Diariamente enfrentamos diferentes retos, unos más grandes que otros. Todos tenemos (o deberíamos tener) sueños y metas que nos inspiren a seguir luchando con fuerza y valentía.
Cada uno tiene esa área en dónde se ha tenido que esforzar más, todos somos diferentes, lo que para alguien es muy fácil puede que para otra persona requiera un poco más de dedicación. Por esta razón debemos de encontrar nuestra identidad y fortalecerla en Cristo, no podemos ser una copia de alguien más.
La comparación puede ser muy dañina, siempre habrá personas mucho mejores que nosotros en diferentes áreas. Quizás admiramos a alguien, inclusive nos podemos inspirar en lo que él o ella hacen, sin embargo, no podemos pretender llegar a ser como esa persona es.
Esto nos lleva al reto de colocarnos metas y trabajar por alcanzarlas. La vida no es fácil, el mismo Jesús nos dijo que tendríamos aflicciones, pero Él ya venció y nos ha dado la capacidad de tener fuerza, sabiduría y emprendimiento para alcanzar aquello que nos proponemos y que está dentro de su voluntad.
Éxito es disfrutar el camino y cada paso que se da. Por eso pienso que debemos de celebrar cada logro que tenemos, no importa su tamaño, si hoy logramos hacer un poco mejor algo que ayer nos costaba es bueno detenerse, felicitarse y decir: puedo hacer o dar más, lo estoy haciendo bien.
Muchas veces quizás somos muy perfeccionistas y duros con nosotros mismos. Creo que debemos de buscar la excelencia, sin embargo, es bueno bajar el ritmo y reflexionar sobre las cosas buenas que estamos haciendo.
Los pequeños logros también se celebran, esto hace que la vida sea más emocionante. Quiero animarte a disfrutar de cada segundo de la vida, no pierdas la capacidad de asombro.
Hace poco alcancé un pequeño logro, en el lugar donde entreno había que hacer un “rope climb” (subir la cuerda), para muchos eso es “pan comido”, para mí NO lo ha sido, muchas veces lo he intentado y hasta había descartado hacerlo (de verdad me cuesta un mundo), pero dije voy a intentarlo y logré subir un poco más de la mitad, ¡eso me emocionó mucho! Ahora el reto es intentarlo más para llegar hasta arriba y luego subir y bajar.
Rescato varios puntos:
1) No importa cuántas veces lo tengas que intentar, hazlo
2) Quizás a la primera no te salga, no desistas
3) No sabes cuándo te saldrá y aun cuando llegues solo a la mitad ya es un avance, sigue hacia adelante
4) Hay que trabajar la mente, cuando te diga no, vos decís SÍ
5) La técnica es vital para subir, así es en la vida
6) Dios nos da dado la capacidad de subir una cuerda ¡y muchas cosas más!
Hoy quiero animarte para que hagas un alto, celebres la vida y los pequeños logros, la suma de cada uno de ellos te llevarán a cosas mayores.
Quita la crítica contigo mismo, cambia la forma en la que te ves, piensas y hablas de ti, eres una hermosa creación de Dios, y Él te ha dotado para que tengas éxito en todo lo que hagas.
“Ya te lo he ordenado: ¡Sé fuerte y valiente! ¡No tengas miedo ni te desanimes! Porque el Señor tu Dios te acompañará dondequiera que vayas” (Josué 1:9).
No hay comentarios:
Publicar un comentario