«Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego.” (Romanos 1:16).
INTRODUCCIÓN
Hoy se vive bajo la presión que genera la pandemia provocada por el coronavirus. Casos confirmados en todo el mundo mas de 2 millones 300; más de 161 mil muertos y más de 598 900 recuperados. En américa, los casos confirmados superan 735 200; muertes más de 39 mil y recuperados más de 66,800.
Estas son cifras absolutas estremecedoras, sin lugar a dudas. Pero como predicador de la biblia no puedo dejar de significar que hay una pandemia peor que la del coronavirus, y es el pecado. El coronavirus y otras muchas más enfermedades matan el cuerpo, pero el pecado mata el alma.
El pecado como una plaga mortal destruye a las familias, la sociedad, la economía, la moral y los valores éticos y espirituales. Destruye la vida espiritual del ser humano.
La droga, el tabaquismo, el alcoholismo, la prostitución, la pornografía, el lesbianismo, el homoxesualismo, el divorcio y el aborto, forman parte de una sociedad que a lo bueno llama malo y a lo malo llama bueno. Una sociedad donde los valores absolutos se han perdido y se es víctima de un relativismo barato.
El hombre está recogiendo lo que sembró al darle la espalda a Dios y creerse dueño y señor del mundo ignorando a su Creador. Se imaginaron crear un mundo mejor desterrando a Jesucristo de la mente y el corazón de los niños, adolescentes y jóvenes, de las familias, de las escuelas y de la sociedad en general, y hoy se cosecha lo que se sembró.
Es imposible tener una sociedad sin odio, con hombres que odien. No puede haber una sociedad justa, con hombres injustos. No puede haber una sociedad pura (moralmente hablando), con hombres inmorales. El ser humano necesita experimentar un cambio personal, para que se refleja en la vida de la sociedad
Quitas al rey y reina la anarquía. Quitas a Cristo del corazón de la gente, y reina el desconcierto, la confusión, el caos, el desorden por la falta autoridad a todos los niveles, desde la familia, las escuelas hasta los gobiernos.
No obstante a esta deplorable condición en que vive la humanidad, el mensaje del evangelio que Cristo vino a traer al hombre, sigue siendo efectivo para todo aquel que se atreve a darle a Jesucristo una oportunidad en su vida. Pablo estaba convencido de que “cuando el pecado abunda, sobreabunda la gracia” (Romanos 5:20). [mientras mayor es nuestra pecaminosidad, mucho mayor es la abundante gracia perdonadora de Dios.]
La biblia garantiza que el mensaje del evangelio es poder de Dios para salvación y cambio total a todo aquel que lo recibe. Este mensaje no envejece ni caduca, sino que permanece activo y efectivo para todo el que lo acepta, lo cree y lo incorpora a su estilo de vida. (Romanos 1:16). No tiene fecha de vencimiento.
Como iglesia evangélica, tenemos la más alta responsabilidad y el honor de compartir el evangelio de Jesucristo con todos los que ignoran la verdad y están esclavos del pecado y de satanás. La gran comisión de Cristo a la iglesia fue “Vayan por todos los países del mundo y anuncien las buenas noticias a todo el mundo.” (Marcos 16:15 TLA).
Quiero valorar contigo tres razones que hacen del evangelio un mensaje poderoso y de actualidad. Es el mensaje que todo predicador está llamado y comprometido a predicar.
El Evangelio es un Mensaje Poderoso…
1. PORQUE ES UN MENSAJE DE AMOR
El Señor Jesucristo advirtió que en los últimos días de la historia humana “por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará” (Mateo 24:12). El pecado enfría el amor por Dios y por las demás personas al hacer que la gente se enfoque sólo en sí mismo.
El humanismo envuelve a la gente en un egoísmo terrible. Pero como Dios es amor, tenía que encontrarle un remedio al pecado y para eso vino Cristo a buscar y salvar lo que se había perdido, y que la gente tenga una experiencia con el amor de Dios. (Lucas 19:10).
Y de ahí parte el mensaje de amor que proclamamos. El evangelio marca una diferencia notable, porque precisamente el evangelio descubre y enseña el amor de Dios revelado en Jesucristo (Juan 3:16). “Mas Dios nos demostró la inmensidad de su amor enviando a Cristo a morir por nosotros, aun cuando éramos pecadores.” (Romanos 5:8 NTBAD).
Pablo quiere decir que Dios envió a Jesucristo para que muriera por nosotros, no porque seamos buenos, ni lo merezcamos, sino porque nos ama. El sacrificio de Cristo es la prueba definitiva del amor de Dios. No hay amor (entre los hombres) como el amor de Dios.
El evangelio nos enseña amar a Dios por encima de todas las cosas. Pero también nos enseña a amar a la familia (que es el núcleo de la sociedad), a la iglesia, al prójimo y aun a nuestros enemigos.
La biblia dice que… “El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, más se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.” (1 Corintios 13:4-7).
2. PORQUE ES UN MENSAJE DE ARREPENTIMIENTO
Juan el Bautista predicó un mensaje de arrepentimiento (Marcos 1:4). Jesucristo proclamó un mensaje de arrepentimiento. “Porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores, al arrepentimiento.” (Mateo 9:13). Los apóstoles de Cristo predicaron un mensaje arrepentimiento.
En Pentecostés el apóstol Pedro llamó al arrepentimiento “Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio” (Hechos 3:19). “el número de los varones era como cinco mil.” (Hechos 4:4b).
