Jeremías 2:2 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
"Anda y clama a los oídos de Jerusalén, diciendo: Así dice Jehová: Me he acordado de ti, de la fidelidad de tu juventud, del amor de tu desposorio, cuando andabas en pos de mí en el desierto, en tierra no sembrada."
¿Mi amor a Dios es algo espontáneo como solía serlo, o estoy esperando a que Dios sea bondadoso para conmigo? ¿Se llena Su corazón de gozo con todo lo que hay en mi vida, o me estoy quejando constantemente porque no parece que todo me salga como yo quiero? Una persona que ha olvidado lo que Dios atesora no estará llena de gozo.
Es maravilloso recordar como Jesucristo tiene anhelos que nosotros podemos llenar —«Dame de beber» (Juan 4:7).
¿Cuánto amor le he manifestado esta semana pasada? ¿Ha sido mi vida un buen testimonio para Su nombre?
Dios le dice a Su pueblo: «No estás enamorada de mí ahora, pero recuerdo el tiempo en que sí lo estabas.» Dice: «Recuerdo… el amor de tus desposorios…» (Jeremías 2:2). ¿Estoy lleno a rebosar con el amor a Jesucristo que tenía al principio, cuando buscaba siempre manifestarle mi devoción? ¿Me encuentra Él siempre ponderando el tiempo en el que sólo me dedicaba a Él? ¿Es allí donde estoy ahora, o he escogido la sabiduría del hombre por encima del verdadero amor?
¿Estoy tan enamorado de Él que no me preocupa a dónde me pueda llevar? ¿O estoy vigilando cuánto me da Él a mí como medida de cuánto estoy dispuesto a darle?
Cuando empiezo a cuestionar lo que Dios hace por mí debería comenzar a darme cuenta de que Él ya no es lo que solfa ser para mí. Cuando esto suceda, debo reconocer la vergüenza y humillación que ello crea en mi vida, porque hacerlo me producirá una tristeza según Dios, y «la tristeza que es según Dios produce un arrepentimiento...» (2 Corintios 7:10).
"Anda y clama a los oídos de Jerusalén, diciendo: Así dice Jehová: Me he acordado de ti, de la fidelidad de tu juventud, del amor de tu desposorio, cuando andabas en pos de mí en el desierto, en tierra no sembrada."
¿Mi amor a Dios es algo espontáneo como solía serlo, o estoy esperando a que Dios sea bondadoso para conmigo? ¿Se llena Su corazón de gozo con todo lo que hay en mi vida, o me estoy quejando constantemente porque no parece que todo me salga como yo quiero? Una persona que ha olvidado lo que Dios atesora no estará llena de gozo.
Es maravilloso recordar como Jesucristo tiene anhelos que nosotros podemos llenar —«Dame de beber» (Juan 4:7).
¿Cuánto amor le he manifestado esta semana pasada? ¿Ha sido mi vida un buen testimonio para Su nombre?
Dios le dice a Su pueblo: «No estás enamorada de mí ahora, pero recuerdo el tiempo en que sí lo estabas.» Dice: «Recuerdo… el amor de tus desposorios…» (Jeremías 2:2). ¿Estoy lleno a rebosar con el amor a Jesucristo que tenía al principio, cuando buscaba siempre manifestarle mi devoción? ¿Me encuentra Él siempre ponderando el tiempo en el que sólo me dedicaba a Él? ¿Es allí donde estoy ahora, o he escogido la sabiduría del hombre por encima del verdadero amor?
¿Estoy tan enamorado de Él que no me preocupa a dónde me pueda llevar? ¿O estoy vigilando cuánto me da Él a mí como medida de cuánto estoy dispuesto a darle?
Cuando empiezo a cuestionar lo que Dios hace por mí debería comenzar a darme cuenta de que Él ya no es lo que solfa ser para mí. Cuando esto suceda, debo reconocer la vergüenza y humillación que ello crea en mi vida, porque hacerlo me producirá una tristeza según Dios, y «la tristeza que es según Dios produce un arrepentimiento...» (2 Corintios 7:10).
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