El temor Bíblico que se debe tener a Dios.
El temor que vino cuando Ananías y su esposa murieron por mentir a Dios.
Estaba viendo el reportaje sobre la sentencia en el caso de la violación colectiva ó en pandilla en Nueva Delhi, India.
Tal vez usted recuerde el caso de esta violación cometida por 6 hombres contra una joven de 23 años, la violación colectiva le causó heridas que la llevaron a morir 2 semanas después de la violación.
Uno de los criminales se suicidó dentro de la cárcel antes de comparecer ante el juez para recibir sentencia.
Viendo el reportaje de hoy, decía el reportero que los criminales cuando iban camino al juez iban nerviosos y llorando, uno gritó: “Sálvenos hermanos”, al parecer ya en camino al juez estaban conscientes de que podían recibir la pena de muerte.
Es de suponer que ya después de cometido el crimen, tuvieron tiempo para meditar sobre sus actos y su consciencia los acusó de haber actuado mal, lo cual explicaría su nerviosismo y su llanto y grito por ayuda cuando iban camino a comparecer ante el juez para recibir la sentencia correspondiente a su crimen, comentaba el abogado defensor que los criminales sabían que podían recibir la pena de muerte.
Estaban nerviosos pues sabían que el juez tenía el poder y la autoridad para dictar la sentencia de pena de muerte, lo cual explicaría su temor de llegar a esa instancia y el temor ó miedo que tuvo uno de los criminales para haber preferido suicidarse antes de comparecer ante el juez.
Estos violadores no es que tuvieran ó sintieran respeto por el juez y que ese respeto los pusiera nerviosos y a llorar, sino que tenían miedo, temor del juez que sabían tenía la autoridad como para dictarles la pena de muerte, claro que hubiera sido mejor que antes de cometer el crimen hubieran recordado que de cometerlo serían llevados ante ese juez.
Dios es el juez de toda la tierra, “El juez de toda la tierra, ¿no hará lo que es justo? Génesis 18 : 25.
Dios como Creador del universo y del ser humano, ha creado al ser humano con libre voluntad de elegir entre hacer lo bueno y lo malo, desde Adán y Eva en el huerto: De todo árbol puedes comer su fruto, excepto de aquél.
Como seres humanos agentes morales libres dotados por Dios de libre voluntad y además dotados de una consciencia que nos acusa cuando hacemos el mal, todos los seres humanos compareceremos ante Dios el juez de toda la tierra para darle cuenta de nuestros actos.
Dios como juez de toda su Creación, tiene la autoridad y poder de sentenciar al transgresor de sus leyes a una condena de castigo eterno en el lago de fuego y azufre.
Ante tal escenario la persona inteligente debería sentir no solo respeto sino temor de Dios, un temor que lleve al ser humano a guardar los mandamientos de Dios y tener presente que un día le dará a DIos cuenta de todos sus actos,
Jesús, el Hijo de Dios enseñó: “Y no temáis a los que matan el cuerpo, mas el alma no pueden matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno” Mateo 10 : 28.
La palabra griega original usada (las 2 veces como temáis) en ese texto para temer es un verbo griego para la palabra phobos, miedo, temor, como se utiliza en acrofobia que es miedo a las alturas, quien padece acrofobia más que sentir respeto por las alturas siente miedo, temor en lugares altos.
Cuando Jesús se refiere a la enseñanza mencionada anteriormente no lo veo diciendo en lugar de temer tener respeto, no tendría sentido el decir algo como “no respetes a los que matan el cuerpo, más bien respeta al que puede destruir el alma y cuerpo en el infierno”
Si los criminales mencionados anteriormente tienen miedo y temor ante el juez terrenal que tiene la autoridad y poder para darles pena de muerte como castigo a sus crímenes, cuánto más debe un ser humano tener temor de Dios, el juez de toda la creación a quien todo ser humano le tendrá que rendir cuentas y que tiene todo el poder y autoridad para dictar sentencia de condena eterna en el lago de fuego y azufre para los transgresores de sus leyes ¡
Dice la Biblia en Apocalipsis : “Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos.
Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras.
Y el mar entregó los muertos que habían en él; y la muerte y el Hades (infierno) entregaron a los muertos que había en ellos: y fueron juzgados cada uno según sus obras.
Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda.
Y él que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego”
Apocalipsis 20 : 11 – 15
Así todo ser humano tendrá que rendir cuenta de sus obras ante Dios, y todo ser humano que transgreda las leyes de Dios (cometa pecados) es merecedor a recibir sentencia a castigo eterno en el lago de fuego y azufre.
Dios como juez justo de toda la creación debe hacer cumplir la ley, no puede pasar por alto las transgresiones a su ley (pecados) que cometan los seres humanos, la ignorancia de sus leyes no exenta del castigo, y Dios no puede como juez justo solamente perdonar a los criminales que transgreden sus leyes. Pero Dios mismo dispuso de un medio para que su ley se cumpla, para que se pague castigo por transgredir sus leyes, para que en lugar de que el pecador merecedor de estar por siempre en el lago de fuego, sea otra persona quien sufra el castigo.
Ese medio de pago en sustitución es el que Dios dispuso al hacerse El mismo forma humana en Jesús el Cristo, para sufrir el castigo correspondiente a nuestros pecados y recibir la ira de Dios contra el pecado y el pecador haciendo que la ley de Dios se cumpla, ese pago en sustitución a nuestros pecados está disponible para todo aquél que crea en Jesucristo el Hijo de Dios, como dice Jesús mismo:
“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” Juan 3 : 16.
Para la persona que ha creído en Jesucristo y que ha nacido de nuevo y cuida su salvación andando en santidad y conservando ese temor a Dios, debe recordar que también toda persona salva deberá rendirle cuentas a Dios, de como utilizó sus talentos, por ejemplo.
“Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo” 2ª Corintios 5 : 10.
“Así que recibiendo nosotros un reino inconmovible, tengamos gratitud, y mediante ella sirvamos a Dios agradándole con temor y reverencia; porque nuestro Dios es fuego consumidor” Hebreos 12 : 28 – 29.
El versículo anterior que señala Dios es fuego consumidor nos recuerda el siguiente pasaje:
“Nadab y Abiú, hijos de Aarón, tomaron cada uno su incensario, y pusieron en ellos fuego, sobre el cual pusieron incienso, y ofrecieron delante de Jehová fuego extraño, que él nunca les mandó. Y salió fuego de delante de Jehová y los quemó, y murieron delante de Jehová” Levítico 10 : 1 – 2.
El temor y miedo que debe tener el cristiano ante Dios es para obedecer a Dios y para obedecer sus mandamientos, recordando que Dios es santo y que es el juez de toda la tierra y sus juicios son justos, como en ese caso de Nadab y Abiú, Dios ejerce juicio justo inmediatamente sobre ellos matándolos.
“A Jehová de los ejércitos, a él santificad; sea él vuestro temor y él sea vuestro miedo” Isaías 8 : 13
Debe ser un temor, un miedo saludable y apropiado a Dios, para estar alerta, sobrio, velando para obedecer a Dios y sus mandamientos, sabiendo que Dios es santo y justo y que puede ejercer justicia sobre nosotros inmediatamente después de que cometamos un pecado, y de cualquier forma debemos rendirle cuenta de nuestros actos.
El Salmo 19 : 9 : dice: ” El temor a Jehová es limpio, que permanece para siempre; los juicios de Jehová son verdad, todos justos”.
Por ejemplo la ley judía (Torah) ya establecía en Deuteronomio 10 : 20 lo siguiente:
“A Jehová tu Dios temerás, a él solo servirás, a él seguirás”.
Sin embargo vemos el caso del rey Salomón que llegó el momento en su vida en que no tuvo temor de Dios, no tuvo un miedo saludable y adecuado a Dios sabiendo que tenía que rendirle cuentas de sus actos, y con esa falta de temor empezó a desobedecer los mandamientos de Dios, como el de no tomar muchas mujeres por esposas , ya que la ley establecía en Deuteronomio 17 : 14 – 20 que el rey no debía tomar muchas mujeres por esposas, y Salomón sin temor de Dios, desobedeció la ley.
