sábado, 4 de julio de 2020

Dados

Albert Einstein sostuvo siempre que el universo responde a leyes y que a los hombres de ciencia le corresponde la apasionante tarea de formularlas.

Aunque no practicaba ninguna de las religiones establecidas creía firmemente la existencia de un principio divino.

La teoría de la relatividad y otros importantes descubrimientos en física le valieron además del premio Nobel en 1921, el respeto y la admiración universales, al punto al punto de ser considerado a la par de genios como Galileo y Newton.

Contra sus convicciones la generación de físicos que le siguió afirmó que muchos fenómenos sobre todos los atómicos están en buena medida sujetos a la probabilidad del azar.

Esa incertidumbre indignaba Einstein quien en numerosas cartas y conferencias insistió en que nada es casual en la naturaleza y así la frase citada con frecuencia “Dios no juega a los dados”

Así que el punto de hoy es: qué creen ¿Dios juega a los dados o no? Existe las casualidades, los hechos fortuitos, la llamada suerte o todo obedece a un plan maestro diseñado por el mismo Dios?

¿Puede estar Dios en las pequeñas cosas, en esos detalles de la vida cotidiana como en los grandes acontecimientos?

¿Podemos llegar a creer que Dios hizo al mundo para luego desentenderse de él?

Si pretendemos encontrar respuestas que comprometan a Dios con su participación tanto en los pequeños como en los grandes acontecimientos, debemos conocer una cualidad de su gracia: Su Providencia

La providencia de Dios esta muy estrechamente ligado a su rol como creador del universo. El concepto básico es que lo que Dios crea, Él lo sostiene, lo cuida, y lo sustenta

La providencia de Dios es uno de los rasgos más fascinantes, importantes y difíciles de la fe cristiana.

Porque aborda preguntas difíciles tales como: “¿De qué manera se relaciona el gobierno soberano de Dios con nuestras decisiones libres? ¿De qué manera se relaciona el gobierno de Dios con el mal y el sufrimiento en este mundo? Y, ¿la oración tiene alguna influencia sobre las decisiones providenciales de Dios?”.

Lo cierto es que Dios es mucho más de lo que podemos ver o conocer, es el autor de las causas primarias, y no se desentiende de las secundarias. Dios envía la lluvia, la lluvia moja la tierra, la tierra húmeda hace germinar las semilla, las plantas crecen, y dan su fruto, etc.

La mayoría de las personas no tienen un concepto de providencia. La gente dice simplemente: “El pasto está mojado porque llovió”. No profundiza, no busca la causa superior y última, no indaga. Solo ve cuadros sueltos de una película que nunca termina por comprender, por eso nunca termina de ver a Dios participando en los sucesos.

De todas maneras los propósitos de Dios como lo que él piensa, en buena medida está muy lejos de ser descubierto por nosotros, y el error que cometemos con frecuencia es pretender estudiar a Dios como un investigador estudia su muestra en un tubo de ensayo.

Nuestra mente finita no puede alcanzar ni por cerca los márgenes de lo que Dios es, piensa o hace. Pero si bien, él es Todopoderoso e ilimitado, también debemos decir que es un Dios cercano, muy cercano!

¿Cómo sabemos que Dios no juega a los dados? Porque somos muy importantes para él.

¿Y cómo lo podemos saber?

La mayor demostración del amor que Dios hizo, lo realizó en el calvario, enviando a su único Hijo a morir en una cruz por toda la humanidad. Juan 3:16

- Jesús dijo: Vengan a mí todos ustedes que están cansados y agobiados, y yo les daré descanso. (Mateo 11:28)
- “… al que a mí viene, no le echo fuera” Juan 6:37
- “El que cree en el Hijo tiene vida eterna . . .” Juan 3:36

Solo con estas palabras queda muy claro que Dios nos abre sus brazos, nos recibe y desea intervenir en nuestras vidas.

¿Podemos decir entonces que Dios es indiferente al dolor de las personas cuando él mismo ha tomado la iniciativa en salvarnos enviando nada más y nada menos que a su Hijo Jesús?

La Biblia nos enseña que:

1. Dios tiene Pensamientos de Bien sobre sus hijos. Jeremías 29:11. Dios no tiene mala intención con nadie, nada mas alto que su amor, por eso debemos renunciar a una mala conciencia que desacredite la bondad de Dios. Porque el hace mucho más a favor de nuestro de lo que nosotros podemos llegar a pensar o creer.

2. Hace que todas las cosas ayuden a bien. Romanos 8:20-30, no hay ningún evento bueno o malo que Dios no lo vaya a utilizar para nuestro provecho. Y cuando digo provecho me refiero a todo aquello que nuestra vida necesita en función de su propósito.

3. Dice el Samos 23; El Señor es mi Pastor nada me faltará, esta verdad si que abre una ventana llena de oportunidades y de provisiones que solo Dios por su gracia puede otorgar. El privilegio de aquellos que siguen al Buen Pastor cada día.

4. El compromete su compañía cada día de nuestras vidas.. Mateo 28:10. Quizás no lo sepas, pero la realidad es que Dios está más cerca de lo que crees,

5. Dios tiene completo control sobre todas las cosas.. Aún cuando las personas echen suertes, aún así, Dios estará en esa suerte.

6. Es el amén. Apocalipsis 3:14, esto significa que él está en el antes, es el durante y en el después de todas las cosas. El siempre tiene la última palabra! No las circunstancias, no la adversidad, no los problemas, Jesús tiene la última palabra!.

Así que tu vida no es una casualidad, sino una causalidad. No responde a un hecho del azar, puede que lo parezca, pero no lo es, no somos un del capricho del cosmos. Dios nos pensó, Dios nos hizo, y tiene un propósito con cada uno de nosotros.

Al fin podremos decir cómo Einstein “Dios no juega a los dados”, quien nunca pudo admitir que los fenómenos del mundo dependieran del capricho de algo comparable con un cubilete.

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