martes, 30 de abril de 2019
Imitemos
Hoy, investigaciones afirman que las mujeres ya no son mayoría en las iglesias. Ellas han sido una gran bendición en la vida de la Iglesia del Señor Jesús. A pesar del gran machismo existente en la culturas descritas en la Biblia, encontramos a grandes mujeres que tienen mucho que enseñarnos.
En homenaje a las mujeres, me gustaría destacar siete actitudes de mujeres de la Biblia que todo cristiano debería imitar.
1 – La humildad de María, madre del Señor Jesús
María fue elegida entre diversas muchachas para ser la madre del Salvador. Tal vez eso pudiera haber llevado a su corazón cierto orgullo, cierta altivez. Ella, sin embargo, dijo algo que todos necesitamos decir diariamente a Dios: “Y dijo María: «Engrandece mi alma al Señor y mi espíritu se alegra en Dios mi salvador porque ha puesto los ojos en la humildad de su esclava, por eso desde ahora todas las generaciones me llamarán bienaventurada…” (Lc 1, 46-48). La humildad de María, al ponerse en las manos de Dios y cooperar con el Señor en su gran misión, es algo realmente fascinante, que todo creyente debería imitar.
2 – La perseverancia en la oración de Ana
Ana no había tenido una vida fácil. Su marido Elcana se había aprovechado de la tradición para tener dos mujeres (1 S 1,2). Además, Ana era estéril, algo considerado como una especie de maldición en su época. Era despreciada por la otra esposa del marido y cargaba una gran tristeza en su corazón a causa de todo eso (1 S 1,6). Pero no desistió de su objetivo de tener un hijo y no se entregó a la murmuración, por el contrario, fue perseverante en la oración y pudo decir: “”Concibió Ana y llegado el tiempo dio a luz un niño a quien llamó Samuel, «porque, dijo, se lo he pedido a Yahveh” (1 S 1,20).
3 – La valentía de María Magdalena para superar el pasado
La Biblia dice que María Magdalena era una endemoniada. Jesús expulsó de ella siete demonios (Lc 8,2). No tenemos muchos detalles del pasado de esa mujer, sin embargo, ciertamente no fue un pasado que agradara a Dios. Ella, no obstante, tuvo el valor de superar su pasado negro y ser una gran sierva del Señor Jesús. Ella es mencionada siempre en compañía de los discípulos, y fue la primera en saber y creer en la resurrección de Jesucristo (Mt 28,1). Fue una mujer que mostró una superación inigualable, un verdadero retrato de transformación que Dios opera en la vida de las personas.
4 – La sabiduría de Miriam para superar las crisis
El faraón había determinado que cada egipcio tenía que matar a los niños que nacieran de judías (Ex 1,22). Esa orden puso en riesgo la vida de Moisés, que aún era bebé. Pero la estrategia de la madre de Moisés y Miriam, su hermana, le salvó la vida. No fue fácil. Miriam mostró una sabiduría grandiosa al seguir al niño que fue colocado en una cesta en el río, convenciendo a la hija del faraón de entregar al niño a su propia madre, para que cuidara de él durante algún tiempo (Ex 2,7). Ella salvó la vida de Moisés con su forma sabia de lidiar con las situaciones adversas.
5 – El temor de Dios de la prostituta Raabe
Raabe es mencionada en la Biblia como prostituta. La Biblia no esconde lo que era ella. Pero tampoco esconde el cambio que estaba ocurriendo en su corazón. En el diálogo que tuvo con los espías de Israel, que ella escondió en su casa con el objetivo de protegerlos, ella nos muestra un grandioso temor de Dios: “Al oírlo, ha desfallecido nuestro corazón y no se encuentra ya nadie con aliento en vuestra presencia, porque Yahveh vuestro Dios, es Dios arriba en los cielos y abajo en la tierra.” (Jos 2,11). Una gran confesión de temor al Señor. Considerando que Raabe vivía en medio de un pueblo pagano, la declaración de ella muestra cuán grande fue su temor. Tan grande fue su actitud frente a Dios, que formó parte de la genealogía de Jesucristo (Mt 1,5).
6 – El fervor misionero de la mujer samaritana
La mujer samaritana, como todos saben, tuvo un gran encuentro con Jesús cerca de un pozo donde fue a buscar agua (Jn 4,9). Jesús le revela los errores que ella había cometido en el pasado y el presente, y le dijo algo muy poderoso que impactó su corazón. ¿El resultado? El fervor misionero se apoderó del corazón de esa mujer, que llevó las palabras de Jesús a su pueblo, que no lo conocía: “La mujer, dejando su cántaro, corrió a la ciudad y dijo a la gente: «Venid a ver a un hombre que me ha dicho todo lo que he hecho. ¿No será el Cristo?» Salieron de la ciudad e iban donde él.”
7 – El carácter de la mujer virtuosa sin nombre de proverbios
Los últimos versículos del libro de Proverbios están dedicados a alabar el carácter de una mujer que no tiene nombre, pero que bien podría ser alguna de las grandes mujeres de Dios, que existieron y existen en nuestros tiempos. Esa mujer presenta virtudes en el cuidado de la familia, del marido, de los hijos; en la forma honesta y dedicada con la que trabaja; en el ejemplo que da al prójimo, en la forma sabia con la que vive su vida, etc. Este texto muestra un resumen de las cualidades de las mujeres de Dios y cómo éstas son importantes.
jueves, 25 de abril de 2019
Mujer virtuosa
“10 Mujer virtuosa, ¿quién la hallará? Porque su estima sobrepasa largamente a la de las piedras preciosas. 11 El corazón de su marido está en ella confiado, y no carecerá de ganancias. 12 Le da ella bien y no mal, todos los días de su vida.” Proverbios 31:10-12
Una de las claves que hacían de esta, una mujer virtuosa, eran los resultados económicos que traía a su casa. Claramente, la Biblia dice que esta mujer traía ganancias a su hogar. Definitivamente, la mujer juega un papel muy importante dentro de la familia, y en los resultados económicos; Y Dios quiere esa libertad económica para cada mujer, independientemente de su estatus civil. Por naturaleza, la mujer está orientada a las relaciones; Relación con el esposo, con los padres, con los hijos; Y, muchas veces, su vida gira alrededor de estas. Pero hay varias cosas muy importantes a tener presentes para poder tener una buena relación específicamente con las finanzas y con el dinero.
Lo primero, tu valor propio. Lo primero que dice esta escritura acerca de esta mujer es que su estima, el valor que se da a sí misma, sobrepasa al de las piedras preciosas. Algo que toda mujer necesita entender es que su definición de quién es, qué merece – que no es otra cosa que autoestima, valor propio, lo que piensas acerca de tu inteligencia, de tus logros, de tus capacidades, de ti misma – siempre va a afectar tu relación con el dinero. No hay tal cosa como tener una autoestima saludable y una pobre relación con el dinero. De la misma manera, los caballeros; Tu autoestima, la forma en que te ves, como te visualizas a ti mismo determina tus decisiones, lo que vas a hacer, cómo actúas con el dinero.
La religión, por ejemplo, ha atado a muchos, queriendo romper nuestra relación con las finanzas; Nos enseña que tenemos que ser humildes – y no hay nada malo con eso; Pero ser humilde no quiere decir que tenemos que ser pobres. Eso es una apreciación incorrecta de tu valor que se va a ver reflejada en tus finanzas. Tu valor viene de tu relación con el Señor, de conocerte a ti mismo. Puede, además, que cometas el error de invertir o gastar, sin darte cuenta que lo haces como resultado de un déficit emocional, y cuando abres tus ojos tienes las tarjetas de crédito al límite, cuando lo que necesitabas era cambiar la perspectiva de ti mismo, la manera en que te estabas viendo o que alguien te hizo ver.
Proverbios 31 comienza hablándonos de la estima de la mujer virtuosa, pero el segundo verso, nos habla inmediatamente acerca de su relación con su esposo; Y el resto del capítulo, acerca de su relación con sus criadas, con sus hijos, porque la mujer se caracteriza por sus relaciones, pero también por el cuidado de ellas y de muchas cosas. Por lo general, la mujer no quiere tener nada que ver con las finanzas; Cuida del esposo, de los padres, de los hijos y su educación, de tantas cosas, pero no quiere ni pensar en trabajar con las cuentas, con los acreedores. Si este es tu caso, tienes que cambiar tu pensamiento, porque piensas que no te relacionas con las finanzas, pero la realidad es que sí tienes una relación, una disfuncional, una que quieres hacer desde lejos, como toda relación disfuncional.