Su falta de temor a Dios, la falta de un miedo apropiado a Dios, que le recordara que tendría que darle cuentas de sus actos, lo llevó a seguir practicando el pecado de tomar muchas mujeres por esposas, tomando lo que parece exagerado 700 esposas y 300 concubinas, ese pecado lo llevó a cometer otro más cuando Salomón sirvió y siguió a otros dioses, desobedeciendo el mandamiento de servir sólo a Jehová y de seguirlo sólo a él.
Veamos ahora una situación con los primeros cristianos, en la cual sobrevino temor ante el juicio de Dios sobre unos cristianos que pecaron.
“Pero cierto hombre llamado Ananías, con Safira, su mujer, vendió una heredad, y sustrajo parte del precio, sabiéndolo también su mujer; luego llevó solo el resto y lo puso a los pies de los apóstoles. Pedro le dijo:
—Ananías, ¿por qué llenó Satanás tu corazón para que mintieras al Espíritu Santo y sustrajeras del producto de la venta de la heredad? Reteniéndola, ¿no te quedaba a ti?, y vendida, ¿no estaba en tu poder? ¿Por qué pusiste esto en tu corazón? No has mentido a los hombres, sino a Dios.
Al oír Ananías estas palabras, cayó y expiró. Y sobrevino un gran temor sobre todos los que lo oyeron. Entonces se levantaron los jóvenes, lo envolvieron, lo sacaron y lo sepultaron.
Pasado un lapso como de tres horas, sucedió que entró su mujer, sin saber lo que había acontecido. Entonces Pedro le dijo:
—Dime, ¿vendisteis en tanto la heredad?
Y ella dijo:
—Sí, en tanto.
Pedro le dijo:
—¿Por qué convinisteis en tentar al Espíritu del Señor? He aquí a la puerta los pies de los que han sepultado a tu marido, y te sacarán a ti Al instante ella cayó a los pies de él, y expiró. Cuando entraron los jóvenes, la hallaron muerta; la sacaron y la sepultaron junto a su marido. Y sobrevino gran temor sobre toda la iglesia y sobre todos los que oyeron estas cosas. .” Hechos 5 : 1 – 11.
Véase que ante el juicio de Dios con el cual muere Ananías y su esposa entonces vino el temor, como dice el texto sobrevino gran temor en toda la iglesia. En Hechos 5 : 11 la palabra temor es la palabra original griega fobos, la misma que aparece en Mateo 10 : 28 como temor cuando Jesús dice: “ no temáis a los que matan el cuerpo, mas el alma no pueden matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y cuerpo en el infierno.”
Ese temor sobre toda la iglesia al ver que aquéllos nuevos cristianos que se atrevieron a mentir no contra Pedro sino contra Dios, murieron no por mano de Pedro sino murieron por juicio de Dios, seguramente era un temor, un miedo a Dios, un temor y miedo derivado de ver como Dios trató con esos cristianos nacidos de nuevo pero que pecaron al mentir, nótese que tomo un solo pecado una sola mentira para que Dios los juzgara ahí mismo y con juicio justo los matara, el temor vino como dice el pasaje sobre toda la iglesia, porque la iglesia esos cristianos reconocían a Ananías y su esposa como cristianos como parte de la iglesia, así que este juicio de Dios que provoca el miedo entre los cristianos que presenciaron y supieron de esto entonces con ese temor obedecerian a Dios y sus mandamientos, con un temor y miedo para no atreverse a desobedecer a Dios.
Como dice Proverbios 16 : 6, el temor a DIos debe ser para apartarse de obrar mal: ” Con misericordia y verdad se corrige el pecado, Y con el temor de Jehová los hombres se apartan del mal.”
