Los HIjos. Son una bendición,, son la esencia del hogar, y un regalo de Dios.
Herencia del Señor son los hijos, cosa de estima el fruto del vientre. Salmos 127:3.
A mi Hijo Ya Crecido.
Mis manos estaban ocupadas en el día;
No tuve bastante tiempo para jugar
Los pequeños juegos que me pediste…
No tuve bastante tiempo para ti.
Lavaba tu ropa, cosía y cocinaba;
Pero cuando me traías un libro de dibujos
Y me pedías que por favor compartiera tu disfrute,
Yo decía: Un poco más tarde, hijo.
En la noche te metía en la cama todo asegurado,
Oía tus oraciones, apagaba la luz,
Luego de puntillas caminaba con suavidad hasta la puerta…
Me hubiera gustado permanecer un minuto más.
La vida es corta, los años pasan de prisa…
Un niño pequeño crece muy rápido.
Ya no está a tu lado,
Sus preciosos secretos a confiar.
Los libros de dibujos guardados;
Ya no hay juegos que jugar.
No más besos de buenas noches, ni oraciones que escuchar
Todo eso es parte del ayer.
Mis manos, ocupadas una vez, ahora están quietas.
Los días son largos y difíciles de llenar,
Yo quisiera poder regresar y hacer,
Las pequeñas cosas que me pediste que hiciera.
Autor Desconocido.
La vida pasa volando y los hijos crecen muy rápido, pronto se van de nuestro lado, por la tanto es muy importante hacer un alto en nuestras actividades personales y darles el tiempo y la atención que ello merecen y necesitan.
No esperes que sea demasiado tarde para dedicar minutos especiales para estar
con tus hijos,, escucharlos, amarlos, bendecirlos, animarlos, jugar con ellos. Y al final de tus días podrás tener esa gran satisfacción del mayor tiempo invertido con tus hijos.
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