Hablando de nacer de nuevo, creo que todos los hermanos y hermanas en el Señor lo saben y pueden pensar en el diálogo entre Jesucristo y Nicodemo registrado en la Biblia: “Respondió Jesús y le dijo: En verdad, en verdad te digo que el que no nace de nuevo no puede ver el reino de Dios. Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo ya viejo? ¿Acaso puede entrar por segunda vez en el vientre de su madre y nacer? Jesús respondió: En verdad, en verdad te digo que el que no nace de agua y del Espíritu no puede entrar en el reino de Dios. Lo que es nacido de la carne, carne es, y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. No te asombres de que te haya dicho: ‘Os es necesario nacer de nuevo’” (Juan 3:3-7). Jesucristo nos dijo que un hombre no puede entrar en el reino de Dios a menos que nazca de nuevo, y que cualquier persona que no haya nacido de nuevo será eliminada por Dios. Como se puede ver, este requisito de Jesucristo es de gran preocupación para cada uno de nosotros que cree en Dios y lo sigue.
Como todos sabemos, nacer de nuevo no es lo que Nicodemo entendió: un hombre debe ingresar por segunda vez en el vientre de su madre y nacer. Entonces, ¿a qué se refiere el nacido de nuevo? Algunos hermanos y hermanas piensan, “Jesucristo cargó con nuestros pecados. Tenemos fe en el Señor y recibimos Su redención, que nos ha traído la vida, luego nacemos de nuevo”. Sin embargo, otros hermanos y hermanas piensan, “mientras nos arrepentimos y confesamos todos los pecados que hemos cometido uno por uno con amargura y lágrimas ante el Señor y aceptemos el bautismo, el Señor perdonará nuestros pecados y nos otorgará una vida nueva, y entonces naceremos de nuevo”.
Alguna vez lo pensé así también, pero nunca me sentí segura, y siempre pensé: ¿es realmente tan fácil para mí nacer de nuevo si me arrepiento y confieso mis pecados al Señor? Si es así, por qué la escritura registra: “[…] la santidad, sin la cual nadie verá al Señor” (Hebreos 12:14). De esto podemos ver que Jesucristo quería que lo siguiéramos para ser purificados en vez de simplemente confesar nuestros pecados. Pensando en la situación de que la mayoría de los creyentes en la iglesia confiesan sus pecados al Señor todos los días, sin embargo, sus pecados no han disminuido, sino que han ido en constante aumento; incluso los pastores, los ancianos y los colaboradores luchan por la fama y la fortuna, se intrigan entre sí, excluyen a aquellos que tienen diferentes puntos de vista de ellos y roban ofrendas; además, los hermanos y hermanas tienen celosas disputas entre ellos, juzgan y condenan a los demás a su antojo, siguen las malas tendencias y sirven a mammon. ¿Por qué hacemos tales cosas aun cuando sabemos claramente que éstas no se ajustan a las enseñanzas del Señor? ¿Podemos, tales tipos de personas viejas limitadas por los pecados, ser los nacidos de nuevo?
Lo que dice la Escritura vino a mi mente: “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí, son hechas nueva” (2 Corintios 5:17). Entonces, en otras palabras, el verdadero “nacido de nuevo” significa que el hombre ha renunciado a su naturaleza pecaminosa y ha obedecido a Cristo. Estos versículos son suficientes para probar que los creyentes en la escenario actual aún no han nacido de nuevo. Entonces, ¿cómo nacer de nuevo? ¿Y cuál es la forma de volver a nacer?
De ahora en adelante, constantemente examiné las escrituras. Encontré en Juan 8:32 que Jesucristo les dijo a los judíos que creían en Él: “y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres”. “Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis soportar. Pero cuando Él, el Espíritu de verdad, venga, os guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oiga, y os hará saber lo que habrá de venir” (Juan 16:12-13). Y “Porque es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios” (1 Pedro 4:17). “Así también Cristo, habiendo sido ofrecido una vez para llevar los pecados de muchos, aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvación de los que ansiosamente le esperan” (Hebreos 9:28). Sopesando y considerando estos versículos, finalmente me di cuenta de que si uno quiere obtener la vida eterna, debe obtener la verdad, y la verdad de la vida eterna nos la trae Cristo de los últimos días. Como se puede ver en estos versículos, cuando Jesucristo regrese en los últimos días, Él todavía debe hacer una etapa de Su obra, que es con toda probabilidad la obra del juicio hecho por la verdad, es decir, la obra de Dios de purificar a la humanidad. Sólo cuando nos mantengamos al día con el trabajo de Dios en los últimos días, encontraremos a Jesucristo devuelta y aceptaremos la purificación de las palabras de Dios en la nueva etapa de la obra de Dios, nuestra naturaleza corrupta y la perspectiva de mirar las cosas cambiaran, y estas serán las manifestaciones de haber nacido de nuevo. Por ejemplo, tenemos algunas reglas de vida como: “Un árbol vive con su corteza; un hombre vive con su rostro”, “no hay más rey que yo”, “todos para sí mismo y el diablo toma el último”, “el dinero no lo es todo, pero sin dinero no se puede hacer nada”, “el salario de la avaricia es muerte”, y así sucesivamente. Cuando nos purifiquemos a través de las palabras de juicio y castigo de Dios, ya no viviremos más por estos puntos de vista sino por las palabras de Dios y Sus requisitos para con nosotros, el hombre; esto es nacer de nuevo. Gracias a la iluminación del Señor. He entendido lo que significa nacer de nuevo. ¡Gloria al Señor! ¡Amén!
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