jueves, 27 de noviembre de 2014
Jesús extiende su mano
En Mateo 14, se nos narra el momento en que, en medio de una tormenta, Jesús se acerca a la barca donde estaban sus discípulos, caminando sobre las aguas. Entonces, Pedro le dice, para saber que era él, que le mandara a ir hasta él, caminando sobre las aguas. Jesús le dijo: Ven. Y Pedro salió de la barca, y caminó sobre las aguas, hasta que, viendo el viento, tuvo miedo y comenzó a hundirse. Jesús le extiende su mano y le dice: Hombre de poca fe, ¿por qué dudaste? Subieron, entonces, a la barca y la tormenta cesó.
Esta historia es un contraste entre la paz y la tormenta; entre fe y miedo; entre riesgo y comodidad. Y tú, al igual que Pedro, debes escoger si te quedas en la barca o te arriesgas.
Los problemas espirituales en muchas personas se basan en estos contrastes. Desean paz, pero hay tempestad; hay temor y hay fe; hay que decidir entre actuar o no actuar. Estos momentos de incertidumbre crean una gran tormenta en la mente.
Cuando los discípulos tomaron decisiones, específicamente Pedro, las cosas cambiaron de dirección. Pedro al ver a Jesús, no se enfoca en los vientos; le pide que le mande ir donde él esta. Jesús le da la orden y Pedro decide salir de la barca y camina sobre las aguas. Una decisión lo hizo caminar en fe, pero luego se enfoca nuevamente en los vientos y comienza a hundirse. Vuelve y toma una decisión: Clamar. Jesús le extiende su mano y lo levanta.
Una decisión fue la que provocó que su enfoque cambiara de lugar. No saldrás de la incertidumbre de la tormenta en tu vida, hasta que tomes una decisión. Toma la decisión y, no importa si estas dentro de la barca o fuera, confía, Jesús está contigo.
Jesús, al verlos en medio de la tormenta, de la dificultad, decide ir hacia ellos. La religión ha enseñado que los problemas te acercan a Jesús, sin darse cuenta que es todo lo contrario. En medio de las tormentas de la vida, donde has estado a punto de perder tu fe, de hundirte y hacer que todo se pierda, abre tus ojos y mantén la fe, porque Jesús aparecerá en tu socorro, en cualquier momento llegará la respuesta.
Era imposible que Jesús continuara orando, mientras veía a los discípulos remando con fatiga; él caminó sobre las aguas para ir a favor de ellos. Nadie es capaz de caminar sobre las aguas e ir a tu favor, como nuestro Señor Jesús. No hay problema tan grande que impida que Jesús te vea. En medio de tu fatiga, abre tus ojos para que veas a Cristo caminando sobre las aguas, diciéndote: No temas. Ten ánimo, yo estoy contigo.
Los discípulos, en medio de la tormenta, tuvieron la oportunidad de ver caminar a Jesús como nunca antes lo habían visto, sobre las aguas. Mantén tu fe, aun en medio de la tormenta, porque tendrás la oportunidad de ver a Jesús como nunca lo has visto.
En la cuarta vigilia, de 3 a 6 de la mañana es el momento más oscuro, pero es el momento que marca el tiempo de un nuevo día, un nuevo tiempo. El enemigo siempre tratará de atacar tu vida, cuando estás a punto de ver salir el sol. A lo mejor estás viviendo en una tormenta en la cuarta vigilia de la noche, pero gloria a Dios que Jesús camina en medio del peor problema para darte el nuevo amanecer que estás esperando. El nuevo día vendrá y saldrás con la solución.
Lo que estás viviendo jamás se va a comparar con lo que vas a vivir en el nuevo mañana.
viernes, 21 de noviembre de 2014
Relación de pareja
“¿Qué se necesita para ser feliz en una relación?” es la pregunta que plantea el doctor Mark Goulston, psiquiatra, consultor empresarial, y conferencista internacional, quien propone algunos consejos para mejorar la vida en pareja.
Si bien no existe un secreto mágico para lograrlo, Goulston plantea que su experiencia le ha hecho notar que las parejas más felices suelen tener ciertos hábitos que contribuyen a su bienestar.
