miércoles, 3 de junio de 2020

Jesús te levanta

Juan 5:3-9 “En éstos yacía una multitud de enfermos, ciegos, cojos y paralíticos, que esperaban el movimiento del agua. Porque un ángel descendía de tiempo en tiempo al estanque, y agitaba el agua; y el que primero descendía al estanque después del movimiento del agua, quedaba sano de cualquier enfermedad que tuviese. Y había allí un hombre que hacía treinta y ocho años que estaba enfermo. Cuando Jesús lo vio acostado, y supo que llevaba ya mucho tiempo así, le dijo: ¿Quieres ser sano? Señor, le respondió el enfermo, no tengo quien me meta en el estanque cuando se agita el agua; y entre tanto que yo voy, otro desciende antes que yo. Jesús le dijo: Levántate, toma tu lecho, y anda. Y al instante aquel hombre fue sanado, y tomó su lecho, y anduvo. Y era día de reposo aquel día.”
Estos versos de la palabra nos ayudan a caminar confiados en Dios, habla de una multitud que esperaba gracia de parte de Dios, no se sabe el número exacto pero dice que era una multitud, tantos pensamientos y emociones encontradas en ese momento. Cada cierto tiempo el agua se movía, y uno sólo de ellos podía alcanzar su gracia cuando eso ocurría, leemos en particular de un hombre que hacía 38 años estaba esperando allí con su enfermedad, tenía 13.870 días esperando, con el anhelo, el deseo, de que Dios se acercara, de que el agua se moviese para él en algún momento, debió ser agónico.
No sé de cuánto tiempo ha sido tu espera, pero con toda certeza, y toda seguridad cuando Jesús nos ve en medio de una multitud es para que veamos la extensión de su gracia, su bondad, Él se condolió por este enfermo que vivía por debajo de las posibilidades que se le había dado para vivir.
Hoy te está viendo, ve tu dolor, tu enfermedad, tu necesidad, pero llegó el tiempo de la sanación, de la santidad, Dios no nos abandona, no sé el tiempo ni el momento pero se acercará a tu vida y tocará lo que deba ser tocado, para Él no hay tiempo, lo importante es que el Señor te está  viendo y si Él te está viendo es porque su gracia no se ha cortado, podemos cantar, adorar, glorificar, cree, confía en que Él te puede tocar.
Cuando vio al enfermo le preguntó si quería ser sano, y este hombre racionalizó su respuesta, porque muchas veces estamos en una iglesia pero no queremos recibirle, estamos en un lugar de sanidad, pero no queremos ser sanos, Dios te pregunta hoy ¿Quieres ser sano? ¿Quieres ser libre? Jesús no le estaba preguntando si la gente lo metía o no en el agua, sino si Él quería ser sano, porque hasta el momento su vida giraba en torno a otros, no es que otros oren por ti, otros te traigan a la iglesia, es momento de que te levantes activando tu fe para que veas su gloria descender a tu vida.
Jesús le respondió que era tiempo de que se levantara, es tiempo de que actives lo que Él ha puesto dentro de ti, lo más importante de este planeta, el Espíritu Santo, dice la escritura que este hombre fue sano, bendito sea su nombre.

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