En este caso en particular, esos nuevos cristianos que pecaron mintiendo, cayeron muertos bajo el juicio y poder de Dios, que tiene además del poder de matar el cuerpo el poder de destruir alma y cuerpo en el infierno.
Recuérdese lo que enseñó Jesús: “Y no temáis a los que matan el cuerpo, mas el alma no pueden matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno” Mateo 10 : 28
Si Ananías y su esposa hubieran tenido temor de Dios, y no me refiero a tener respeto de Dios como algunos lo quieren interpretar sino un temor un miedo saludable, apropiado de saber que Dios es el juez de toda la tierra y que todo ser humano le dará cuenta de sus actos, un temor y miedo apropiado para obedecer sus mandamientos, si Ananías y su esposa hubieran tenido ese tipo de temor, no hubieran mentido y no habrían caído muertos por el poder de Dios.
Imagínese la trágica escena en la congregación de los cristianos cuando eso pasó, a los demás cristianos sacando los cadáveres de la congregación, y contestando a los curiosos que por mentir a Dios cayeron muertos al instante ahí dentro. Tal vez los curiosos que se acercaron a ver cuando los cristianos sacaban los cadáveres, pensaron si Dios trata así a los cristianos mentirosos ¿que nos espera a nosotros pecadores que ni tememos a Dios ni lo obedecemos?
Los cristianos que fueron testigos de esas muertes y supieron de esto, a quienes les vino gran temor, ¿ habrán considerado en sus corazones el obedecer a Dios con temor, ó habrán considerado en su corazón cometer algunos pecados aún ?
Pienso que seguramente después de esas muertes, andaban en temor de Dios y obedeciendo cuidadosamente todos sus mandamientos.
Se puede imaginar este tipo de incidente en la iglesia actualmente, que algún cristiano hiciera algo similar mintiendo a Dios, aparentando algo en la congregación cuando en realidad practica otra cosa y que sobreviniera ahí mismo en la congregación, el juicio de Dios con la muerte del cristiano que haya pecado, como en el caso de Ananías ¡
¿Se puede imaginar una reunión en la congregación, donde todo pareciera ocurrir normalmente, a veces hasta con el mismo ritual ya aburrido y Dios por medio del Espíritu Santo le revelara al ministro el pecado de alguno de los cristianos que se congregan ahí, para que el ministro revelara en público el pecado de tal persona y ese cristiano en pecado admitiera que pecó y ahí mismo, el juicio justo de Dios matara a dicho cristiano, se lo puede imaginar?
Seguramente vendría temor y terror sobre los demás cristianos ahí congregados y mucho más temor de Dios, para aquéllos cristianos en pecado, seguramente muchos de ellos ahí mismo, clamarían a Dios, reconociendo sus pecados ocultos, admitiendo su responsabilidad y culpabilidad de pecar contra Dios, y pidiéndole, rogándole a Dios con fuerte clamor que los perdonara, pero ésto a consecuencia de ver que con Dios no se juega.
Un evento así seguramente causaría también un gran temor en la iglesia actualmente y movería a los cristianos a tener un temor apropiado a Dios para obedecerlo a él y sus mandamientos, y para no solamente “jugar a la iglesia”.
Algunos cristianos interpretan que cuando la Biblia habla de temor a Dios, quiere decir no temor ni miedo a Dios sino respeto, pero consideremos:
El temor que vino ante la iglesia cuando Ananías y su esposa murieron por mentir a Dios, y cayeron muertos por el poder de Dios, qué era ?
Respeto a Dios, ó temor a Dios, ó miedo a Dios ?
Que cree que moviera a los cristianos de esa iglesia a andar con mucho cuidado obedeciendo a Dios ?
El tener respeto a Dios ó el tener temor a Dios, el tener un miedo apropiado ante el juez de toda la tierra para obedecerlo sabiendo que en su justo juicio puede no sólo matar el cuerpo sino destruir alma y cuerpo en el infierno ?
Como hasta donde sé, eventos tan trágicos como el de Ananías y Safira no se dan actualmente en la iglesia, que será lo más apropiado y necesario en esta época para la iglesia actual ? respeto a Dios, ó un temor y miedo saludable y apropiado para andar en santidad, para velar no caer en tentación y obedecer sus mandamientos ?
