El amor no es teoría o palabras, sino acción. Se revela en la manera en que hablamos a las personas, cómo las tratamos y lo que hacemos o no por ellas. El amor tiene muchas facetas prácticas y puede verse de diversas maneras. Por ejemplo, el amor es paciente. Cuando las personas andan en amor, son sufridas con las debilidades y faltas de los demás. En vez de creer lo peor, el amor cree lo mejor de cada persona.
El amor no es grosero. Realmente se esfuerza por tener buenos modales, y eso es algo que necesitamos desesperadamente en la sociedad actual. El amor dedica tiempo a decir: "por favor" y "gracias". El amor dedica tiempo a escuchar realmente cuando los demás están hablando. Está interesado en los demás de manera genuina. El amor fortalece a las personas; las edifica. El amor no encuentra fallas ni critica.
Una de las facetas del amor que disfruto mucho al considerarla, es que el amor cubre multitud de pecados. El amor no expone las faltas de las personas. Realmente, más bien las cubre, a menos, por supuesto, que sea necesario que algo se exponga, y entonces el amor maneja la situación adecuadamente y con sabiduría. Muy a menudo corremos a contar cada cosa negativa que escuchamos o sabemos de alguien, pero el verdadero amor no se comporta de esa manera. El amor trata a los demás como desea ser tratado. Pregúntese: "¿Querría que alguien esparciera rumores sobre mí y fuera un chismoso, o querría que cubrieran mis faltas y oraran por mí?". Por supuesto, sabemos la respuesta, pero todavía solemos seguir la carne y hacemos lo que sabemos que no debemos.
Tenga esperanza en todo momento y camine en fe, pero sobre todo busque el amor y ande en él. Dios es amor, y, cuando andamos en amor, lo mostramos a aquellos con quienes nos contactamos.
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