Quizás no te involucres en las fianzas porque piensas que cargarías con una responsabilidad muy grande; Es más fácil dejársela a otro. Hay sociedades que creen y enseñan que las mujeres no deben manejar las finanzas. Puede que tengas miedo a tomar decisiones financieras; Hay quienes se sienten poco capacitados, sienten que es demasiada presión. En el pasado, la mujer se quedaba en la casa; En los tiempos que vivimos, muchas se ven obligadas a trabajar por la presión económica, que exige que haya dos salarios en el hogar; Otras, lo hacen porque quieren desarrollarse. Y el beneficio es obvio: Cuando tenemos a alguien interesado, que las finanzas del hogar son una prioridad, tenemos mejores resultados. Si tú tienes una relación disfuncional con el dinero, no quieres tomar la responsabilidad, eso se resuelve como se resuelven todas las relaciones disfuncionales: Primero, tienes que reconocer tus errores. Pregúntate qué errores has cometido en tu relación con tus finanzas. Quizás no le has prestado la atención que merece, no has aprendido lo que necesitas aprender para tomar las decisiones que tienes que hacer, has tomado decisiones erróneas, lo has delegado. Tienes que aceptar y reconocer cuáles han sido tus errores en cuanto a tu relación con las finanzas. Quizás no has hecho los cálculos debidos, no tienes consciencia de cuánto tienes, cuánto gastas, cuánto te queda. Diezmar es algo que te ayuda a tener consciencia de cuánto te queda, porque te lleva a hacer el cálculo y puedes ver en qué estás usando tu dinero. Reconoce cuál fue tu error. En segundo lugar, tienes que tomar responsabilidad, la responsabilidad que te corresponde a ti, qué has hecho bien y qué no. Y lo tercero es tomar las medidas necesarias: ¿Dónde estás hoy? ¿Qué es lo que quieres alcanzar? Y, ¿qué tienes que hacer para alcanzarlo?
En la Palabra, se nos habla de una mujer que queda viuda, y los acreedores iban a llevarse a sus hijos como esclavos en pago por las deudas. El problema de esta mujer no haberse involucrado en el momento de las decisiones de su esposo, provoca que ahora que su esposo no está, ella quede responsable de algo que no sabe cómo resolver. Interesante que ella aclara que su esposo era un siervo de Dios, pero aún las personas que le sirven al Señor, toman decisiones equivocadas que pueden afectar las finanzas. Si ella quizás hubiera estado más involucrada, si quizás él le hubiera permitido, no hubieran llegado a ese punto, o como mínimo hubiera estado consciente. Pero esta mujer hizo lo que hay que hacer, toma responsabilidad, va ante el profeta, ante el hombre de Dios, actúa, y la Biblia nos muestra el milagro que ocurre en esa ocasión: El aceite se multiplica.
Quizás hoy estás en una situación similar, pasando momentos difíciles económicamente hablando. Quizás, como esa mujer, nunca habías enfrentado una situación como esa de tener que trabajar, mantener a tus hijos, y hoy estás en este momento crucial y no sabes qué hacer. El profeta dio a aquella mujer instrucciones para poder salir de la situación en que se encontraba y ver el milagro de provisión en sus vidas. Oramos que recibas esta revelación, y seas sensible a la voz del Espíritu que te da las instrucciones para que tú también veas la mano providente de Dios obrando el milagro en tu vida.
