En la parábola del buen samaritano (Lc 10:30-37) que Jesús utiliza para contestarle a aquel "interprete" que confiando en su sabiduría quería hacerle caer en una trampa dialéctica aunque cabe aclarar que en la actualidad hay muchos que se dedican al mismo "oficio u profesión" que podría llamarlo, sin animo de ofender "abogado o licenciado en Teologías" -aclaro para no confundir, que estos seudos estudiosos de religiones no son lo mismo que ser teólogo cristiano pues el objetivo y el concepto son diferente-.
Pero analicemos esta parábola y todo lo que nos transmite esta Palabra Rhema a nuestra vida cristiana y a la que yo he dividido en 5 enseñanzas destacadas:
1.- En primer lugar se trata de una parábola profética porque representa el amor y la misericordia de la nueva iglesia que estaba por venir (Ap. 12:13-17) -integrada mayoritariamente por gentiles- por los presos, cautivos, desvalidos y pobres algo que el pueblo elegido había perdido demostrándolo en el trato al que sometieron a Jesucristo (Hch 4:27; 5:28).
2.- En segundo lugar y de mucha importancia de destacar es que Jesucristo no aclara de que procedencia era el hombre, profesión u oficio, si era bueno o malo, ni sus inclinaciones o gustos sino que simplemente descendía por el camino, dejando de lado toda posible puerta abierta de discriminación por parte humana pero a la misma cerrándola para todos aquellos que desean agradar a Dios.
3.- En tercer lugar los ladrones que atacan a la persona para robarle, matarle y destruirle representan al único ser espiritual de maldad que realiza y posee la tendencia a realizar esas cosas (Jn 10:10) y a sus acólitos -aunque esta demás la aclaración todos ya saben que me refiero a Satanás y sus demonios-.
4-Por otra parte Jesús destaca el descenso del hombre de la ciudad protegida de Dios hacia una ciudad insegura como lo era Jerico. No solo aquí podríamos referirnos a todos aquellos que se apartan del camino de Dios por una u otra excusa o causa, abandonando su protección sino que también da lugar ha aludir a la naturaleza caída de todos los hombres la cual -como he explicado anteriormente- se cumple indefectiblemente en aquel primer día en que todos aprendemos a diferenciar lo bueno de lo malo y nos volcamos a aceptar a convivir con la maldad cayendo de la gracia o lo que es lo mismo bajando de nuestra Jerusalem a Jerico igualandonos a todos los hombres a nuestra condición caída.
5.- Por último para ser una buena persona es necesario no vivir de apariencias que solo mantienen una vaso vacío por dentro. Podemos adornarnos con títulos, profesiones o sabiduría como el caso de los sacerdotes (religiosos) y levitas (profesionales y oficios) pero eso no debe quitarnos la sencillez de ver a los demás como iguales. Lo mejor y mas aconsejable es dejar de hacer eso y obedecer el mandato de Jesús de comportarnos de igual manera que aquel samaritano.
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