Qué pena que hoy ocupemos los púlpitos de las iglesias y las plataformas sociales para presentar un evangelio metalizado, popular, fácil y sincretizado. Que pretende manipular y darle órdenes a Dios. Con una verborrea triunfalista que alimenta el ego de las personas. Ni confronta al hombre con su pecado ni enseña al creyente a depender de la gracia y la misericordia del Señor.
Juan Wesley dijo: «Dame cien predicadores que no le teman a nada excepto al pecado, y que no deseen nada excepto a Dios. Ellos sacudirán las puertas del infierno y establecerán el Reino de Dios en la tierra.»
El evangelio es un mensaje poderoso, porque llama a los hombres al arrepentimiento. Generalmente el termino arrepentimiento, se traduce de la voz griega metanoia, que significa «cambio de actitud o de propósito en la vida» y no solo «penitencia» como solía traducirse en las versiones catolicorromanas antiguas.
Dice la biblia que el arrepentimiento genuino da fruto, es decir, se hace evidente en el cambio de vida que la persona experimenta en Cristo. “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.” (2 Corintios 5:17).
El arrepentimiento es un proceso difícil, pero no imposible, porque la persona no está sola, el Espíritu Santo le ayuda en su debilidad y comienza a formar el carácter de Cristo en su vida.
En los días de Pedro algunos estaban cuestionando el inminente regreso de Cristo por su iglesia, el apóstol les explica que “El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.” (2 Pedro 3:9). El NTBAD lo traduce: “El Señor no demora el cumplimiento de su promesa, como algunos suponen, sino que no quiere que nadie se pierda y está alargando el plazo para que los pecadores se arrepientan.”
3. PORQUE ES UN MENSAJE DE ESPERANZA
Pero además, el evangelio es un mensaje que trae esperanza a los que viven sin Dios y sin esperanza (Efesios 2:12). Mientras exista la Gracia de Dios en Jesucristo, la gente tiene la esperanza de experimentar una vida nueva si aceptan a Jesucristo como Señor y Salvador, porque Él está al alcance de todos. Él no hace acepción de personas. “Y el Dios de esperanza os llene de todo gozo y paz en el creer, para que abundéis en esperanza por el poder del Espíritu Santo.” (Romanos 15:13).
Cuantas personas se encuentran en el mundo abatidas, aplastadas por las presiones de la vida, llenas de dolor y decepción, cargando su propia bancarrota espiritual, tratando de salvarse a sí mismo, pero sin lograr ningún resultado. Sin perspectiva de triunfo. Para estas personas, el evangelio de Jesucristo tiene buenas noticias. ¿Quién dijo que está todo perdido? En Jesucristo hay esperanza de vida nueva.
La invitación que hace Jesucristo es bien precisa: “Vengan a mí los que estén cansados y agobiados, que yo los haré descansar.” (Mateo 11:28 PDT).
El evangelio invita a todos los cansados y agobiados de la vida, que vengan y crean y acepten el don de la vida eterna que por medio de Jesucristo se puede experimentar.
Es importante observar que la invitación es “venir a Cristo”. Reunirte en una iglesia es bueno, y más si la iglesia es evangélica que predica a Cristo y la biblia. Pero tu fe no la debes poner en una iglesia, ni en un credo, ni en un clérigo, sino en el Cristo viviente. La salvación sólo se encuentra en Jesucristo.
La biblia afirma: “Sólo Jesús tiene poder para salvar. Sólo él fue enviado por Dios, y en este mundo sólo él tiene poder para salvarnos.” (Hechos 4:12 TLA).
La invitación del evangelio no hace acepción de personas, “Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres” (Tito 2:11).
El evangelio del Cristo resucitado no niega que en el mundo tendremos aflicciones, que enfrentaremos la enfermedad y algún día moriremos, que habrá conflictos en los hogares, pero con la gran diferencia que enfrentaremos la vida y el mundo con la ayuda del Cristo que nos dijo: “La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.” (Juan 14:27). El Cristo que cambia nuestro lamento en baile, nuestra tristeza en alegría, nuestro dolor en gozo.
CONCLUSIONES
Si somos cuidadosos y observamos las medidas sanitarias y de aislamiento que orienta el gobierno y los profesionales de la salud, tenemos un alto por ciento de no contagiarnos con el coronavirus. Pero en cuanto al pecado, el único que tiene la solución a la peor pandemia que sufre el mundo, se llama Jesucristo.
Nos llena de tristeza saber que de los 161 mil fallecidos en el mundo muchos hayan pasado a la eternidad sin Cristo, y nos preocupa que de los más de 598 mil que se han recuperado en el mundo, mueran de cualquier otra enfermedad pero sin conocer a Cristo.
Iglesia de Cristo ¿Qué vamos a hacer después de esta pandemia? ¿seguiremos encerrados en nuestros programas, satisfechos y contentos con nosotros mismos como la Iglesia de Laodicea? ¿alzaremos nuestra vista para ver las necesidades de otros? Aprenderemos a discernir los tiempos y las ocasiones?
Mi llamado es urgente: No es tiempo de aislarse de las personas que necesitan escuchar el evangelio de Cristo. No es tiempo de ignorar las personas que aún sufren y pasan necesidad. Es tiempo de comprometerse con la Gran Comisión de Cristo a la iglesia. Dios plantó a su iglesia para que proclame su Evangelio.
El Evangelio es un Mensaje Poderoso y debemos proclamarlo a los cuatro vientos. “No es antes, no es después, no es cuando tú lo desees, es en el tiempo de Dios”
LLAMADO A LA IGLESIA A PREDICAR ESTE MENSAJE Y NUNCA AVERGONZARSE DEL EVANGELIO DE JESUCRISTO.
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