Si un cristiano solo tiene respeto a Dios y ese respeto a Dios no le sirve para andar en santidad y obedecer sus mandamientos, de poco le sirve esa actitud respetuosa ante Dios.
Una simple actitud respetuosa ante un juez por parte de alguien que cometió un crimen no le quita el castigo.
Pero si el tener temor a Dios, el tenerle un miedo saludable y apropiado te sirve y te mueve a obedecerlo y a andar en santidad obedeciendo sus mandamientos, entonces es un temor bíblico el que manda Jesús.
Es precisamente por ese temor a Dios, que cuando el cristiano llegue a caer en pecado debe buscar inmediatamente el arrepentimiento y presentarse ante Dios para confesar su pecado.
Pero aún cuando el cristiano llega a caer en pecado, es por el pago que Jesús hizo en la cruz, por su sangre derramada por nosotros, que podemos acudir confiadamente ante Dios ante su trono para arrepentirnos y pedirle perdón.
“Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro” Hebreos 4 : 16
Pero el temor de Dios debe movernos para andar en santidad, obedeciendo los mandamientos de Dios, Dios quiere que aún y cuando hayamos nacido de nuevo le obedezcamos andando en santidad.
Temer a Dios y conocer que El es además un juez justo que castiga el pecado y al pecador, debe movernos a continuamente cuidar nuestra salvación en santidad y obediencia a Dios, ay de aquél que se confía y estando cometiendo pecado ó estando en pecado no arrepentido le llegue la muerte, como el caso de Ananías y su esposa ó como un caso que expondré más adelante.
“El principio de la sabiduría es el temor de Jehová; Los insensatos desprecian la sabiduría y la enseñanza” Proverbios 1 : 7
“No tenga tu corazón envidia de los pecadores, Antes persevera en el temor de Jehová todo el tiempo” Proverbios 23 : 17.
“El fin de todo el discurso oído es este: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre” Eclesiastés 12 : 13
“Y dijo al hombre:
He aquí que el temor del Señor es la sabiduría, Y el apartarse del mal, la inteligencia. ” Job 28 . 28
“Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios.” 2a Corintios 7 : 1
Un caso real sobre por qué y que tipo de temor se debe tener a Dios.
Quiero ahora ilustrar sobre el temor que se debe tener a Dios con el siguiente caso real.
Un pastor y consejero cristiano relata que conoció a un pastor que vivía cerca de un Colegio Bíblico, y en su iglesia asistían 3 estudiantes del mismo estudiando para el ministerio. Un día estos estudiantes se reunieron para calumniar al pastor y que así lo corrieran de la iglesia y uno de ellos pudiera ocupar su lugar. Corrieron un rumor de que el pastor era un abusador de menores. Tan crítica fue la situación que los líderes de la iglesia lo llamaron, el argumentó su inocencia y no existía ninguna prueba en su contra, él era ciertamente inocente. Este pastor reunió a otros 3 líderes de la iglesia hombres de oración y después de argumentar su caso con los otros líderes, oraron pidiendo a Dios que quienes corrieron esas calumnias fueran revelados y Dios los castigara como El viera conveniente.
Al día siguiente uno de estos estudiantes iba cruzando la calle fue golpeado por un auto y matado instantáneamente. La semana siguiente otro de los estudiantes de 24 años de edad sufrió un ataque al corazón y murió dentro de una semana. A la siguiente semana el último de los calumniadores sufrió un aneurisma cerebral y fue hospitalizado, el pastor calumniado lo visitó allí diariamente aún sabiendo lo que le había ocasionado el joven. Después de un mes, también este estudiante murió, así dentro de un mes aproximadamente, todos estos 3 jóvenes de unos veinte años de edad, que confabularon para calumniar al pastor estaban muertos.
Es un caso en el cual se puede ver que Dios hizo justicia al pastor inocente y calumniado y no se demoró en hacerlo.
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