Desear conocer la voluntad de Dios no tienen que ver principalmente con nuestras circunstancias, nuestro trabajo, o con quién debemos casarnos. Dios se preocupa por tales cosas, pero si buscamos conocer solo esas respuestas, no descubriremos la parte más importante de la voluntad de Dios.
Hay cosas más profundas que Dios quiere que averigüemos sobre Él, y cuando lo hagamos, encontraremos que las respuestas que necesitamos para la vida diaria pronto se vuelven evidentes. Las siguientes son algunas de las cosas más profundas que Dios desea que sepamos sobre Él.
1. Dios desea que todos los seres humanos lleguen al conocimiento salvador de Jesucristo, y por medio de Él lo conozcan de un modo personal e íntimo.
Cuando conocemos a Dios de una manera profunda e íntima, resulta más probable que sepamos las respuestas a cuestiones como dónde debemos trabajar, con quién nos debemos casar, si debemos comprar un nuevo carro y otras cosas por el estilo.
Mientras más intimidad tengamos con alguien, más sabremos de una manera instintiva lo que ellos desean o no en una situación determinada. Lo mismo sucede cuando desarrollamos una relación más intima con Dios.
El apóstol Pablo dijo que su propósito determinado era conocer a Dios más profunda e íntimamente (véase Filipenses 3:10).
Uno podría pensar que ya que él fue inspirado por el Espíritu Santo a escribir dos terceras partes del Nuevo Testamento, debería haber conocido a Dios, y estoy segura de que así era; sin embargo, deseaba conocerlo cada vez más. ¿Es el anhelo de su corazón conocer a Dios de una manera más profunda?
Ya había sido cristiana por muchos años antes de darme cuenta de que tenía una relación muy superficial con Dios. ¡Le había pedido muchas cosas, pero nunca que me permitiera conocerlo de una manera más profunda! No debemos dejar que las cosas sean para nosotros más importantes que Dios mismo.
2. Dios desea que seamos como Jesús en todo, trabajando con el Espíritu Santo para alcanzar la madurez espiritual y el carácter de Dios (véase Romanos 8:29).
Este es un objetivo de toda la vida y uno que en lo personal encuentro emocionante e interesante. Cuando en verdad amamos a Dios, queremos hacer todo lo que Él desea, y nada de lo que no desea que hagamos. Queremos ser cada vez más como Él.
Buscar a Dios para alcanzar la madurez espiritual y la semejanza a Cristo puede ser la parte más ignorada de la voluntad de Dios. El discipulado está seriamente escaseando entre los cristianos, pero se le debe dar la más alta prioridad.
La voluntad de Dios es que lo glorifiquemos, y no podemos hacerlo si permanecemos como niños espirituales toda nuestra vida.
3. Dios desea que conozcamos su Palabra, porque esa es la única forma de conocerlo a Él con exactitud.
Su Palabra tienen el poder para transformarnos a su imagen cada vez con más gloria (véase 2 Corintios 3:18). Esta nos da a conocer su voluntad en cada ámbito de la vida.
Conocer algo siempre requiere un estudio diligente y una disposición a aprender. Lleva tiempo y esfuerzo.
Muchas personas afirman que no pueden entender la Biblia, pero pienso que es más probable que no estén dispuestas a hacer el esfuerzo que requiere conocerla.
El Espíritu Santo le revelará el significado de la Palabra de Dios a cualquiera que esté dispuesto a convertirse en un estudiante serio de la misma.
Si nos proponemos conocer la Palabra de Dios, encontraremos muchas de las respuestas que estamos buscando concernientes a la vida diaria. Una de las principales formas en que Dios nos guía es a través de su Palabra. Lo exhorto a hacer el compromiso de estudiar la Palabra de Dios con diligencia.
4. Es la voluntad de Dios que aprendamos a amarlo a Él, a amar a los demás, y a amarnos a nosotros mismos (véase Mateo 22:37–39).
Cuando le preguntaron cuál era el mandamiento más importante (la voluntad de Dios), Jesús respondió:
Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
Mateo 22:37–39
Debido a que aprender a amar a Dios, a otros y a nosotros mismos es el mandamiento más importante, constituye un tema al que debemos dedicarle una gran cantidad de tiempo de estudio. Fui una cristiana infeliz por muchos años.
Me pasé mucho tiempo buscando la ayuda de Dios y pidiéndole que me guiara en las decisiones que necesitaba hacer, pero había fallado en buscar su voluntad en lo que concernía a caminar en amor.
Era una persona muy egoísta y no me había dado cuenta de la importancia de aprender a amar verdaderamente de la forma que Dios quería que lo hiciera. Así que comencé a estudiar el amor y todos sus aspectos, y mientras más estudiaba y caminaba en este, más feliz me sentía.
5. Es la voluntad de Dios que hagamos todas las cosas con fe, ya que sin fe es imposible agradarlo (Hebreos 11:6).
El apóstol Pablo instruyó a vivir por fe de principio a fin (Romanos 1:17). En otras palabras, a hacer que su meta sea permanecer teniendo fe en todo momento. Cuando la duda toque a su puerta, responda con fe.
Cuando la duda toque a su puerta, responda con fe.
6. Es la voluntad de Dios que no alberguemos una falta de perdón hacia nadie por ningún motivo (véase Efesios 4:31–32).
Muchos cristianos buscan a Dios a diario a fin de obtener dirección con respecto a sus circunstancias, mientras que a la vez tienen resentimientos contra otros y se niegan a perdonarlos.
He descubierto que escucho a Dios con mayor claridad si mantengo mi corazón libre de ofensas. Jesús dijo que el puro de corazón verá a Dios (véase Mateo 5:8). Ellos podrán discernir con facilidad la voluntad de Dios para sus vidas.
7. ¡Es la voluntad de Dios que demos gracias por todas las cosas!
Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús. 1 Tesalonicenses 5:18
8. ¡Sirva al Señor con alegría!
La última vez que pasé un tiempo buscando con seriedad la voluntad de Dios para el resto de mi vida, Él me dijo: ¡Sé feliz, y disfruta la vida! Así que voy a mantenerme haciendo lo que hago en el ministerio y a asegurarme de ser feliz y disfrutar la jornada.
Voy a continuar siendo esposa y madre y a asegurarme de disfrutar la jornada. ¡Sirvamos a Dios con una sonrisa en nuestro rostro y hagámosle saber que Él nos proporciona alegría!
El salmista David afirma que debemos servir al Señor con alegría (Salmo 100:2).
Si ha estado buscando a Dios a fin de conocer su voluntad para su vida, le pido que considere primero si está dedicándose a estos ocho aspectos mencionados y creciendo en ellos, y si no es así, deje a un lado sus otras preguntas y ocúpese de lo que Dios ha dicho que resulta importante para Él.
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