domingo, 6 de octubre de 2019

Rectitud

Para el reverendo Gustavo Martínez, la rectitud de una persona siempre dependerá de una cercana relación con Dios, Isaías 26.7-9. Las Sagradas Escrituras definen asimismo, que una persona solo es recta si sus actos son transparentes. “Vivimos en un tiempo donde se ha abandonado la moral”, dijo el presidente del Movimiento Misionero Mundial en la convención de República Dominicana.
Muchas personas dicen ser cristianas hoy en día, pero se comportan en términos mundanos, se parecen al rey Amasías (2 Crónicas 25.1), hacen las cosas pero no de perfecto corazón, es decir solo por cumplir con un deber. Se está notando con frecuencia que una parte de la sociedad, que se hace llamar “cristiana”, ha ido perdiendo el pudor y el remordimiento por lo que hace.
Pero la verdadera iglesia de Jesucristo debe marcar la diferencia entre lo recto y lo que no lo es. Según el reverendo Martínez, “lo más lamentable de la situación es que en muchos púlpitos ya no se habla de llevar una vida recta delante de Dios, lo que se escucha son espectáculos que reflejan emociones”, expresó.
Solo cuando los creyentes colocan  en práctica las enseñanzas  del evangelio pueden ofrecer un servicio verdadero al Señor, si la palabra no ha traspasado el alma, el creyente es sólo un religioso.
Y así como al profeta Daniel no le importó el ambiente hostil de Babilonia, demostrando con sus hechos que era una persona recta, la iglesia debe seguir ese ejemplo y no obedecer las órdenes de gobiernos ateos. La iglesia deberá sufrir hasta las últimas consecuencias, porque la rectitud conllevará siempre a la persecución y a grandes consecuencias. La rectitud muchas veces es como una piedra en el zapato para todos aquellos que andan desordenadamente.
En la carta a los Romanos 12.2, el apóstol Pablo exhorta a todos los creyentes evangélicos a no conformarse a las prácticas pecaminosas de este siglo, a no negociar los principios, a estar separados del mundo. Durante el transcurso de la predicación el reverendo Gustavo señaló que: “el Señor exige de su pueblo un respeto profundo por el contenido de las Sagradas Escrituras, y nos llama a vivir en rectitud, porque servimos a un Dios vivo que escudriña lo profundo de los corazones”, señaló el presidente de la Obra en el ámbito internacional.

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