1. Van a la cama al mismo tiempo
Según Goulston, las parejas felices suelen resistir a la tentación de ir a acostarse en diferentes momentos. “Van a la cama al mismo tiempo, incluso si uno de los dos se levanta luego para hacer cosas mientras su pareja duerme”, dice, añadiendo que “cuando tocan su piel aún sienten un pequeño hormigueo, a menos que uno o ambos estén tan agotados como para sentirse sexualmente estimulados”.
2. Cultivan intereses comunes
Cuando la pasión baja sus niveles, es común que las parejas se den cuenta que tienen pocos intereses en común. Por ello, no hay que restarle importancia a las actividades que pueden desarrollar y disfrutar en conjunto, dice el experto.
“Si los intereses comunes no están presentes, las parejas felices los desarrollan”, señala, recomendando también tener actividades por separado, para que la relación no se vuelva demasiado dependiente.
3. Caminan de la mano o van uno al lado del otro
En lugar de que uno de los dos se vaya quedando atrás porque camina más lento o se detiene a ver algo, Goulston recomienda andar cómodamente al lado de la pareja, y mejor aún si se toman la mano. Si uno quiere parar a observar alguna cosa, es mejor hacerlo juntos, o se pierde el sentido de compañía.
4. Confían y perdonan
En los desacuerdos o discusiones rutinarias que no llegan a resolución, las parejas felices no se desgastan, se perdonan mutuamente y confían el uno en el otro, en lugar de guardar rencor y mantenerse de mala gana en la relación.
5. Se centran más en lo que su pareja hace bien que en lo que hace mal
Si comienzas a buscar cosas malas en tu pareja, siempre encontrarás algo. Si haces lo contrario, es decir, buscas lo bueno, también hallarás cosas. “Todo depende de lo que quieres buscar. Las parejas felices acentúan lo positivo”, dice el experto.
6. Se abrazan al reencontrarse después del trabajo o actividades
“Nuestra piel tiene una memoria de “buenas caricias” (amor), “malas caricias” (abuso) y “sin caricias” (descuido). Las parejas que se saludan con un abrazo mantienen su piel bañada por “buenas caricias”, afirma Mark.
7. Dicen “te amo” y “que tengas un buen día” todas las mañanas
Es una manera de cultivar la paciencia y la tolerancia, pues es una buena forma de empezar un día que depara problemas, dificultades y otras molestias que podrían darse en el trabajo.
8. Dicen “Buenas noches” cada noche, independientemente de cómo se sientan
“Esto le dice a tu pareja que, sin importar lo mal que estás con él o ella, aún quieres estar en la relación. Dice que lo que tú y tu pareja tienen es más grande que cualquier incidente perturbador”, explica el psiquiatra.
9. Llaman o envían un pequeño mensaje a su pareja durante el día
Llamar o enviar un pequeño mensaje preguntando como va el día del otro, es un hábito de las parejas felices, dice Goulston. Ayuda a mantener la complicidad y conexión aún cuando no se ven, y permite estar más en sintonía cuando se ven después del trabajo. Puedes saber si tu pareja está teniendo un día horrible o tuvo un gran logro que pueden compartir cuando se reencuentren.
10. Se sienten orgullosos de estar con su pareja
A las parejas felices les gustan verse juntos y cuando están en público suelen darse la mano, apoyar su mano sobre el hombro, espalda o rodilla del otro, etc. Muestran la conexión que existe entre ellos, a veces sin darse cuenta.
Goulston indica que un hábito es un comportamiento discreto que para transformarse en automático, necesita un poco esfuerzo para mantenerlo y cultivarlo. En este sentido, dice que aquellos que tienen problemas de pareja, pueden seleccionar uno de los puntos señalados y llevarlo a cabo. Además, si en un comienzo no funciona, aconseja no desesperarse y simplemente retomarlo.
jueves, 20 de noviembre de 2014
Obedecer
Jesús dijo: Si te piden caminar con ellos una milla, camina dos. ¿Cuál fue el objetivo de Jesús para hacer estas expresiones en el sermón del monte? Ubicar el carácter del cristiano. Y es que, algunas veces, no debemos analizar el por qué debemos hacer algo, sino hacerlo en obediencia, aunque no entendamos.
Jesús sabía que lo que estaba diciendo no sería bien recibido, pero que sería beneficioso para aquel que lo recibiera y actuara en obediencia.
El carácter del servicio de Jesús es el que debemos emular en nuestra vida. La biblia nos dice, en Filipenses 2, verso 5: Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús.
A través de nuestro servicio, ya sea en la iglesia, trabajo, en la comunidad, en la familia, siempre hay un sentir. En los versos 6 al 8, vemos a lo que se refiere la palabra cuando habla de “este sentir”: El cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, 7 sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; 8 y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.
Tres áreas son trabajadas en nuestra vida cuando servimos: 1) Nuestro sentir; 2) El orgullo y 3) nuestra obediencia. Es importante el servir, pero más importante es la actitud que asumimos cuando servimos, porque es esto lo que hace el mayor efecto sobre la persona a la cual servimos y a nosotros mismos. Por ejemplo, no es lo mismo servir la mesa para la familia con una actitud de alegría y con mucho ánimo que hacerlo con poco ánimo y de mal humor.
Jesús nos exhorta a que demos más de lo que se nos pide, porque esto causa dos efectos:
En primer lugar, cambia la perspectiva en la persona que recibe el servicio. Cambia la perspectiva acerca de nosotros y acerca de quién es Dios a través de nosotros. El mundo no podrá ver a Dios, pero ve a Dios a través de nosotros, en nuestro servicio. Tus jefes y compañeros pueden ver a Dios cuando en tu trabajo das el extra.
Cuando damos la milla extra, el mundo cambia la percepción del Dios que tú y yo le servimos.
Los cristianos damos la milla extra cuando somos excelentes como padres, patrones, empleados, vecinos, estudiantes, hijos, etc. Un ejemplo de dar la milla extra es cuando visitamos al vecino que está enfermo, no tan sólo le oramos, sino que podemos cocinarle, o hacerle compra, o ayudar en la limpieza del hogar, etc. A través de estas acciones, pueden ver el amor de Dios.
En segundo lugar, cuando hacemos más de los que se nos pide, los corazones cambian. Haz algo desinteresadamente y verás el efecto que hay en el corazón de la persona que has servido.
¿Eres de los que das una milla? ¿O das la milla extra? Das una milla, cuando haces lo que se te pide y no con buen ánimo. Das la milla extra, cuando haces más de lo que se te pide y lo haces con buen ánimo y amor. Aun en tu relación con Dios, también es importante el servicio. Asistes a la iglesia, sirve, reconoce el gran amor de Dios a tu vida; bendice e intercede por aquellos que no conoces y aún por tus enemigos.
Para tener una vida de servicio, tiene que haber pasión por Dios. Tienes que entender que él quiere que vivas una vida con propósito y que estés dispuesto a hacer el máximo, esto es, dando más allá de lo que se espera.
jueves, 13 de noviembre de 2014
Hijo de Dios
No hay situación ni problema por el cual no puedas hacer algo. Quizás no podrás calmar la tormenta, pero sí puedes caminar en medio de la tormenta, si Dios te da la orden. Cada vez que Dios da una orden, capacita a quien él ordena y da la victoria que ha prometido.
Pedro caminó sobre las aguas, pero cuando dejó de mirar a Jesús, y puso su mirada en lo que pasaba a su alrededor y lo difícil de la situación, comenzó a hundirse. Mientras más te acerques a la meta, más grandes serán las olas. Mientras más caminas hacia Dios, el camino será menos fácil. Cada paso de fe te lleva a un nuevo nivel. Cada caminar hacia tu meta no será más fácil, ejemplo lo vemos con nuestro señor Jesús. Descender del cielo a la tierra fue fácil, pero la vía dolorosa no fue fácil. Mientras más se acercaba a su meta, a la gloria, más difícil fue el camino.
¿Estás dispuesto a caminar hacia la meta, aunque no sea fácil?
Cristo le preguntó a Pedro: ¿Por qué dudas? Pero, ¿cómo hacer para que la duda no llegue y puedas llegar a la meta?
- Rehúsa ser víctima de la situación – Lo que te hace dudar es cuando aceptas la condición de víctima de los problemas. Te puedes quedar dentro del bote pensando por qué a ti te está sucediendo ese problema o decides salir de la barca y caminar hacia la meta.
