Isaías 51:10-16 “¿No eres tú el que secó el mar, las aguas del gran abismo; el que transformó en camino las profundidades del mar para que pasaran los redimidos? Ciertamente volverán los redimidos de Jehová; volverán a Sion cantando, y gozo perpetuo habrá sobre sus cabezas; tendrán gozo y alegría, y el dolor y el gemido huirán. Yo, yo soy vuestro consolador. ¿Quién eres tú para que tengas temor del hombre, que es mortal, y del hijo de hombre, que es como heno? Y ya te has olvidado de Jehová tu Hacedor, que extendió los cielos y fundó la tierra; y todo el día temiste continuamente del furor del que aflige, cuando se disponía para destruir. ¿Pero en dónde está el furor del que aflige? El preso agobiado será libertado pronto; no morirá en la mazmorra, ni le faltará su pan. Porque yo Jehová, que agito el mar y hago rugir sus ondas, soy tu Dios, cuyo nombre es Jehová de los ejércitos. Y en tu boca he puesto mis palabras, y con la sombra de mi mano te cubrí, extendiendo los cielos y echando los cimientos de la tierra, y diciendo a Sion: Pueblo mío eres tú.”
Esta palabra comienza con una pregunta acerca de Dios ¿No eres tú el que secó el mar, las aguas del gran abismo; el que transformó en camino las profundidades del mar para que pasaran los redimidos? Y aquí viene Dios con su respuesta, en esta respuesta vamos a reflexionar. Primeramente hay palabras claves como redimido, redimir es liberar a alguien de un sufrimiento o castigo, es adquirir o recuperar algo que se había perdido, es rescatar, librar, restituir; un redimido es una persona que ha sido objeto de alguna de esas acciones, que ha sido rescatado o liberado. Alguna o incluso todas estas acciones ha hecho Dios en tu vida, y lo seguirá haciendo, puedes decir: Soy un redimido de Dios, estaba perdido, me buscó y me libertó.
No puede haber redimido sin la obra de un redentor. Él redentor es salvador, libertador y es el que tiene el poder y la autoridad para redimir, porque tienes a Cristo Jesús como tu redentor por excelencia, es que Él puede hacer por ti todas las cosas. ¿Qué es más grande? ¿El milagro o quién hace el milagro? No sé que necesitas pero debes venir al que hace el milagro, pues es lo más grande, si buscas solo un milagro puede ocurrir o puedes entristecerte porque no ocurrió nada pero Él quiere hacer algo más grande, quiere hacerte el redimido, quiere ser tu redentor.
Dice el pasaje que volverán los redimidos, que volverán a Sión. Sión con el tiempo pasó de ser la ciudad de David a ser la ciudad donde construyeron el templo, siendo un símbolo de lo que era la nación de Israel, porque todos en su adoración decían que en esa ciudad, allí estaba Dios, y Sión comenzó a convertirse en un símbolo muy poderoso de la fe en aquel tiempo, y dice la Palabra que se le comenzó a decir hijos e hijas de Sión, refiriéndose a que Dios estaba con ellos.
Estos hijos eran los que habían sido llevados al cautiverio, los que habían tenido aflicción, tal como hoy estamos en nuestro país donde cada quien lleva un sufrimiento particular. Pero hoy Dios te dice que Él es Dios, que Él hizo pasar un pueblo a través de lo que era un gran mar en seco, y que hizo todas las cosas por ellos y los redimió, que te da una sombra tan especial que es sombra y cimiento a la vez, es decir, que toda la gracia de Dios está sobre su pueblo cuando pone su palma, y esta es una promesa para los que creen, si buscas un milagro, el primer milagro se llama perdón y salvación.
Si estás enfermo, el Señor te quiere sanar, pero primero quiere que te acerques a Él ¿Necesitas a Cristo como tu salvador personal? Su salvación es un milagro, dile ahora: Señor Jesús, hoy me acerco a ti sabiendo que tu puedes redimir, que puedes perdonarme, libertarme, sacarme del hoyo en el que estoy, reconozco que soy pecador, que no puedo cambiar nada de lo que soy ni he hecho, y te pido que lo hagas tu, hoy te acepto como mi Señor y Salvador, entra en mi vida y lléname con tu Espíritu Santo, ¡Amén!
No hay comentarios:
Publicar un comentario