En Mateo 6, Jesús está hablando a la multitud, y le decía que los tesoros de la tierra son atacados por varios elementos: La polilla, el orín – o el moho – y los ladrones. El problema en Mateo capítulo 6 es que lo terrenal no perdura; su problema era de durabilidad.
Cuando vamos al Génesis, vemos que Dios resuelve los problemas de la tierra, y los resuelve con cosas materiales, pero con una diferencia: Esas cosas materiales que Dios creó sí tienen durabilidad. Todavía hoy hay peces, existen los mares, existe la tierra, existen los animales, existe el hombre, hay semillas, hay plantas.
En Génesis, Dios resolvió los problemas de la tierra con elementos materiales, pero con durabilidad. Pero el capítulo 6 del libro de Mateo se ha utilizado para exaltar la pobreza, para glorificar la falta de recursos, se ha utilizado como excusa para que no haya acumulación, para que no haya prosperidad en nuestra vida, para que no pidamos cosas materiales al Señor.
El mensaje del Señor va en contra de esos principios que han sido dañados, que han sido adulterados, y que han sido la razón por la cual hay tanta gente en las iglesias con mentalidad de pobreza. Una tercera parte de la Biblia está dedicada a hablar de las riquezas, está dedicada a hablar de las cosas que la gente define como terrenales, como que no sirven, como que no deben tener valor en nuestra vida. Una tercera parte de la Biblia habla acerca de tu dinero, de la prosperidad material.
Mateo no dice: Una casa es un tesoro terrenal, y un hogar es un tesoro en el cielo. La diferencia que nos hace la escritura entre un tesoro y el otro es acerca de la durabilidad. Y hay tesoros que tenemos en nuestra vida que, para determinar si son de Dios o no, la diferencia es su durabilidad. No lo que es, sino cuánto dura.
Mateo capítulo 6 nos está hablando de tesoros en la tierra, pero con características de cielo.
Independientemente de que hablemos de casa, carro, negocios, dinero; las cosas que tenemos en la tierra, sí, por definición, son materiales, porque ocupan espacio, pero lo importante es que tus tesoros no tengan características de tierra, sino que tengan características de cielo.
En la tierra, podemos tener tesoros, con características de cielo.
Y, ¿cuáles son esos tesoros? Esos tesoros son aquellos que tienen durabilidad, y que son creados como fue creado todo lo material que se creó en Génesis capítulo 1. Todo lo que se creó en Génesis 1 fue material, fue creado para la tierra, y tiene durabilidad, y esa durabilidad se debe a que no fue creado con instrumentos de hombre, sino que fue creado con la palabra de Dios.
Una cosas es tener una casa, y otra cosa es tener la casa que Dios te dio. Una cosa es tener un negocio, y otra cosa es tener el negocio que Dios te dio. Porque un negocio puede ser un tesoro en la tierra, como puede ser un tesoro en el cielo. Cuando es creado con la palabra de Dios, va a tener la durabilidad que te va a decir que ese negocio es un tesoro para el cielo, porque ese negocio es de Dios.
Ha llegado el tiempo en que la iglesia, la gente de Dios, pueda acumular riquezas, sin sentirse culpable. De seguro, por tus manos han pasado riquezas, y muchas no han perdurado porque no eran tesoros para el cielo, pero Dios te ha estado preparando para entregarte tesoros que van a tener durabilidad.
Deja de llorar aquello que ya no está en tu vida. La casa que perdiste, deja de llorarla; si no la tienes hoy, es porque no era de Dios, no tuvo durabilidad. El carro que el banco vino a quitarte, deja de llorarlo; trabajaste y lo compraste, lo alcanzaste, lo conseguiste como cualquier persona consigue en el mundo, pero tú tienes que aprender a asegurarte de que las cosas materiales, naturales, que recibas en este mundo, no vengan con características de tierra porque, cuando vienen con características de tierra, tienen fecha de expiración, no tienen durabilidad. Quizás te da mucho trabajo comprar una casa, y después no la tienes ni un mes, o un año, porque no viene con características de cielo. Cuando viene con características de cielo, viene con durabilidad, y viene apoyado por la palabra del Señor.
Lo que tú sostienes con la palabra del Señor tiene durabilidad.
Hay relaciones en tu vida que se han perdido, y ha sido porque no eran de Dios. De lo contrario, todavía estarían en tu vida, la polilla no se los hubiese comido, el moho no se los hubiese comido, y el ladrón no se los hubiese llevado. Si la polilla se lo comió, si el moho se lo comió, si el ladrón se lo llevó, no era de Dios, no tuvo durabilidad, no está apoyado por la palabra del Señor; déjalo ir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario