Dios quiere que prosperes y progreses. Las finanzas son una parte de gran relevancia en la vida. Nadie puede negar que el dinero tenga mucho que ver en todo lo que hacemos. Todos necesitamos saber cómo trabajar con las finanzas. Ahora bien, no debemos permitir que ni la abundancia ni la falta de finanzas cambie nuestro carácter, sino que debemos mantenernos enfocados en nuestro Dios Todopoderoso. Lo importante no es la cantidad de lo que puedas tener, sino cómo manejas lo que tienes. Tus decisiones financieras deben mostrar tu fidelidad a Dios, y deben asegurar que cumplas su propósito en tu vida.
La religiosidad causa resistencia en algunos creyentes que quieren espiritualizarlo todo. Vemos, en Proverbios 30:8, que la palabra nos dice: Vanidad y palabra mentirosa aparta de mí; No me des pobreza ni riquezas;Mantenme del pan necesario. En otras palabras: No me des pobreza porque podría cometer errores e irme a robar; tampoco me des riquezas porque podría olvidarme de Dios.
Muchos han hecho de este versículo una oración propia, porque piensan que esto significa humildad. Pero este versículo no refleja que el dinero sea el problema. El problema es la condición del carácter del hombre. Por lo tanto, hay que trabajar con el carácter. ¿Cuál es tu reacción ante el dinero o ante la falta del dinero? Hay personas que, cuando las cosas les van mal, cometen grandes errores, y hay otros que, cuando les va bien, se olvidan de Dios.
En Filipenses 4:13, dice: Todo lo puedo en Cristo que me fortalece. Este es un verso de finanzas porque, en versos anteriores, lo que dice es: Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad.
En otras palabras, lo que Pablo dijo fue: Lo que hace que tenga fuerza no es que tenga mucho o tenga poco, sino que reconozco que Jesucristo es mi Señor; mi condición financiera no determina lo que puedo o no puedo hacer. Estuviera en abundancia o en escasez, nada de esto cambiaría el carácter de Pablo, porque él sabía que sus fuerzas no estaban basadas en lo que tenía o no, sino en Jesucristo; por esto, siempre estaría gozoso.
Cuando no tienes, ¿crees que todo lo puedes? ¿O se te van las fuerzas? ¿Dónde está tu fe? Y, si tienes abundancia, ¿crees que todo lo puedes y sientes paz? Entonces, tu fe no está en Jesucristo, sino en lo que tienes. El problema está en el carácter.
Proverbios 30:2-3 nos dice que había un hombre al que le faltaban tres cosas: Entendimiento de hombre, sabiduría, y la ciencia del Santo.
La persona que llega al grado de tenerle miedo a prosperar es porque le faltan tres cosas que se ven reflejadas en su carácter: Inteligencia, sabiduría y la ciencia del Santo. Cuando un hombre tiene estas tres cosas, sabe manejar correctamente todo lo que Dios pone en su mano.
Debemos procurar tener inteligencia de lo natural, de lo básico de la vida. La sabiduría es necesaria para aprender a identificar y a obtener los medios para hacer lo que tenemos que hacer. Pero hay algo mayor, que es la ciencia del Santo. Es esto lo que te ayuda a cómo manejar tu vida.
La enseñanza de este versículo es que hay tanto peligro en el área de las riquezas como en el área de la pobreza. Por lo tanto, no hay virtud en la pobreza como ha enseñado históricamente la religión. En ninguna parte de la biblia dice que hay virtud en ser pobre; por el contrario, Dios quiere que seas libre de deudas.
Procura inteligencia, sabiduría y la ciencia del Santo, y vive en la libertad que Dios ideó para tu vida.
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