viernes, 12 de junio de 2015
Ir por más
Luego de cuarenta años dando vueltas en el desierto, el pueblo de Israel se encontraba frente a la tierra prometida. Dios había hecho grandes cosas con el pueblo de Israel, cosas poderosas; sin embargo, aun en aquel momento, la mentalidad de esclavitud todavía permeaba en ellos.
Cuando estudiamos la historia, vemos que, en medio de Egipto, Dios tenía un lugar para su pueblo llamado Gosén. Allí puso a setenta personas, y de allí salieron dos millones y medio de personas. Cuando había obscuridad en el resto de Egipto, en Gosén había luz; el granizo no caía en Gosén; allí todo prosperaba. Así que, aunque el pueblo estaba dentro de aquel lugar que había sido separado para ellos, todavía allí crearon una conciencia de esclavitud, al punto de que, estando ya frente a la tierra prometida, querían volver a Egipto. Seguramente, deseaban volver atrás porque lo que pensaban era en regresar a Gosén.
Gosén no era un mal lugar, pero era un lugar de transición. Tú no puedes quedarte en Gosén.
Gosén era un espacio de tierra que Dios separó, en medio de Egipto, y puso allí su mano. Era un lugar de protección donde el pueblo de Israel experimentaba la bendición de Dios. Lo que pasaba en Egipto, no tocaba al pueblo de Israel. Pero el pueblo tenía que salir de Gosén, tenía que salir trabajar, siendo esclavo, luchando y batallando; y el pueblo se acostumbró a aquel estilo de vida. Aquello era vivir en dos aguas: Eran esclavos durante el día, pero regresaban a Gosén, y allí tenían lo que necesitaban, tenían comodidad y la protección de Dios.
Gosén no es malo, pero Gosén no es lo mejor de Dios para ti, no es todo lo que Él tiene para tu vida, no es lo que Dios te ha prometido, no es la tierra prometida. Gosén es el lugar de protección, no es malo, pero no es todo lo que Dios ha preparado para ti.
Tiene que haber un momento en que entiendas que Gosén es un espacio, un periodo de transición. Tienes que ir por más. Hay cosas más grandes, cosas más poderosas que Dios tiene para tu vida.
Hay personas para quienes la iglesia es su Gosén. Van a la iglesia y allí Dios empieza a cambiar sus vidas y su manera de pensar, pero salen a trabajar en la semana y se acostumbran a lo mismo, al mismo patrón, a la misma situación, y lo que hacen es acomodarse, quedarse estancados, en vez de poseer todo lo que Dios tiene para sus vidas.
Muchos se encuentran en un aparente estado de tranquilidad, y quizás todo está bien, pero la pregunta es si es eso todo lo que Dios tiene para ti, o si Dios tiene algo más grande y más poderoso para tu vida.
Tienes que llegar a un punto en el que digas: Tiene que haber algo más, esta no puede ser mi única meta, mi único logro. No dejes que lo que Dios te ha dado sea tu Gosén y te quedes estancado. Ve por lo mejor que Dios te ha dado, por las uvas de la tierra prometida. Ve y persigue todo lo que Dios te ha prometido, todo lo que Él ha dicho que vas a alcanzar.
Puede que ya hayas logrado mucho, pero no te conformes. Entiende que hay algo más grande. Tienes que conquistar. ¿Estás bien en donde estás? Sí. Pero tienes que ir por más.
Si consultas**
Si le consultas a Dios para tomar una decisión y Dios no ha dado una respuesta a tu vida, NO TOMES NINGUNA DECISIÓN, el silencio de Dios nunca será un SI, el silencio de Dios es un ESPERA, si el tiempo pasa y Dios no te responde, entonces es más fácil interpretar ese silencio como un NO en lugar de un SI, porque si algo va a beneficiarte y será de bendición para tu vida, Dios no tardará en dar una respuesta positiva, pero también pueda que en ese momento en el que estás consultando a Dios no estés preparado para afrontar esa decisión y con el silencio de Dios y el transcurrir del tiempo el Señor te ayudará a prepararte para afrontar la decisión que Él quiere que tomes. Ahora bien, si le consultas a Dios y Él te responde con un NO, tienes que entenderlo y aceptarlo, los NO de Dios son definitivos.
