A veces perdemos de vista que hay ciertos pensamientos, actitudes que comienzan a entrar en el corazón y detienen el potencial de amar a Dios con el afecto e intensidad necesarios. Entonces, se endurece el corazón y no podemos amar a Dios con pasión y vivir al máximo.
Hay personas que han pecado, no tan solo contra Dios, sino contra ellos mismos y, por no reconocer el error y arrepentirse, continúan llevando la culpa y, sin darse cuenta, su corazón se va llenando de ira.
También hay personas que han tomado malas decisiones por ignorancia. Entonces, viven con temor de tomar nuevas decisiones, se encierran en sí mismos y sus corazones se van llenando de ira.
Otros viven traumatizados por situaciones difíciles, no porque hayan pecado, ni por ignorancia, sino porque alguien más fue quien tomó una mala decisión que les afectó. Comienzan a vivir como que todo está bien, pero sus corazones están endurecidos y no pueden amar con pasión a Dios y al prójimo.
Para el pecado hay perdón y para la ignorancia hay sabiduría de lo alto y, si hay un trauma, la biblia dice que a los que aman a Dios todo les ayuda para bien. Dios se va a encargar de ordenar los pasos y cambiar todas las cosas.
Dios está contigo, vive con intensidad, cree con intensidad, ama con intensidad.
Sé libre. Que el error del ayer no te detenga de amar y vivir la vida al máximo. Ama a Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas. Seguro que vendrán situaciones difíciles y otras que ni habrá explicación de por qué sucederán, pero no debes permitir que dañen tu corazón y te cohíban de amar con todas tus fuerzas.
1 Pedro 1 dice que, aunque haya problemas y dificultades, te alegres porque Jesucristo se va a manifestar en tu vida como se le manifestó a los discípulos, aun en medio de la tormenta. Regocíjate, aun en medio de las dificultades; que nada dañe tu corazón porque Jesucristo se va a manifestar y recibirás salvación.
Ama con intensidad, no te rindas porque vas a ver el fin de tu fe y lo mejor es que no vas a perder tu alma. Porque, ¿de qué te serviría alcanzar algo, pero estar tan frustrado que no pudieras disfrutarlo y que perdieras tu salvación?
Ningún problema es suficientemente importante para que pierdas tu corazón y tu mente. Resiste y celebra. No endurezcas tu corazón. Jesús se te va a manifestar en milagros, en provisión y tus circunstancias cambiarán. Recibe gozo en el nombre de Jesús. Ama con intensidad y vive a plenitud.
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