Que pedir
En cuanto a la oración de petición, hay varias preguntas que nos podemos hacer. La primera, ¿qué podemos pedir? Te van a decir: Tú no puedes pedir cosas naturales; Pide la voluntad de Dios, sabiduría; Pablo pedía que los ojos de nuestro entendimiento sean iluminados, y esa es la oración que tenemos que hacer. Pero, en la Biblia, hay peticiones de toda clase; Por fertilidad, por ganar una guerra, por maná, por que se abra el mar, por perdón. Puedes pedir de todo; No hay una categoría exenta. Por supuesto, tenemos que saber pedir; Pero no hay tal cosa como que puedas pedir salvación, y no una casa o libertad económica. No hay tal cosa como que es más honorable pedir sanidad, que favor y gracia para cuando tú envíes tu currículum, para un nuevo trabajo; Una petición no es más grande que otra. En la Palabra, vemos peticiones increíbles. El profeta sale a construir casa con los profetas, y dice la Biblia que el hacha de uno de ellos cae en el río, y el hombre se desespera porque era prestada; Va donde el profeta para que resuelva el problema, y el profeta tira un palo y hace que el hacha flote. Dios permite al profeta usar su poder para que un hierro flote, para construir una casa. Si fuera hoy, algún religioso cuestionaría por qué no dar dinero a los necesitados, y para qué construir. Y, muy seguramente, quien cuestiona esto no ha dado un plato de comida ni ha hecho nada por ayudar a nadie; Pero siempre es más fácil criticar. La Biblia lo que nos muestra con esto es que el poder de Dios no lo podemos limitar a un área particular, a una parte de tu vida, porque cancelas la plenitud de lo que Dios quiere que tú experimentes. El Dios al que tú le pides salvación, es el mismo que puede traer sanidad, paz, provisión. ¿Qué puedes pedir? No hay categoría excluida; Hay múltiples cosas que puedes pedir.
Segundo, ¿por qué razón tenemos que pedir? Si Dios sabe tus necesidades, ¿por qué tener que pedir? PorqueDios no se deja llevar por lo obvio. Jesús le preguntó al ciego si quería recibir la vista; Lo normal es que quiera, pero ¡qué sabes tú! Quizás tenía un hijo y prefería la sanidad de su hijo. La fe no se mueve por lo obvio; Hay que dirigirla; Por eso, tienes que pedir. No todo el mundo quiere una casa, unas vacaciones; Tú tienes que saber qué es lo que tú quieres, para que, el día que estés ante alguien que tenga acceso, te lo pueda dar; Pero, si no sabes, no puedes un día decir: Yo quería tal cosa; Porque nunca lo dijiste. No es obvio que quieras un nuevo carro; Hay gente que no le importa, y si se los dan, lo reciben, pero si les hubieran dado otra cosa, hubieran sido más felices, porque era lo que ellos querían. Si tú no sabes lo que quieres, ¿cuál es tu inspiración, tu aspiración; para dónde vas? Tú tienes que estar claro; No te puedes dejar llevar por lo obvio. Dios no se va a dejar llevar por lo obvio; Dios se deja llevar por tu fe, y tu fe es clara, precisa; Tu fe tiene que pedir porque no es por lo obvio. Además, Dios sabe tus necesidades, pero tu fe no está en si Dios sabe tus necesidades, sino en si tú sabes las provisiones que Él tiene para tu vida; Pides, no por tus necesidades, sino porque sabes las provisiones que Él tiene. Cuando tú comienzas en el Señor, tienes tantas necesidades, que necesitas tu fe; Pero llega un día que no la necesitas; Ya la experiencia te ha enseñado a trabajar, tu fe te ha llevado a poner la máquina a correr, has logrado suplir tus necesidades, y hay muchas cosas que puedes hacer sin tener fe, porque has aprendido a través de la vida; El aprendizaje fue primero por la fe, pero ahora tu fe te necesita. ¿Por qué? Porque, como ahora no necesitas de la fe, tu fe necesita que tú creas por algo. Quizás tú no necesitas una casa más, pero tu fe necesita creer por algo; Quizás tú no necesitas un trabajo nuevo o un auto nuevo, pero tu fe necesita creer por algo. Si dijeras hoy que tienes todo, pudiera ser verdad, y quizás no activarías tu fe, pero morirías, porque el justo por la fe vivirá. Lo que le agrada a Dios de tu vida es tu fe; Si está inactiva, no estás agradando a Dios. Por supuesto, te juzgan, porque cuando tú tienes cierto nivel, preguntan por qué tú estás aspirando a más, si ya tú tienes lo que ellos quieren; Pero es sencillo: Porque tu fe necesita creer por algo; De lo contrario, te mueres. Cuando tu fe alcanza lo que aspiraba, tú no puedes vivir por lo que alcanzaste; Tú vives por lo que estás creyendo. Hay que creer; Tu fe necesita que tú creas.
