jueves, 20 de noviembre de 2014

Obedecer

Jesús dijo: Si te piden caminar con ellos una milla, camina dos.  ¿Cuál fue el objetivo de Jesús para hacer estas expresiones en el sermón del monte?  Ubicar el carácter del cristiano.  Y es que, algunas veces, no debemos analizar el por qué debemos hacer algo, sino hacerlo en obediencia, aunque no entendamos. 
Jesús sabía que lo que estaba diciendo no sería bien recibido, pero que sería beneficioso para aquel que lo recibiera y actuara en obediencia.  
El carácter del servicio de Jesús es el que debemos emular en nuestra vida.  La biblia nos dice, en Filipenses 2, verso 5: Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús. 
A través de nuestro servicio, ya sea en la iglesia, trabajo, en la comunidad, en la familia, siempre hay un sentir.  En los versos 6 al 8, vemos a lo que se refiere la palabra cuando habla de “este sentir”: El cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.
Tres áreas son trabajadas en nuestra vida cuando servimos: 1) Nuestro sentir; 2) El orgullo y 3) nuestra obediencia.  Es importante el servir, pero más importante es la actitud que asumimos cuando servimos, porque es esto lo que hace el mayor efecto sobre la persona a la cual servimos y a nosotros mismos.  Por ejemplo, no es lo mismo servir la mesa para la familia con una actitud de alegría y con mucho ánimo que hacerlo con poco ánimo y de mal humor. 
Jesús nos exhorta a que demos más de lo que se nos pide, porque esto causa dos efectos:
En primer lugar, cambia la perspectiva en la persona que recibe el servicio.  Cambia la perspectiva acerca de nosotros y acerca de quién es Dios a través de nosotros.  El mundo no podrá ver a Dios, pero ve a Dios a través de nosotros, en nuestro servicio.  Tus jefes y compañeros pueden ver a Dios cuando en tu trabajo das el extra. 
Cuando damos la milla extra, el mundo cambia la percepción del Dios que tú y yo le servimos.   
Los cristianos damos la milla extra cuando somos excelentes como padres, patrones, empleados, vecinos, estudiantes, hijos, etc.  Un ejemplo de dar la milla extra es cuando visitamos al vecino que está enfermo, no tan sólo le oramos, sino que podemos cocinarle, o hacerle compra, o ayudar en la limpieza del hogar, etc.  A través de estas acciones, pueden ver el amor de Dios.
En segundo lugar, cuando hacemos más de los que se nos pide, los corazones cambian.  Haz algo desinteresadamente y verás el efecto que hay en el corazón de la persona que has servido. 
¿Eres de los que das una milla?  ¿O das la milla extra?  Das una milla, cuando haces lo que se te pide y no con buen ánimo.  Das la milla extra, cuando haces más de lo que se te pide y lo haces con buen ánimo y amor.  Aun en tu relación con Dios, también es importante el servicio.  Asistes a la iglesia, sirve, reconoce el gran amor de Dios a tu vida; bendice e intercede por aquellos que no conoces y aún por tus enemigos. 
Para tener una vida de servicio, tiene que haber pasión por Dios.  Tienes que entender que él quiere que vivas una vida con propósito y que estés dispuesto a hacer el máximo, esto es, dando más allá de lo que se espera.

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