“¿Acaso no saben que su cuerpo es templo del Espíritu Santo, quien está en ustedes y al que han recibido de parte de Dios? Ustedes no son sus propios dueños; 20fueron comprados por un precio. Por tanto, honren con su cuerpo a Dios.” 1 Corintios 6: 19 (NVI)
En este versículo, el Apóstol Pablo se dirigía a la iglesia de Corinto, diciéndoles que cuidaran su cuerpo del pecado, porque el cuerpo es el templo del Espíritu Santo. Debes cuidar tu cuerpo del pecado, pero también debes cuidarlo para que este en óptimo estado al momento de ejecutar el propósito para el cual fuiste llamado.
¿Qué es lo que te impulsa? ¿Qué es lo que te llena de energía? ¿Qué es lo que te motiva? El mantenerte activo depende de la energía que tengas en tu cuerpo. A veces, hay cosas que te motivan mucho, pero, si tu cuerpo no está preparado para ejecutar, no lo vas a poder hacer.
Hay algo en tu cuerpo que se llama adrenalina. Esta se encarga de darte la energía especial que necesitas en algún momento en específico. Pero, para tener fuerza física, resistencia, una buena energía a diario y poder hacer las cosas, necesitas tener una buena alimentación y ejercicio.
Posponer tu bienestar todos los días, para mañana, no es beneficioso. Haz un hábito de tomar vitaminas a diario, comer bien e ingerir menos azúcar; la azúcar, a la larga, le va hacer daño en algún momento. Tu cuerpo lo necesitas para hacer todo lo que quieres hacer; por eso tu salud es tan importante. Puedes tener toda la motivación del mundo, pero, a la hora de la verdad, lo que te va a permitir hacer las cosas es tu cuerpo. Debes cuidarlo.
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