La gran mayoría de nosotros a pesar que Dios nos responde con un NO a veces insistimos, esperando que Dios cambie de opinión. A este punto de la historia, los NO de Dios deberían ser suficientes para comprender que Dios no quiere que tomemos esa decisión por lo cual no deberíamos insistir en algo que está contra la voluntad de Dios.
Hoy te invito a llevar delante de Dios esas decisiones que estás a punto de tomar, pero que sobre todo te sometas a su voluntad rindiendo la tuya a sus pies, reconociendo que no quieres hacer lo que bien te parece sino lo que Dios quiere que hagas y entonces, ten la total seguridad que te ira bien en todo lo que emprendas.
¡Confía tus decisiones a Dios y todo te saldrá bien!
“El Señor dice: «Te guiaré por el mejor sendero para tu vida; te aconsejaré y velaré por ti.”
Salmos 32:8
“Pon todo lo que hagas en manos del Señor, y tus planes tendrán éxito.”
Proverbios 16:3
jueves, 11 de junio de 2015
Raíces espirituales
Las adicciones, ya sean drogas, alcohol, música rock, gratificaciones personales, pornografía, perfeccionismo o negativismo, generalmente se manifiestan como el deseo de escapar a diversas circunstancias.
El doctor Archibald Hart, profesional cristiano, escribe: Todas las adicciones tienen una raíz espiritual. El ser humano es rebelde y egoísta por naturaleza: desea reconocimiento y satisfacción. La adicción es un reflejo directo de nuestra atadura interna a este pecado de rebelión. La sanidad no es completa hasta que no se haya cortado con esta atadura.
Las adicciones no solamente tienen causas espirituales, sino consecuencias espirituales. Hay muchas maneras en que las adicciones pueden ser destructivas espiritualmente. Hay formas, por ejemplo, de idolatría espiritual que crean adicción. Consumen energía y llaman la atención. Crean una barrera entre el adicto y Dios, impiden la obediencia a Dios y, finalmente, perpetúan el pecado.
Muchas veces la persona es llevada a la adicción debido al abuso del que fue víctima en la niñez. Por ejemplo: violación, rechazo, una mala imagen de sí mismo, falta de perdón, culpa o aflicción. Si en la herencia familiar existen comportamientos de este tipo, hay que tomarlo en cuenta y lidiar con él. Pídale al Espíritu Santo que le muestre la raíz que causa la adicción, ya sea suya o de la persona por quien usted está orando, y busque la sanidad y la liberación en esa área.
Este puede ser un camino largo y difícil. Las adicciones no siempre se rompen instantáneamente, como en aquel caso de la mujer drogodependiente y alcohólica que mencionáramos. Los adictos, a veces, pueden luchar bastante tiempo antes de sobreponerse a sus compulsiones. El consejo y la ayuda de grupos cristianos colaboran en parte. La victoria se logra en oración, en disposición para aceptar la ayuda de otros y, esencialmente, en experimentar la confianza precisa en la misericordia de Dios. Si deseamos ser libres, podremos romper las ataduras de la adicción por el poder de la sangre de Jesús y andando en su Espíritu.
miércoles, 10 de junio de 2015
El pueblo de Israel
El pueblo de Israel, un pueblo que ya había visto la mano de Dios obrar a su favor, estaba llorando toda la noche, deseando morir en el desierto o volver a Egipto, teniendo la tierra prometida de frente.
El problema está en que la gente no entiende por qué Dios hace cosas. Dios hace cosas en y con tu vida, no porque lo importante sean las cosas que él hace a tu favor, sino para que vean quién es el que camina contigo. Cada vez que hay incremento en tu vida, lo que debe asegurarte es que hay alguien que va contigo y te respalda. El mundo y todo el que te rodea tiene que ver quién es el que va contigo.
