Sanación emocional
1. Pasa tiempo en oración y pídele al Señor que te muestre si hay
heridas emocionales sin resolver que estén causando problemas a tu
salud. Si el Señor trae a tu mente a alguien que te ha lastimado, pide
al Espíritu Santo que te devuelva la plenitud de tus emociones
reprimidas, de modo que puedas ser liberado.
2. Después de que hayas identificado un acontecimiento
doloroso que necesita ser sanado, trata de separar esa situación de
cualquier otra cosa que te haya ocurrido. Por ejemplo, en lugar de
tratar muchos años de abuso emocional a la vez, intenta aislar una
experiencia y sigue trabajando en ese problema hasta que sea resuelto.
3. Comienza este ejercicio con mucha oración y meditación. Encuentra un
lugar donde puedas estar a solas con Dios. Asegúrate de tener
suficientes pañuelos y los materiales necesarios para escribir.
4.
Visualiza en tu mente a la persona que te hirió. Imagínate que esta
persona puede escuchar todo lo que le vas a decir. Si la persona ha
fallecido, imagínatela en el cielo de pie al lado de Jesús.
5.
Comienza escribiendo la carta con estas palabras: ¡Estoy enojado porque
me heriste! Dí a esa persona todas las formas en que te hirió con sus
acciones descuidadas e irrespetuosas. Continúa escribiendo las
siguientes palabras: Estoy enojado. Escríbelas una y otra vez. Expresa
todo tu enojo en el papel. No te preocupes por la ortografía o la
gramática. Simplemente expresa todo lo que necesita ser dicho.
6.
Después de expresar todo tu enojo, continúa con los temores que hayas
experimentado. ¿Cómo afectó tu vida esta persona? Describe cómo las
consecuencias del comportamiento descuidado de esa persona han influido
en tus relaciones hasta el presente.
7. Después de que hayas
expresado los temores o los sentimientos de culpabilidad, presta
atención a tu tristeza. Dí a esa persona lo que querías que hubiese
ocurrido pero que no sucedió. Si le estás escribiendo a tu papá, díle:
Estoy triste porque quería que tuviéramos una mejor relación. Quería que
me trataras como un hijo/a amado/a. Quería tu amor y tu apoyo.
8.
Concluye tu carta con cualquier otra cosa que quisieras decir a esa
persona, y a continuación comienza una nueva carta visualizando a la
persona que te hirió en un estado de sanación total. Imagínatela en el
cielo de pie al lado de Jesús. Imagina a esa persona llena del amor de
Dios y, debido a que está llena del amor divino, permítele que te
ofrezca disculpas.
9. Comienza tu carta de perdón diciendo: Siento
haberte herido. Tú no merecías haber sido tratado así. Lo siento. Por
favor, perdóname. Luego escribe todas las palabras amorosas que
necesitas escuchar.
10. Concluye tu carta de perdón con una oración.
Deposita a la persona que te hirió en las manos del Señor, y pídele que
te limpie de toda negatividad que hayas adquirido al aceptar el abuso
de esa persona. Entrega a esta persona al Señor, y si fuere apropiado,
pide a Jesús que rompa toda atadura perjudicial del alma.
11.
Permítele a Jesús hablarte a través de una carta final. Acepta el amor
de Dios y su perdón. Permite que el amor y el perdón del Señor fluyan en
tu corazón y lo limpien de todas las maldiciones, resentimiento y
negatividad.
12. Pídele al Señor que te muestre si hay otra cosa de
la que necesitas ser liberado. Déjate caer en los brazos del Señor y sé
libre para siempre; libre para ser el hijo de Dios que el Señor quería
que tú fueras desde un principio.
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