- No permitas que el mundo cambie tu mirada del premio. – Hay dos maneras de ver a Goliat. Verlo como gigante o verlo como una recompensa. David no dejó que Goliat, al vociferar, lo desenfocara del premio que iba a recibir al vencerlo. El día que pienses que no hay valor ni recompensa en lo que estás haciendo, entonces, tu atención cambia, y verás los problemas más grandes. Esto trae dudas dentro de tu corazón.
- Tienes que rehusarte a pensar que no tienes propósitos en tu vida. - Decide pensar que tienes propósito de parte de Dios para tu vida. Hay valor en quien tú eres y Dios admira el acto de fe que tienes en los momentos difíciles de la vida. Enfócate en lo que Dios quiere para tu vida.
Si permaneces enfocado, mirando la meta, cuando pase la tormenta, verás a Dios como nunca antes lo habías visto. En la primera tormenta, los discípulos se preguntaron quién es este, cuando vieron a Jesús. En esta tormenta, después de Pedro haber caminado sobre las aguas, Cristo se acerca a la barca, y estos dicen: Verdaderamente, este es el Hijo de Dios.
Cada paso que has dado, en medio de ese problema, a lo único que te llevará será a darte cuenta que Dios se va a hacer más real en tu vida que nunca antes. Esta tormenta lo que va a hacer es que tu madures y, cuando llegue la próxima dificultad, estarás tranquilo porque sabes que sabes que Dios estará contigo como lo estuvo en la pasada tormenta.
Pedro, al oír a Jesús, se enfocó y comenzó a caminar sobre las aguas. Mantente escuchando su voz, a través de la palabra de Dios, en la oración, asistiendo a la iglesia, escuchando de su palabra.
Cancela en tu vida todo lo que te ha hecho creer que te vas a hundir y todo aquello que te ha desenfocado de la meta. Te levantas en victoria y fuerte en el nombre de Jesús, y tu vida será un testimonio al mundo que le sirves al Dios Todopoderoso.
Levantate
Cuando hay un problema en la familia, muy pocas veces vemos a un hijo que se dirija primero al papá. Generalmente, cuando alguien está enfermo, cuando alguien ha cometido un error, cuando algo pasa, la primera llamada que se hace es a la madre.
No es casualidad que Dios asignara cinco mujeres a proteger la vida de Moisés. Sabemos que hay unas capacidades, un don, algo especial que sale de manera natural de nuestra vida como mujeres, que nos hace protectoras, intercesoras. Si alguien sabe de meter la mano donde no le corresponde, tan solo por salvar a uno de los suyos, somos las mujeres.
Una persona puede tomar acciones para proteger el propósito en la vida de otra persona. Eso fue lo que hizo Jocabed, madre de Moisés, y lo que hizo Myriam, su hermana.
La historia de Moisés lo que hace es poner en nuestro corazón la importancia y el poder de la intercesión. Es la historia del gran caudillo, el gran libertador, el que sacó al pueblo de Israel de la cautividad en Egipto, pero no es menos cierto que, el que se convertiría en salvador, necesitaba salvación, en un momento dado. Y la salvación le fue entregada en manos de mujeres, que pudieron entender el llamado de interceder, entendiendo su llamado, su propósito, cuidando el propósito establecido por Dios en la vida de Moisés.
Para que Dios nos dé la sabiduría de ver más allá, Dios cuenta con nuestra oración de intercesión. Dios cuenta con que algunos de sus hijos van a recibir revelación para pararse en la brecha por otros. Dios cuenta con aquellos a quienes puede confiar su plan. Dios cuenta con aquellos con los que puede trabajar, a quienes puede inspirar, a quienes puede hablar, sabiendo que van a seguir las instrucciones específicas para que su plan se cumpla.
Moisés nació en un momento en que todos los niños tenían un decreto de muerte, pero hubo una mujer a quien Dios le asignó ser intercesora por la vida y el propósito de aquel niño. La diferencia en la vida de Jocabed y de Moisés fue que, mientras otras madres amaban a sus hijos y de igual manera los vieron hermosos, la de Moisés lo amaba y lo vio hermoso, pero entendió que el amor que Dios tenía para él y el propósito que Dios tenía para él iban por encima de su propio amor de madre.