En Josué 2, podemos ver la declaración de Rahab a los espías: Tenemos miedo porque hemos escuchado lo que Dios ha hecho por ustedes. Anteriormente, Dios había secado las aguas del río Jordán para el pueblo de Israel. La importancia no estaba en que el río se secó, sino en que todo el mundo supiera quién las secó. La importancia está en que el mundo sepa que el Dios Todopoderoso es el que secó el río Jordán para tu vida. Esto provoca miedo a los enemigos, pero a ti te debe provocar fe. El problema es que, cuando Dios hace milagros como esos, los damos por sentado, como que Dios lo tenía que hacer.
No te quedes con la vieja experiencia que Dios te dio. Muévete al próximo nivel porque Él te lo ha prometido.
La gente que cambia el mundo son aquellos que piensan que lo posible es para ellos. Todos los cristianos creemos que la sanidad, la prosperidad de Dios es posible, pero son pocos los que creen que sea posible en sus vidas. ¿Crees que es posible salir de los problemas en que estás viviendo y alcanzar cosas mayores? Pues ten fe de que estas cosas no tan solo son posibles, sino que son posibles para ti. Es posible para ti cambiar, prosperar y poseer la tierra prometida.
Lo primero que tienes que romper es todo aquello que te ha detenido de creer que esa tierra, casa, carro que Dios te ha prometido, la puedes poseer. Recuerda que no se trata de ti, sino que, como Dios va contigo, es posible para ti.
domingo, 7 de junio de 2015
Oración
Mateo 28:20 "enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén".
Te damos gracias Señor, tu palabra nunca vuelve vacía, porque por medio de ella nos has hablado, muchos han recibido fortaleza porque escrito está, porque de tal manera amaste al mundo que enviaste a Jesús para que todo aquel que crea en ti no se pierda sino que tenga vida eterna. Gracias por hace provisión, gracias por obrar, y en esta hora presento a todos aquellos que desde algún lugar en el mundo hace esta oración desde un hospital, desde su trabajo, desde ese apartamento vacío, desde donde sea; alguien en esta hora tengo la seguridad que está siendo bendecido, nos escondemos en tus manos para ser protegido, y si es el caso de alguien que al pronunciarse el nombre de Jesús desate vidas encadenadas a una enfermedad, libere vidas económicamente en quiebra, fortalezca a matrimonios que están a punto de separarse, que cada clamor y sufrimiento sea cambiado por el gozo que hay en Jesucristo. Señor aumenta su fe, aumenta su paciencia, pero sobre todo aumenta su confianza en ti. Te lo pido en el nombre de Jesús.
Propósito
Si alguien diera consejos sobre cómo cambiar a un marido, seguramente se formaría una cola de esposas. Bueno, pues Pedro nos dio un consejo inspirado por el Espíritu Santo sobre la mejor manera en que una esposa puede influir en su marido y cambiarlo. El único motivo por el que no se prueba y se practica más es que no es el consejo que muchas mujeres quieren oír.
Esto se debe a que 1 Pedro 3 se centra en el llamado a una esposa para que se convierta en una mujer que complace a Dios, y por medio de la cual Él puede cambiar a su esposo. Esto no quiere decir que los maridos tengan una vida muy cómoda, porque Dios también les reserva algunos desafíos importantes. Pero aquí el énfasis recae sobre el carácter de la esposa.
Me parece escuchar a una esposa que ya ha padecido mucho decir: «¡Amén! Llevo años intentando cambiar a mi esposo, y no me ha funcionado nada». Por eso Dios dice: «Si me permites trabajar en ti, también me encargaré de tu esposo».
Es cierto que una mujer que evidencia un espíritu piadoso, afable, es preciosa a los ojos de Dios. Pero Él también la hará hermosa a los ojos de su marido. Cuando Dios se pone a trabajar en el espíritu interno de una esposa con su maletín de maquillaje divino, puede volverla tan fascinante y atractiva para su marido que éste deje de pensar en ella como solía hacerlo antes, y para que no la vea como solía verla.
Esto no es una garantía absoluta de que el marido de toda mujer piadosa será salvo, o que encarrilará su vida cristiana y empezará a asumir el liderazgo espiritual en su hogar. Puede tardar años, o en algunos casos es posible que el marido nunca entienda la situación. Pero la conducta piadosa de las esposas sigue teniendo un valor asombroso para Dios.
