lunes, 21 de julio de 2014

Fortaleza


Por historia hemos conocido que la arqueología de las ciudades del tiempo antiguo eran famosas por sus grandes construcciones, admiradas por las fortalezas en sus columnas y muros, mientras más resguardada presentaba en su arqueología simbolizaba poder y autoridad, y también con el propósito de presentar una tenaz defensa contra el enemigo


Muchas veces o unas más que otras hemos pasado momentos difíciles donde nuestro nombre ha sido burlado, y en nuestra naturaleza humana, adámica(carnal) hemos buscado mecanismos de defensa y mostrar autoridad ante una ofensa, esto es el orgullo, resentimiento, el rencor, la falta de perdón. Creemos que nos hacemos más valientes y fuerte, mientras más endurezcamos nuestro corazón (de rencor) contra nuestro prójimo. 
Cierta vez estaba muy ofendido, resentido contra mi prójimo, que ni prójimo se daba cuenta, cierta vez lo rechace delante de todos, el orgullo nos lleva a jactarnos de nuestra propia justicia, pero la Palabra de Dios nos dice que la justicia de Dios no opera en un corazón de amargura. (Santiago 1:19-20) 
Mientras endurezcamos nuestro corazón, el orgullo produce más y más raíces de amargura, aunque tu prójimo ni se da cuenta, nos vamos envenenando de estos lazos de amargura. 
¿Que decía el salmista David?
SALMOS 73:21 Se llenó de amargura mi alma, Y en mi corazón sentía punzadas. V.22.-Tan torpe era yo, que no entendía; Era como una bestia delante de ti. 
Mientras más cerremos el corazón de orgullo, de falta de perdón, el enemigo vulnerara más y más nuestro corazón, nuestras emociones llevándonos a consecuencias que lamentar. El pecado nos lleva a la torpeza, las raíces de amargura no es más que una fortaleza del enemigo para esclavizarnos.

No conozco tu corazón hermano, pero Papa Dios si conoce y está dispuesto a perdonarte, a consolarte, a vendar tus heridas si derramas tu corazón a Él. 
El Señor me hizo conocer mi corazón, me llevaba a la reflexión que mejor es buscar la justicia de Dios que aferrarme a mi propia justicia, creemos que el Señor es injusto ¿porque pensamos así? porque no nos hemos despojado del argumento de orgullo. El orgullo es un argumento, es una fortaleza de satanás que nos lleva a murmurar siempre..¿Porque a mí? ¿Porque se meten conmigo? ¿Porque no se meten con el otro? y muchas veces nos llevara a murmurar contra el Señor... ¿porque no haces algo?
No amado hermanito(a) así no debemos pensar, la Palabra de Dios nos dice que la altivez (orgullo) se levanta, se opone contra el conocimiento de Dios (2da Corintios 10:5), es decir que el argumento de altivez, de orgullo nos impedirá tener la luz de Dios, la gracia de Dios para salir de esta situación que nos aflige. 

No es lo mismo soportar las aflicciones, que vivir..((..en..)) Aflicción. Soportar humanamente es imposible, pero con el conocimiento (Palabra) de Dios, con su gracia sabiduría y poder si podremos soportar las aflicciones de este mundo, de toda hueste de maldad. Juan 16:33; Efesios 6:11-17

Cuando ignoramos, rechazamos a que la justicia de Dios opere en nuestras vidas, levantaremos fortalezas en nuestro, más tenaz que una ciudad fuerte.
Proverbios 18:19.- El hermano ofendido es más tenaz que una ciudad fuerte, Y las contiendas de los hermanos son como cerrojos de alcázar.

Hay situaciones donde las raíces de amargura son mas profundas que otras, aunque hayamos pedido perdón a Dios y el nos haya perdonado, muchas veces el enemigo buscara recordar tu pasado con dolor llevándote a la amargura, lo quiero compartirte que habrá momentos donde tendremos que seguir despojándonos con la Palabra en el nombre de Jesús esos dardos que buscan afligirnos, y uno se pregunta , Señor pero ya te pedí perdón, ¿ porque aún me cuesta ? es verdad, pero no hemos medido las consecuencias de lo que hemos sembrado en nuestro corazón. Me ha pasado a mí, a cualquiera, donde he rogado misericordia y el Señor no me ha desamparado, le he pedido perdón por tal rencor hacia mi prójimo, hasta que un día tuvo que romperse toda raíz y fui sano, liberado. Amado hermanito(a) el orgullo solo nos llevara a sembrar corrupción porque de la carne cosecharemos, y mientras dure las raíces se fortalecen en nuestra mente y corazón, nos llevara a huir.

Te animo que reflexiones y medites en tu corazón la "" justicia de Dios "" la cual es libertad, perdón, misericordia. debemos renunciar a todo argumento de altivez/orgullo que nos lleva a comportarnos como los intocables como si fueras mejores que nuestro prójimo, no es así, todo bajo el control de Dios y todas las cosas nos ayudan para bien si buscamos amar a Dios. Si nos cuesta perdona confesemos, si aún nos cuesta más, confesemos, declaremos la iniquidad de nuestro pecado (orgullo, rencor, deseos de venganza ) confesemos buscando la misericordia de Dios que quite el fruto de pecado de nuestro corazón, orando sin cesar hasta que venga tiempos de refrigerio en nuestra vida, refúgiate en esta promesa redentora del Señor.

PRINCIPIOS PARA UNA RESTAURACION

Efesios 4:31: Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia. 

Isaías 30:18: Por tanto, Jehová esperará para tener piedad de vosotros, y por tanto, será exaltado teniendo de vosotros misericordia; porque Jehová es Dios justo; bienaventurados todos los que confían en él. 
El Señor no se ha movido, somos nosotros quien nos alejamos de El, el nos espera con piedad para exaltarse en nuestra vida con poder y misericordia.

1 Juan 1:9: Si CONFESAMOS nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad. 

Santiago 5:16: CONFESAOS vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros

Proverbios 4:23: Sobre toda cosa GUARDADA, guarda tu corazón; Porque de él mana la vida. 

Isaias 43:18 No os acordéis de las cosas pasadas, ni traigáis a memoria las cosas antiguas. 43:19 He aquí que yo hago cosa nueva; pronto saldrá a luz; ¿no la conoceréis? Otra vez abriré camino en el desierto, y ríos en la soledad. 

Juan 15:10: Si guardareis mis mandamientos, PERMANECERÉIS en mi amor; así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor. 

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