Tercero, ¿por qué tú necesitas pedir? Porque, cuando tú pides, demuestras dependencia de Dios. El que no pide, dice: Todo lo puedo hacer por mí mismo. Si no le pides un trabajo a Dios, estás diciendo: El trabajo lo puedo obtener por mí mismo. Todo lo que tú pides, es para demostrar tu dependencia de Dios. Tú no eres autosuficiente; Y tu petición es un acto de humildad: Señor, si voy a lograr esto, es porque tú me lo vas a dar; Este trabajo, es porque tú me lo vas a dar; Vengo a pedírtelo a ti, Señor; Me he preparado, tengo mi currículum, pero te pido a ti que me lo entregues, que tú me lo des; Yo dependo de ti. De manera tal, que cuando lo obtengas, tú le puedas decir a todos: Esto me lo dio Dios; No es por el trabajo; Fue Dios; Este carro, este trabajo, me los dio Dios; No fueron los estudios; Se lo pedí a Dios, y Él me lo entregó. Que todo lo que tú tengas, sea para la gloria de Dios.
“¿De dónde vienen las guerras y los pleitos entre vosotros? ¿No es de vuestras pasiones, las cuales combaten en vuestros miembros? 2 Codiciáis, y no tenéis; matáis y ardéis de envidia, y no podéis alcanzar; combatís y lucháis, pero no tenéis lo que deseáis, porque no pedís. 3 Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites.” Santiago 4:1-3
¿Qué es lo que acaba la codicia y la envidia? El que tú te atrevas a pedir. ¿Qué le pasó al hijo mayor de la parábola del hijo prodigo? El hijo mayor se quedó en la casa, no se fue; El hijo menor se atrevió a pedir; Le dijo al papá: Dame mi herencia. Y el papá, sabiendo que la iba a botar, se la dio porque se atrevió a pedir. Se fue y la desperdició, y cuando regresó, el papá le dio más. El hijo mayor se molestó, no quiso ir a la fiesta y le dijo al papá: Él lo ha botado todo, y yo que siempre te he servido, no me has dado nada. Y el papá le dijo: Lo único que tenías que hacer era pedírmelo; Es más, todo es tuyo: Coge lo que te dé la gana. “Nunca me has dado ni un becerrito”; Todo lo mío es tuyo, le dijo el papá. Tú estás aquí peleando; Abre el corral, y coge el que quieres. Y eso es lo que hace la diferencia en tu vida: Que tú te atrevas a pedir.
miércoles, 3 de abril de 2019
Adoración
“19 hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones;” Efesios 5:19
Pablo nos habla de cuatro cosas que pueden ser parte de tu momento de adoración. Un cántico espiritual se da cuando fluyes en el Espíritu; Es la espontaneidad del corazón de expresar lo que siente por Dios en forma de una canción que no se conocía. Los himnos son letras en las que tú adoras la grandeza de Dios; Te sales del centro, y te enfocas en Él. Los salmos eran cánticos ya autorizados en las Escrituras, que el pueblo los cantaba de generación en generación; Expresiones de júbilo por las victorias que Dios les había dado. Y cuando dice cantando y alabando, se refiere a bendiciones. Es cuando celebramos a Dios por liberarnos; A diferencia de los himnos, tienen otro concepto sublime, otra experiencia; El enfoque es la grandeza de Dios.
El pueblo de Israel sabía adorar a Dios con todo su ser. Y, en el Antiguo Testamento, hay dos conceptos que nos muestran el corazón con que se debe adorar. El primero, el Shema, que se pasa de generación en generación, y se refiere a la declaración esencial de la fe.
