domingo, 24 de febrero de 2019

Clama

Marcos 5:22-23 “Y vino uno de los principales de la sinagoga, llamado Jairo; y luego que le vio, se postró a sus pies, y le rogaba mucho, diciendo: Mi hija está agonizando; ven y pon las manos sobre ella para que sea salva, y vivirá.”
Miremos este corazón, esta plegaria que sale de lo más profundo del corazón, es una fe, una confianza absoluta en el Señor, la entrega al Señor nos atrae a su presencia, y este caballero con todo su pesar, su dolor pudo ver a Jesucristo, un Jesucristo que no ha cambiado, sigue siendo el mismo ayer, hoy y siempre.
Él está esperando que te postres delante de Él y le digas tu necesidad con el mismo clamor que este padre, dile: Señor, mira mi dolor, mira mi enfermedad, mi miedo, extiende tu mano y sálvame, haz la obra en mi hoy, no sé cuánto lo crees, pero si lo crees di ¡Aleluya!
Es posible sacar del corazón de Dios el milagro que estás esperando, Él está contigo, te está escuchando y hará un milagro en tu vida, si tuvo la capacidad y la fuerza para cuidar a esta niña ¿Cómo no va a cuidar de ti? Alábale y glorifícale, debes tener una fe que vaya más allá, una fe que se humille, una fe que reverencie y adore al Señor de señores, ése debe ser el anhelo de cada uno de nosotros, porque esto atrae su presencia y su gracia, su presencia te cubrirá, dice la escritura más adelante que estando con Jesús llegaron de la casa de este hombre, principal de la sinagoga para decirle que su hija estaba muerta, pero Jesús le escuchó y le dijo: Marcos 5:36 “pero Jesús, luego que oyó lo que se decía, dijo al principal de la sinagoga: No temas, cree solamente.”
Es esa fe que nos permite mirar lo sobrenatural, por encima de todas las cosas, es saber que hay voces externas, que hay voces internas, voces espirituales, pero aun así escuchar al Dios que te dice: “No temas”, porque si lo hizo con Jairo también te puede levantar a ti, camina en esa dirección.

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