Cierto día un niño, preguntaba a un anciano reconocido por ser un hombre sabio, cual era el secreto para ser feliz, el anciano le respondió para ser feliz debes saber que el amor es el secreto que te traerá todo lo que deseas, el niño con cierta incredulidad respondió ¿con amor? Puedo tener todo eso resulta muy cursi enfatizo el niño, le anciano le dijo aunque suene ridículo con este sentimiento, el hombre encuentra la sabiduría esa que es perfecta en sí misma porque todo lo tiene y de ella todo nace.
El amor es el sentimiento más genuino del poder de Dios y cuando tienes amor y das amor el universo te traerá multiplicado todo ese amor, convertido en salud, éxito, prosperidad y todo lo bueno que tú puedas desear. El niño lo interrumpió diciendo: entonces no me explico como el gobernante de nuestro país siendo un tirano tiene éxito y dinero ¿acaso una persona así tiene amor? Y ¿Por qué el señor del monasterio siendo un hombre bueno no es feliz? ¿Entonces el no tiene amor?
No lo entiendo le dijo el niño, el anciano sonrió y le dijo: Yo te dije que el amor verdadero es sabiduría plena, el gobernante de nuestro país no tiene amor pues su codicia lo ciega y le nubla la razón, no tiene amor puesto que engaña, estafa a su pueblo y lo mantiene bajo su yugo. En eso le replicó el niño ¿entonces como se explica que le vaya tan bien tiene salud, éxito y dinero? El anciano le dijo el sólo cree tener amor para sí mismo, por ello las cosas que desea las consigue, aunque con ello tenga que utilizar a los demás.
Pero he aquí un secreto, él se siente merecedor de todo y lo busca y lo encuentra. Aunque querido niño todo lo que él tiene la salud, dinero, éxito es efímero y temporal porque lo que no se construye con amor verdadero desaparece como el oasis en el desierto, entonces el niño le dijo con esto me quiere decir que tarde que temprano sus piernas de doblaran y caerá al suelo, así es, estamos regidos por la ley de causa y efecto, él no tiene amor, él sólo lo que tiene es vanidad. ¿Y que me puede decir del señor del monasterio? él es un hombre bueno y no es feliz no tiene dinero y su salud es muy mala…
El anciano le respondió, como te dije, el amor verdadero es sabiduría, el hombre del que me hablas no tiene amor para el mismo, el no se siente merecedor de lo bueno, por eso no lo busca ni lo encuentra. Al decirte que el amor verdadero para uno mismo es el resultado de la humildad, sólo el que es grande sabe ser humilde. En una conciencia con amor le permite discernir clara y sutilmente la belleza de lo que le rodea, sabe respetar su integridad como hijo de Dios y respeta a las demás personas porque sabe que todos somos uno con Dios…
Se siente merecedor de todo lo bueno lucha por ello en un combate limpio y sin trampas, sabe reconocer que todos tenemos errores pero entiende que estamos en una escuela llamada vida. Entonces exclamo el niño, ¡el amor es lo único real! y los demás sentimientos como el odio, la ira, el miedo, la codicia es irreal, ¡exacto! dijo el anciano…
Sí tienes amor no puedes guardar rencor y el rencor enferma, sí tienes amor, no puedes tener miedo, el amor libera, si tienes carencias económicas, no tienes el amor, el amor es abundancia, todo lo que es contrario al amor, es irreal la soledad, la tristeza sólo son como nubes que ocultan los rayos del sol, sólo el amor disuelve todo error y confusión.
El niño le preguntó al anciano, entonces ¿qué es el amor? y el anciano le respondió, el amor es Dios y Dios es el amor.
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