“4 Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es. 5 Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas. 6 Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; 7 y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes. 8 Y las atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos; 9 y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas.” Deuteronomio 6:4-9
La instrucción aquí, el Shema es decir “Jehová nuestro Dios, Jehová uno es”, repetidamente, y “te tengo que amar con todo mi corazón”; Era decirlo todos los días, dondequiera que vayas, decirle a Dios “Tú eres mi Dios; Uno solo es mi Dios”; Esa era la declaración esencial de la fe judía. El judío se amarra una cajita en la mano y se la pone en la frente; En esa cajita tiene los versos bíblicos. Parecerá locura, pero lo hacen porque la Biblia dice, literalmente, que hay que amarrarse la Palabra en la mano y ponérsela en la frente; Y ellos se amarran al Muro de los Lamentos, declarando las bendiciones y moviéndose porque Dios dijo que, cuando lo hagas, tienes que estar involucrado completamente. Tu mente tiene que estar en esto; Tus manos, tu cuerpo tienen que estar activos. Algunos se duermen cuando oran porque oran a las 11:00 pm acostados, con el aire acondicionado prendido; En esas condiciones, nadie puede orar más de diez minutos. Tienes que concentrarte en con quién estás hablando; Eso es el Shema, tu declaración de fe, para decirle a tu mente y al mundo entero, en quién tú crees.
“28 Acercándose uno de los escribas, que los había oído disputar, y sabía que les había respondido bien, le preguntó: ¿Cuál es el primer mandamiento de todos? 29 Jesús le respondió: El primer mandamiento de todos es: Oye, Israel; el Señor nuestro Dios, el Señor uno es. 30 Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento.” Marcos 12:28-31
Jesús no podía declarar que era judío, si no se sabía esto. Pero él añadió algo más al Shema, y le dijo al escriba: Tú que quieres saber tanto el primero, te voy a dar el segundo:
“31 Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que éstos.” Marcos 12:31
En otras palabras: En el primero, no hay discusión; Pero hay un nivel más grande: Amarás a tu prójimo como a ti mismo; No hay mandamiento mayor que estos. La fe judío-cristiana se resume en estos dos. Tú tienes que aprender a amar a Dios, saber al Dios que le sirves, declararlo y profesarlo; Y, cuando vayas a la oración, comienza de esa manera. Tú no puedes ir a orar ni a adorar, si no sabes a quién te diriges; Él es tu Dios, y Él es uno; Esto es esencial. Lo escribas trataban de hacer que el Señor se equivocara y pusiera otro Shema, otra esencia a la fe; Y Jesús dice: No; Sigue siendo: Jehová, mi Dios, es uno.
El segundo concepto de lo que es el momento de adoración es el Amidah, 18 bendiciones que el pueblo tenía que saber y estar consciente de ellas, cada vez que se presentaban ante de Dios; Eran 18 palabras de sabiduría y conocimiento. Todo el que vaya a adorar, tiene que saber que Dios lo libró de algo, que libertó a su familia, que Él es quien provee. El Padre Nuestro, cumple con todas estas. “Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad…” Era una versión corta del Amidah judío; Cuando tú ibas a adorar a Dios, tenías que recordar todas las cosas que Él había hecho por ti como proveedor, libertador. En un Amidah, ellos declaraban: Bendito tú Señor, Dios nuestro – que es otra versión del Shema, expresión que lo primero que dice es: Tú eres mi Dios. Cristo empezó: Padre nuestro… Eso es: Tú eres mi Dios. Salmos 23 empieza con: Jehová es mi Pastor. Lo esencial en el momento de adorar, primero, es declarar quién es Dios para tu vida; Pero la oración completa es parte de ese proceso: “Bendito tú, Dios de nuestros padres, Dios de Abraham, Dios de Isaac y de Jacob. Dios fuerte y poderoso, temible, Dios altísimo, dispensador de buenas misericordias, creador de todo y recuerdas las misericordias de nuestros padres y traes redentor para los hijos de sus hijos para loor de Su nombre en amor, Rey que auxilias, Rey que salvas y defiendes, bendito tu, Señor, escudo de Abraham, aprovisionas a los vivos con amor, das vida a los muertos con misericordia abundante, Tú eres fuerte, Tú das vida a los muertos, Tú eres Señor, grande en salvación, sostienes a los caídos, curas a los enfermos y liberas a los cautivos.” Poderosa declaración. Cuando vas a orar, a adorar a Dios, tienes que estar claro que estás orando con el único Dios, el que salva, el que ha tenido misericordia a través de las generaciones, Dios de Abraham, Isaac y Jacob. La idea de estas dos cosas era mantener al pueblo en el corazón correcto en su relación con Dios.
Cuando tú entiendes estos dos conceptos, entiendes el concepto de la adoración, y tu corazón y tu vida cambian.
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