Cuando hablamos de insatisfacción nos encontramos que uno de los aspectos es no haber conseguido nuestros sueños. Lo cierto es que muchas veces nos encontramos con personas que nos dicen que no vamos a tener éxito y nosotros le creemos.
• Quizás tú le creíste a tu maestro que te dijo que pensaras en otra carrera para estudiar porque esa que tú querías estudiar no era para ti.
• Quizás tú le creíste a un amigo cuando le contaste que ibas a montar un negocio maravilloso y él te dijo que ese negocio no iba a dar para nada, olvídate de eso.
• Quizás tú le creíste a una amiga cuando te ibas a casar muy entusiasmada y esta te dice que te olvidarás de ser feliz porque todos los hombres son iguales y ya verás que te acordarás de mí…
Y así podemos encontrar tantos casos donde lo que buscábamos era aliento, ánimo y lo que encontramos fue desaliento. ¿Ha sido tu caso? ¿Te has encontrado con personas así?
Estas personas no podemos considerarlas “malas”, sino que ellos piensan que lo mejor que pueden hacer por una persona es ponerle los pies en la tierra. Ellos quieren protegerlas del dolor del fracaso y la derrota. Y te hablan por tu “bien” para que no te estrelles, y lo que han hecho es desinflar tus sueños.
El experto en liderazgo Bob Bielh dice: “Los sueños son como burbujas de jabón flotando cerca de rocas afiladas en un día ventoso”.
Esto me dice que los sueños son frágiles y que pueden ser derribados con mayor facilidad por nuestros amigos y familiares. Lo que otras personas digan no nos afectan tanto como cuando lo dice una persona cercana a nosotros.
En este mundo donde hay muchos pesimistas y realistas, hacen falta personas positivas y soñadoras, que crean que es posible alcanzar los sueños. Necesitamos personas que nos digan que si es posible lograrlo.
Necesitamos personas que nos digan: “yo creo en ti.” “Sigue tu pasión que los vas a lograr.” “Sigue trabajando duro”. “Estás mejorando y cada vez mejor. Sigue así.” “La economía es difícil, pero todavía tu negocio puede crecer” “las oportunidades de trabajo no son grandes pero creo que tu encontrarás el trabajo adecuado.” “Estás aprendiendo y creciendo”. “Superarás todos los obstáculos en el matrimonio”.
Leyendo la biografía de Henry Ford me encuentro que: “Henry Ford, el barón de los automóviles, tenía en su taller un pequeño tubo de ensayo que decía, “El último aliento de Tomas A. Edison”.
Edison y Ford habían sido grandes amigos. Fue Edison quien alentó a Ford en un tiempo importante en la vida de Ford. Fue Alex Dow, de Detroit quien presentó a Ford ante Edison en una convención. “Ahí esta un joven amigo” dijo “quien ha inventado un carro de gas”.
Edison quien inventó el primer carro eléctrico, invitó a Ford a su mesa. Él hizo toda clase de preguntas y cuestionamientos a Ford sobre su nuevo invento. Impresionado con las respuestas de Ford, las últimas palabras de Tomas Edison fueron “Mantelo todo!”. Y Ford lo hizo.
“Fue el punto decisivo para mi” después diría Henry Ford. “Pueden imaginarse que tan emocionado estaba. El hombre que sabía lo máximo en el mundo de la electricidad, mi ídolo de infancia, me estaba diciendo que mi carro de gas era mejor que el carro eléctrico! El fue el primero que me dio ánimos y que me dijo que mi sueño iba a funcionar!”
Ese encuentro con Tomas Edison cambio la vida de Ford. Y con el invento del Modelo-T y los ancestros en los automóviles, Henry Ford cambio mi vida y la tuya. Por solo unas palabras de aliento que impactaron el mundo como lo conocemos ahora.”
Es impresionante lo que una palabra de aliento, puede hacer grandes cosas en la vida de uno.
El apóstol Pablo nos anima en 1Tesalonicenses 5:11 “anímense los unos a los otros…” (BLS), debemos entender que nuestro llamado es a inspirar, animar, motivar, declarar vida.
Nos encanta estar rodeado de gente que nos levanten y nos hagan sentir muy bien. Y si hay alguien que te levanta y te anima ese es Dios, quizás mucha gente cercana te dijo que no podías lograr algo, pero Dios te dice hoy que cobres ánimo, que tus sueños los puedes lograr porque Él va contigo, nunca te dejará ni te abandonará.
Si estás desanimado cualquiera que sea tu situación, te recuerdo que la diferencia entre el éxito y el fracaso es de creencias.
¿Cuáles son tus creencias?
¿En quién crees?
¿Qué crees de ti?
¿Quién eres?
¿Qué dice Dios acerca de ti? Cuando tú sabes quien eres puedes alcanzar tu destino. La fe es infundida en nosotros por alguien que nos animó.
Hoy decide ser una persona de ánimo e ir tras tus sueños que lo vas a lograr, pero sobre todo, decide darle aliento, animar a las demás personas y verás como tu vida va a cambiar.
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