No hay soluciones automáticas, pero la fórmula que encontramos al leer 1 Pedro 3 (la transformación interna de la esposa a manos de Dios) ha sido una de las más eficaces que he visto para el cambio en matrimonios. Y lo mágico de este tipo de belleza es que no se desvanece ni se marchita con el tiempo, como la belleza física, de modo que haya que ocultar su gloria decreciente tras lociones, cremas y capas de cosméticos. De hecho, la verdadera belleza interior se vuelve más atractiva con el paso de los años.
Señoras, seguramente su belleza externa jugó un papel en la conquista de su esposo, porque los hombres reaccionan ante lo que ven. Pero lo que le cambiará será la belleza interna que posea usted. Me dirá: «Pero es que mi marido no aprecia la belleza interior». No tiene por qué. Su ornamento espiritual es precioso para Dios, y cuando Dios lo vea hará lo que usted no puede hacer, y obrará en las áreas a las que usted no llega. Se pondrá a obrar en su marido.
Ahora bien, si tiene la sensación de que solo es usted la persona que tiene que conformarse a la gloria de Cristo, permítame concederle un modelo y un ejemplo a seguir, que espero que le anime.
Para ello debemos retroceder a la primera frase de 1 Pedro 3, donde leemos: «Asimismo, vosotras, mujeres, estad sujetas…» Lo he guardado hasta ahora porque este pasaje está repleto de verdades espirituales que pueden transformar su vida. Esta frase nos hace preguntar: «asimismo» (de la misma manera), ¿qué? Bueno, pues en este caso es una referencia al ejemplo de Jesucristo:
«Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas; el cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca; quien cuando le maldecían, no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino encomendaba la causa al que juzga justamente; quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero» (1 P. 2:21-24a).
Del mismo modo que Jesús tuvo que confiar en Dios en una mala circunstancia, muchas esposas deben confiar en Él en una situación adversa. Jesús no pagó a sus acusadores con la misma moneda de palabras degradantes y desdeñosas. Se entregó a Dios y siguió su voluntad, aunque ésta significara pasar por la cruz.
La reacción santa de Jesús frente al sufrimiento, ¿produjo algún cambio en otros? ¡Produjo el mayor cambio de toda la historia humana! Jesús no tenía faltas ni pecados propios que pudieran inquietarle. Pero incluso siendo el Hijo de Dios sin pecado, la respuesta de Jesús a su sufrimiento fue soportarlo con paciencia, permitiendo que Dios hiciera su obra completa.
Señoras, es posible que algunas se hayan casado con hombres que no se hayan sometido a Dios o a su mandamiento de amarlas como sus protectores, proveedores y pastores. Esa situación es difícil, sobre todo cuando se las llama a someterse a ellos.
No pretendo decir que su situación tenga una solución fácil, sugiriendo por medio de este pasaje que lo único que debe hacer es confiar en Dios como «el que juzga justamente», y quedarse ahí. No, todo lo contrario, permita que la confianza se traduzca en acciones. Que su fe se manifieste en sus pies. Quiero animarla a hacerlo, y luego ver lo que hará Dios.
Como Jesús aceptó la voluntad de Dios en todas las situaciones de su vida, Dios tomó su sufrimiento y lo convirtió en un propósito, además de una gran alegría. También le dio honra y gran estima. Puede hacer lo mismo con usted, si opta por humillarse y someterse a su marido, adornándose con la dulzura seductora de un espíritu afable.
Tomado del libro Solo para esposas por Tony Evans.
jueves, 4 de junio de 2015
AMOR DE PAREJA
Jesús, Tu que naciste y te criaste en una familia llena de amor y de paz, Tu que fuiste testigo del amor que unió a María y San José, Tu quien eres nuestro único y verdadero Dios, escucha mi plegaria. Hoy Quiero poner en tus manos el amor que me une a mi pareja. Tu sabes cuán importante ha sido para mí el haber podido compartir mi vida a su lado. Cada minuto, cada día, cada mes transcurrido ha sido una oportunidad para crecer, ha sido una oportunidad para renunciar a mis actitudes individualistas y abrirme enteramente a su amor. Te pido Señor que nos ayudes a seguir juntos todos los días de nuestra vida. Que no haya circunstancia, que no haya dolor, que no haya adversidad que nos haga renunciar a este proyecto que has puesto en nuestras manos. Que este hogar sea un espacio de oración, que este hogar sea un santuario levantado en tu nombre y para tu gloria. Que no haya espacio para el pesimismo, para el no se puede. Todo lo podemos en tí Señor que nos fortaleces, todo lo podemos en tí que eres un Señor bueno y misericordioso; todo Señor es posible para el que ama, todo es posible para el que abre su corazón a tus maravillas. Gracias Jesús, gracias Señor, gracias bendito Dios. Alabado sea tu nombre por siempre.
