No hay nada que puedas hacer para que Dios te ame más. Y tampoco podes hacer nada para te ame menos. Dios nos Ama por su misma esencia. Ningún esfuerzo humano produce más o menos amor de su parte hacia nosotros.
Su amor no está relacionado a nuestra condición. El es Amor, y nunca podrá cambiar su propia naturaleza.
Dice Job 42:5-6 (TLA) “Lo que antes sabía de ti era lo que me habían contado, pero ahora mis ojos te han visto, y he llegado a conocerte. Así que retiro lo dicho, y te ruego me perdones”
Este pasaje de Job, encierra un poco nuestra falta de comprensión cabal de lo que es Dios y lo que significa su verdadero amor hacia nosotros.
He llegado a esta conclusión: el cristiano en su gran mayoría desconoce el amor de Dios.
No conocer ese Amor, ha producido un sinfín de caídas y falsas imágenes en cuanto a lo que Dios piensa de nosotros. Como también, nos ha llevado a creer que ese mismo amor, acepta y permite todo. No es ni una cosa, ni la otra.
No conocer ese Amor, ha producido un sinfín de caídas y falsas imágenes en cuanto a lo que Dios piensa de nosotros. Como también, nos ha llevado a creer que ese mismo amor, acepta y permite todo. No es ni una cosa, ni la otra.
¿Por qué es importante conocer el verdadero significado de Su Amor?
Conocer Sig.: Comprender por medio de la propia experiencia. Tener trato o relación.
Ahora, este significado, es solo el inicio para el conocimiento. Es decir, esto nos adentra a tener una profundidad del conocimiento de Su Amor y cómo Su Amor actúa en nosotros.
Cuando Job expresa “He llegado a conocerte…” La palabra conocimiento aquí es más profunda que la que ofrece el diccionario, la palabra conocer deriva de dos palabras “Ginosko” y “Eidon”.
Ginosko significa: Tomando conocimiento. Es decir, desarrollando gradualmente el conocimiento.
Eidon significa: Conocimiento en tiempo presente. Es decir, conocer absolutamente.
Entonces ¿Cuál sería la diferencia entre estas dos palabras? Ginosko sugiere un progresar en el conocimiento, en tanto que Eidon habla de haber logrado una plenitud en el conocimiento.
Esto lo demuestra Juan 8:55 “Pero vosotros no le conocéis (Ginosko, esto es, empezando a conocer); mas yo le conozco (Eidon, es decir, Conocer Perfectamente)…”
Por lo general hemos conocido su amor a través de una institución, que nos enseño como es “teóricamente” Su amor, pero la realidad y los frutos demuestran que no hemos conocido su amor a través de la intimidad.
¿Qué produce no conocer su amor a través de la intimidad? Que en algún momento determinado, frente a alguna situación difícil en particular, lo primero que haremos es, dudar en su amor.
Cuando dudo de su amor, por causa de la falta de conocimiento, le da lugar al temor. Sin embargo, si conociera de su amor entendería lo que dice 1 Juan 4:18 “En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor”
¿En qué amor debo ser perfeccionado? En el perfecto amor. ¿Qué significa perfecto? que no posee defectos. Ya concluido en su totalidad. Que posee lo mayor de la excelencia.
¿Cuál es el perfecto amor? Dios. En otras palabras, es Dios perfeccionado en nosotros para que podamos disfrutar y comprende de su amor. El temor atrae castigo, su amor produce totalidad, cambios y excelencia.
Las mentiras que asimilamos sobre el amor de Dios
Debo entender esta verdad inconmovible: Dios no ama como ama el hombre. Justamente el diablo usa nuestra inmadurez y nos hace creer esto. Pero nunca Dios amará como ama el hombre, porque Él es Amor.
Mentira uno: Su amor es temporal. Es decir, muchas personas sienten que Dios no las ama como antes. Esta deducción la sacan relacionándolo con aquello que les pasa. Dependiendo de ciertas circunstancias depende el Amor.
Mentira dos: Dios ama más a otros que a mí. Esta es una de las mentiras más comunes. Por lo general nace en la comparación y en el complejo. Para ser libre de esta mentira, se nos tiene que revelar que Dios es Padre. (Dar mi ejemplo, nacimiento de mis hijas)
Mentira tres: Su amor depende de mi comportamiento. Jamás Dios cambiara Su amor por mí a causa de lo que hago o lo que hice. Jamás. Esto lo demuestra 1 Juan 4:19 dice “Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero”
Aprenda esto: Si su amor dependería de nuestras acciones o pecados. Entonces esta palabra no podría ser real. Hoy lo amamos porque Él nos amó. Y cuando nos amó paso por encima de nuestras debilidades. Dios quiere perfeccionarte en ese amor.
Que Dios se enoje, no significa que no te ame. Porque Su amor es permanente. Dice Jeremías 31:3 (PDT) “Con amor eterno te he amado y por eso te sigo mostrando mi fiel amor”
Dice Isaías 43:25 “Yo, yo soy el que borro tus rebeliones por amor de mí mismo, y no me acordaré de tus pecados…”
Cuando uno comienza a sumergirse a través de la revelación de su amor, comienza a dejar la condenación, para fortalecerse en el Señor.
Esta palabra no habla que Dios está de acuerdo con que practiquemos el pecado. Esta palabra habla de una oportunidad, es decir, Dios conoce que no podes salir de una situación en particular y por amor, Él está dispuesto a darte una oportunidad de olvidarlo. Solo para que puedas desarrollar mayor conocimiento de lo que su amor es.
Esto no lo puede comprender el diablo, como Dios no te condena, sino que te abraza.
Dice 1 Pedro 4:8 “Y ante todo, tened entre vosotros ferviente amor; porque el amor cubrirá multitud de pecados”
El amor de Dios siempre oficiará de cobertura. La palabra “cubrirá” no habla de “tapar” pecados. Habla de tener la madurez para ver más allá del pecado, para restaurar el corazón. Esto es lo que hace Dios. Por supuesto que según sea el pecado, habrá disciplina, pero la disciplina doctrinal no es la misma que la disciplina del amor de Dios.
Dice Isaías 38:17 “He aquí, amargura grande me sobrevino en la paz, mas a ti agradó librar mi vida del hoyo de corrupción; porque echaste tras tus espaldas todos mis pecados.”
Otras versiones dicen que Dios uso la aflicción para cambiarla en alegría y librar de la muerte. Poniendo tras sus espaldas los pecados.
No busques lo que Dios ha puesto detrás. Porque de allí nunca más podrá salir. Al ser sumergidos en su amor, podemos entender que ninguna situación cambia lo que Dios piensa de mí.
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