El Levítico (en griego: Λευιτικός, Leyitikós, ‘acerca de los Levitas’; en hebreo: ויקרא [Vayikra], ‘y Él llamó’) es uno de los libros bíblicos del Antiguo Testamento y del Tanaj. Aunque tenga fragmentos más antiguos, hay consenso entre los estudiosos de la Biblia en que adquirió su actual forma durante el período persa, entre los siglos VI y IV A.C. Forma parte del Pentateuco, y de la Torá judía (“La Ley”). Se lo cuenta entre los libros históricos y en ambas versiones es el tercero, ubicado entre Éxodo y Números.
El libro se denomina Levítico porque se trata, en esencia, de un manual religioso para uso de los levitas, sacerdotes encargados del culto, escogidos de entre los miembros de la tribu de Leví. La tradición judeocristiana lo atribuye a la pluma del patriarca Moisés, como los demás libros del Pentateuco. Pero la concepción de autor en el Pentateuco no se entiende como entendemos hoy. Moisés puede ser autor de algunos fragmentos de Levítico, o del Pentateuco, pero no es el autor del todo. No hay un único autor, como se pensó durante mucho tiempo. Por el simple hecho que nadie puede narrar su propia muerte, en el caso de Moisés. Estos libros están compuestos por diversos autores, de diferentes contextos y épocas y su relato depende de este dato. Se acepta hoy que proviene de tradiciones o corrientes de pensamiento que son: Yahwista, Elohista, Deuteronomista y Sacerdotal.
El contenido del Levítico puede dividirse en tres partes:
- Leyes referidas a los sacrificios,
- Consagración de los sacerdotes,
- Leyes referidas a la pureza y santidad (referida a la relación con Dios y con los demás).
Sacrificio
El libro ordena preferir los sacrificios al modo antiguo, esto es, ofreciendo en holocausto ciertos animales, aceptando la oferta vegetal solo como segunda opción.
Toda la primera parte del Levítico consiste en disposiciones técnicas acerca de estos sacrificios (Lev., caps. 1-7).
Presenta tres tipos de sacrificios: el holocausto, el sacrificios de oblación y el sacrificio de comunión. Cada uno de estos tipos de sacrificio tiene un significado distinto. En el holocausto, el altar pone en contacto lo sagrado con lo profano dándole santidad a la ofrenda. La oblación recuerda que la tierra entera es pertenencia de Dios. El sacrificio de comunión (o sacrificio de paz) tiene la función de contactar lo sagrado con lo profano en el contexto de la comunidad de tal forma que los vínculos familiares puedan reforzarse.
Autoridades
Para ofrecer convenientemente los holocaustos se hacía necesaria una autoridad litúrgica que presidiera las celebraciones.
Levítico crea, pues, la clase eclesiástica hebrea, personificada en algunos de los miembros de la tribu de Leví: los sacerdotes. Aplicando órdenes de Dios, se dan estos cargos a Aarón, sus hijos y sus descendientes (8-10), designados Cohanim.
Pureza
Las leyes de pureza ocupan gran parte del resto del libro (11-16).
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