Si en el pasado cometí algún error que haya ocasionado heridas a su corazón, te pido le ayudes a sanar esas heridas y me propongo, hoy y siempre, a hacer todo lo que esté a mi alcance para recuperar el tiempo perdido y resarcir el mal que le haya ocasionado. De la misma manera, danos salud, danos los recursos necesarios, y danos el tiempo para compartir juntos y disfrutar de tu compañía. Desde hoy para siempre. Que tu sangre y tú Espíritu Santo sellen esta relación y la haga inmune a las asechanzas del maligno. Todo esto te le pido a tí que eres mi Dios y me amas, amen.
Temor?
Uno de los pueblos que habitaba la tierra prometida era el heteo. Los heteos eran gente que, donde ellos habitaban, no había paz. La Biblia nos relata que Esaú se casó con dos mujeres heteas y vivió con amargura de espíritu. Los heteos te hacen pagar caro por tu descanso. Vemos cómo Abraham compró a un heteo el pedazo de tierra donde iba a descansar su esposa Sara y éste le cobró de más. El rey David, se acostó con una mujer hetea y, desde ese día, hubo discordia, división y problemas en su vida y la de su familia.
Teológicamente, los heteos son asociados con el terror. El terror te hace vivir paralizado, no puedes moverte hacia adelante, sino que te hace huir, retroceder. Los heteos vienen de la tribu “Heth”, que significa, aquello que desbarata, que provoca resistencia.
En la Biblia, podemos ver a Pedro que, cuando vio a Cristo se atrevió a salir de la barca y comenzó a caminar sobre las aguas, pero, cuando se vio en medio de las aguas tempestuosas, se fijó en el problema, le entró el terror y comenzó a hundirse.
¿Cuándo llega el terror a la vida de una persona impidiéndole entrar a la tierra prometida?
El temor es infundido por la religión. El legalismo, la tradición ha causado que el pueblo se detenga ante las promesas de Dios a sus vidas. En Colosenses 2:8, en adelante, Pablo dice que no quiere que estemos atados a filosofías huecas que te hacen sentir que no estés completo en Cristo. El legalismo te dice que nunca estás completo en Cristo, que te hace falta algo porque nunca es suficiente lo que haces.
En estos versos, Pablo nos habla de 3 pensamientos que nos hacen conscientes de la naturaleza humana más que la naturaleza de Cristo:
- No hagas – Siempre han enseñado a no hacer, pero no ensenan qué se debe hacer. No hacer dinero, porque la raíz de todos los males es el amor al dinero. Pero, no enseñan qué hacer con el dinero que recibes, porque la realidad es que no se puede vivir sin dinero.
- Misticismo – La religión te lleva solamente a lo místico. Gente que, hasta para orar hay que estar en trance, todo es guerra espiritual para lograr entrar a la presencia de Dios. Muchos se paralizan porque no han recibido estas experiencias místicas.
- Ascetismo – es la conciencia de que, para vivir bien para Dios, para ser un buen cristiano, hay que sufrir. No es tu sufrimiento lo que te hace más espiritual, sino el sufrimiento de Cristo. Cuando entiendes que Él sufrió por nosotros, eso te hace libre. Muchos no poseen y no prosperan por el miedo a no saber si es la voluntad de Dios que vivan en una buena casa, que tengan un buen carro. Tu sufrimiento no le trae gloria a Dios, solo el de su Hijo unigénito en la cruz el Calvario, sufrimiento que fue un espectáculo contra el enemigo.
Lo que sí le trae gloria a Dios, es cómo te mueves en medio de ese sufrimiento.
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