viernes, 1 de marzo de 2019

Entrañas

Jeremías 4:19“¡Mis entrañas, mis entrañas! Me duelen las fibras de mi corazón; mi corazón se agita dentro de mí; no callaré; porque sonido de trompeta has oído, oh alma mía, pregón de guerra.”
El joven se llama Jeremías, según los eruditos tenía aproximadamente 20 años de edad cuando recibe su llamado a profetizar sobre su nación.Era el año 627 A.C. y él sirvió al Señor en una época parecida a la nuestra ahora en Venezuela, en la historia de Israel, la muerte del Rey Salomón, considerada una de las épocas más difícil en su historia,en la cual se registra una decadencia moral y política que termina en un exilio a Babilonia dirigidos por Nabucodonosor.A Jeremías le tocó vivir todo esto, pero se armó del poder de Dios y profetizó sin decir lo que los demás querían escuchar, casi abandonando su llamado.
A través de su ejercicio profético fue uno de los pocos que cambió su mundo contemporáneo, al igual que José, Juan Knox, Juan Calvino, hombres apasionados y entregados que afectaron la atmósfera social de una nación. Dios ha usado a sus hijos para cambiar el mundo, así como Dios los ha usado hoy te quiere usar a ti para cambiar a historia de Venezuela en el nombre de Jesús.
Nos preguntamos qué tipo de creyentes necesita Venezuela, cuál debe ser la marca del hombre de Dios en suelo venezolano, este hombre ha de vivir en la presencia de Dios.En el capítulo 1 de Jeremías se nos narra cómo fue el llamado de Jeremías, era un chico acomplejado, no creía que Dios lo podía usar, pero cuando es llamado es sincero diciendo “yo soy un niño, ¿Por qué pones tu mirada en mí?”… se creía incapaz.
Pero estando en la presencia de Dios, Él le da la palabra, cuando estamos en su presencia nos da su palabra, y Jeremías recibió la palabra que afirmó su llamado, y Dios nos dice hoy lo mismo no digamos que somos inexpertos, no digamos que no somos capaces porque donde quiera que Dios nos envíe debemos ir, hemos sido llamados a romper con las tinieblas que se han manifestado en esta nación, nos ha puesto en Venezuela para sembrar la semilla del Señor, Él quiere que cambiemos la historia de nuestra nación en el nombre de Jesús.
Venezuela necesita hombres y mujeres que amen la presencia de Dios, su presencia nos lleva al arrepentimiento, Venezuela en medio de su oscuridad verá el amanecer del Señor en nombre del Padre, del Hijo y el Espíritu Santo. Los hombres y mujeres que producirán una reforma en Venezuela serán personas hambrientas de la presencia de Dios,
Hambre y sed de Dios es lo que tenía Jeremías, no es solo caminar y vivir en los caminos de días, sino caminar en integridad, dice la palabra que el que camina en integridad anda confiado, no le teme a nada, la limpieza del corazón es una marca de los hijos de Dios, son aquellos cuyas motivaciones y deseos son controlados por el Espíritu Santo de Dios, si tu vida no es un mensaje, tu mensaje no tiene vida, si vamos a cambar esta sociedad es necesario caminar en integridad, no es negociables.
El cristiano representa el imperio más poderoso que hay en la tierra, estamos llamados a extender este imperio, estamos llamados para evangelizar nuestra nación, mientras haya violencia, corrupción, falta de amor, solidaridad, tolerancia e idolatría en nuestro país ¡No callemos!
Así era el clamor de Jeremías por la nación de Judá, ¿Le duele Venezuela? Respóndalo muy dentro de su corazón, Dios está reservando un ejército de hombre y mujeres que están su presencia, que viven en integridad y les duele Venezuela, si eres uno no seas indiferente y ruega al Padre que te use para cambiar nuestro país.

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