Tú amas a tus hijos, pero para tú poder ser una verdadera intercesora por tus hijos, tú tienes que empezar a ver el propósito de Dios en ellos.
Si crees que has dado mucho por tu carrera, por tu negocio, si crees que han sido muchos años, mucho sufrimiento, muchos sacrificios, el día que puedas ver cuál es el propósito de Dios para tu negocio, para tu carrera, con tu vida profesional, entonces vas a poder entender y ver las cosas diferentes. ¿Y qué hace esto en ti? Hace que no te rindas, hace que te conviertas en un verdadero intercesor que pueda pararse en la brecha, que no entregues tu negocio, no entregues tu familia, tu matrimonio y a tus hijos a la vida.
Dios te llama a levantarte como intercesor. Te llama a pararte en la brecha, firme, dispuesto a hacer lo que haya que hacer para que se cumpla su propósito en la vida de las personas a las que él te ha asignado.
martes, 11 de noviembre de 2014
Lugar favorable
“Oyó Abraham que su pariente estaba prisionero, y armó a sus criados, los nacidos en su casa, trescientos dieciocho, y los siguió hasta Dan. Y cayó sobre ellos de noche, él y sus siervos, y les atacó, y les fue siguiendo hasta Hoba al norte de Damasco. Y recobró todos los bienes, y también a Lot su pariente y sus bienes, y a las mujeres y demás gente.” (Génesis 14:14-16)
Esta porción de la palabra nos muestra el poder de la conexión divina. La historia de Abraham y de Lot comienza cuando Abraham sale de la tierra de su padre y de su parentela con Lot. Llega un momento donde se tienen que separar porque Lot no puede mantener la paz entre sus siervos y los siervos de Abraham. Dice la biblia que ambos habían prosperado tanto que ahora sus siervos peleaban porque no había suficiente espacio. Abraham le dice a Lot: Tenemos que separarnos. Cuando Abraham le dice esto a Lot, se lo dice para ver la reacción de Lot, para ver si Lot tomaba la decisión de calmar a sus siervos, de resolver el asunto, pero Lot prefiere tomar la decisión de separarse de la conexión divina que Dios le dio y que había provocado aumento, incremento, poder, finanzas.
Lot se separa de Abraham y se acerca a Sodoma y a Gomorra. Cuando hace esto, lo pierde todo; su familia es influenciada por las cosas negativas y, lamentablemente, tiene que ir Abraham a rescatarlo en ese momento. Si Lot hubiera permanecido en conexión con Abraham, esto no hubiese ocurrido. Aunque es cierto que fue Abraham quien pidió que se separaran, Lot pudo haber dicho: Abraham, ¿sabes qué? Vamos a resolver el problema de los siervos; yo no me puedo separar de ti; eres una persona que tiene una bendición especial; Dios nos unió en el camino, tenemos que mantenernos juntos. En vez de intentar resolver la situación, Lot decide separarse. Y, aun así, Abraham se hace presente en el momento de dolor de Lot.
Abraham no solo intercedió para que Dios protegiera a Lot y a su familia, sino que puso en riesgo todo lo que tenía para ir a rescatarlos. Por supuesto, en medio de una mala decisión, Lot tiene pérdidas; eso es lo que pasa cuando se toman ciertas decisiones, se tienen ciertas pérdidas en la vida. Pero no se perdió la vida de Lot, y pudo rescatar el dinero y parte de su familia. Abraham fue hasta allí e hizo lo que podía hacer para sacar a Lot de aquel lugar; ese es el poder de una conexión divina. Abraham intercedió y tomó acción.
Ministro, líder, hay una conexión espiritual que Dios quiere hacer. Dios te lleva y te conecta con personas correctas, personas que hacen de tus enemigos sus enemigos, personas que hacen de tus amigos sus amigos, gente que te ayuda a crecer en el ministerio. Esta gente permite, a través de la conexión divina, que te muevas a una nueva dimensión. Es el poder de la conexión divina lo que provoca que podamos duplicar y maximizar fuerzas para alcanzar cosas más grandes.
Una conexión divina maximiza tu vida y te posiciona en un lugar favorable para alcanzar lo que Dios te ha prometido.
lunes, 10 de noviembre de 2014
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