Para tener un matrimonio feliz. Dios nos da el nombramiento de ayuda idónea para nuestro esposo.
Recordando que nosotros ayudaremos a nuestra pareja en todo, seremos dispuestas de corazón, capaces, hábiles, etc, etc, etc. Donde debemos de ser humildes de corazón y:
· Aceptar la ayuda.
Es importante reconocer que el hombre y la mujer no fueron creados para que estén solos. Ambos deben aceptar la necesidad de esa ayuda idónea.
· Agradecer a Dios.
Es un deber responsable agradecerle a Dios su propósito de crear una ayuda: Apta, Capaz, Dispuesta, Inteligente, Habilidosa, Eficaz, Eficiente, Competente, Capacitada Perita, Hábil, Diestra, Suficiente...
· Dar mérito.
Debemos reconocerle a nuestra ayuda idónea las capacidades que tiene y que nosotros no poseemos.
· Crear un balance.
Ninguna de las partes es superior a la otra. Nadie debe imponer su criterio arbitrariamente sobre su ayuda idónea, pues ese pensamiento contrario o diferente al nuestro, tiene el propósito de crear un balance en nuestras vidas y decisiones.
Dios todo lo hizo bueno...
Dios no se equivocó al crear el hombre y la mujer con mentes diferentes, como algunos piensan. El hombre y la mujer han creado rivalidades por causa del pecado y presiones sociales. Estas rivalidades solamente destruyen los propósitos de Dios, y nosotros los creyentes sabemos quien es el que influye para destruir o corromper lo que Dios creó.
Ambos deben crear un esfuerzo solidario para establecer un ambiente adecuado, como trabajo en equipo, que sea de sana convivencia.
El llamado es a ser sabios y entendidos. A vivir una vida, con una mirada concentrada en Dios. Si todo lo que hizo Dios es bueno, debemos agradecer y reconocer que esa ayuda idónea tiene las capacidades o herramientas que complementan la vida de los seres humanos.
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