel: cumple sus promesas aun cuando no resulta en su propio beneficio (Salmo 15: 4), guarda secretos y protege el carácter de otros (Proverbios 11: 13), su testimonio es fiel y sin mentiras (Proverbios 14: 5), son pocos y por lo tanto de gran valor (Proverbios 20: 6), renueva a los demás como hace un mensajero fiel (Proverbios 25: 13)
Abunda con bendiciones (Proverbios 28: 20), es constante en la oración (Romanos 12: 12), recibirá su galardón (1 Corintios 15: 58), debe ser la cualidad sobresaliente de un siervo u obrero (Mateo 25: 21-23; Lucas 16: 10-12; Lucas 19: 17; 1 Corintios 4: 2), los buenos maestros son conocidos por su fidelidad (1 Timoteo 2: 2).
2. LA COMUNIÓN.
“Cuando Daniel supo que el edicto había sido firmado, entró en su casa, y abiertas las ventanas de su cámara que daban hacia Jerusalén, SE ARRODILLABA tres veces al día, y ORABA y daba gracias delante de su Dios, como lo solía hacer antes (vr. 10). “Entonces se juntaron aquellos hombres, y hallaron a Daniel ORANDO y ROGANDO en presencia de su Dios” (vr. 11).
a. Una comunión diaria y fiel (tres veces al día).
Temprano en la mañana (sacrificio matutino), en la hora novena o tres de la tarde (sacrificio vespertino) y en el atardecer o al caer el sol (Salmos 55: 17).
b. Una comunión permanente y constante (como lo solía hacer antes).
Daniel ya venía cultivando una vida de comunión (Koinonia) con Dios desde hace mucho tiempo atrás y ahora en estas circunstancias difíciles, adversas y desfavorables no es la acepción; aunque su vida integridad física estaba en peligro (vr. 5-16)
c. Oraba orientado hacia Jerusalén (en dirección al Templo).
Ésta era la dirección en la vida de Daniel y él no tenía intención de cambiar a causa del decreto de Darío. Cuando el pueblo de Dios de aquellos tiempos se encontraba lejos del templo en Jerusalén, oraba orientándose en aquella dirección.
3. EL SERVICIO CONTINUO.
“Entonces el rey mandó, y trajeron a Daniel, y le echaron en el foso de los leones. Y el rey dijo a Daniel: el Dios tuyo, a quien tú CONTINUAMENTE SIRVES, Èl te libre” (vr. 16). “Y acercándose al foso llamó a voces a Daniel con voz triste, y le dijo: Daniel, SIERVO del Dios viviente, el Dios tuyo, a quien tú CONTINUAMENTE SIRVES, ¿te ha podido librar de los leones?” (vr. 20)
a. El rey Darío apeló a la vida continua de servicio que Daniel venía prestando a Dios
b. Dios tuvo en cuenta para librar a Daniel el servicio continuo que él venía prestándole.
c. Vale la pena dedicar nuestra vida al servicio de Dios y Su obra.
Así lo experimentó también el mejor rey de Judá (Ezequías), cuando enfermó de muerte: Ezequías volvió la cara hacia la pared y oró así al Señor: «Yo te suplico, Señor, que te ACUERDES de cómo te he SERVIDO fiel y sinceramente, haciendo lo que te agrada.» Y lloró amargamente. El Señor ordenó a Isaías que fuera y le dijera a Ezequías: «El Señor, Dios de tu antepasado David, dice: “Yo he escuchado tu oración y he visto tus lágrimas. Voy a darte quince años más de vida (Isaías 38: 1-5).
También los amigos de Daniel cuando fueron echado en el foso de los leones: “He aquí nuestro Dios a quien SERVIMOS puede librarnos del horno de fuego ardiendo; y de tu mano, oh rey, nos librará” (Daniel 3: 17). Por eso el apóstol Pablo enseñó: “Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro TRABAJO en el Señor no es en vano” (1 Corintios 15: 58).
4. LA CONFIANZA.
“Entonces se alegró el rey en gran manera a causa de él, y mandó sacar a Daniel del foso; y fue Daniel sacado del foso, y ninguna lesión se halló en él, porque había CONFIADO en su Dios (vr. 23).
Confiar (hb. Amán; gr. Peitho): tomar el camino a la mano derecha, ir a la derecha, estar seguro (seguridad), convencido o confiado, tener certidumbre interior, prevalecer, esperar, refugiarse en alguien.
a. Dios siempre recompensa la fe de los que en Él confían: la boca de los leones fueron tapados (Hebreo 11: 33). “…Por FE conquistaron reinos, hicieron justicia, alcanzaron promesas, TAPARON bocas de leones (Hebreos 11: 33).
b. Así lo habían experimentado los amigos de Daniel, cuando fueron echados en el horno de fuego: “He aquí nuestro Dios a quien SERVIMOS puede librarnos del horno de fuego ardiendo; y de tu mano, oh rey, nos librará” (Daniel 3: 17).
Recuerde lo que la Biblia enseña: ¡Dios conoce a los que en Él CONFÍAN y los fortalece en el día de la angustia (Nahúm 1: 7). “Pero la salvación de los justos es de Jehová, Y él es su fortaleza en el tiempo de la angustia. Jehová los ayudará y los librará; Los libertará de los impíos, y los salvará, Por cuanto en él ESPERARON” (Salmos 37: 39, 40)
CONCLUSIÓN: he aquí algunos concejos bíblicos y aprendidos de Daniel, cuando fue librado del foso de los leones: fidelidad, comunión, servicio continuo y confianza. ¿Las tenemos? ¡AMÉN QUE SÍ! ¡MANOS A LA OBRA!
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