A través de la Biblia, la actitud de Dios sobre el sexo es muy clara. Dios ha reservado el sexo para el matrimonio y sólo para el matrimonio. No porque Él quiera que seamos miserables, sino porque quiere proteger nuestros corazones. Quiere construir una base segura para nosotros, para que cuando nos casemos, la intimidad se pueda basar en la seguridad del amor y sabiduría de Dios.
Cuando confiamos en Jesucristo, Él nos da un nuevo amor y un nuevo poder día tras día. Aquí es donde la intimidad que estamos buscando te satisface. Dios nos da amor irrenunciable, sin parar a través de los años y de los tiempos cambiantes. Su amor puede unir a dos personas estando Él en el centro de esa unión. En una relación de noviazgo, al crecer juntos, no sólo espiritual, social, mental y emocionalmente, puedes tener una relación honesta, cariñosa e íntima es satisfactoria y ¡excitante! Y cuando la relación culmina en matrimonio, la unión sexual sólo realza la base en que ha sido construida.
Tú puedes recibir a Cristo ahora mismo por fe a través de la oración. Orar es hablar con Dios. Dios conoce tu corazón. La siguiente es una sugerencia de una oración: “Señor Jesucristo, te necesito. Gracias por morir en la cruz por mis pecados. Te abro la puerta de mi vida y Te recibo como mi Salvador y Señor. Gracias por perdonar mis pecados y darme vida eterna. Toma el control de mi vida y hazme la persona que Tú quieres que sea.”
¿Expresa esta oración el deseo de tu corazón? Si lo expresa, haz esta oración ahora mismo. Pon tu fe en Cristo y resultará que Él entrará en tu vida como Él lo prometió. Con esto empezará una relación de por vida con Él, que crecerá y será más íntima entre más lo conozcas mejor. Y con Él en el centro de tu vida tomará toda una nueva dimensión — la espiritual — con más armonía y gozo en todas nuestras relaciones.
Cuando confiamos en Jesucristo, Él nos da un nuevo amor y un nuevo poder día tras día. Aquí es donde la intimidad que estamos buscando te satisface. Dios nos da amor irrenunciable, sin parar a través de los años y de los tiempos cambiantes. Su amor puede unir a dos personas estando Él en el centro de esa unión. En una relación de noviazgo, al crecer juntos, no sólo espiritual, social, mental y emocionalmente, puedes tener una relación honesta, cariñosa e íntima es satisfactoria y ¡excitante! Y cuando la relación culmina en matrimonio, la unión sexual sólo realza la base en que ha sido construida.
Tú puedes recibir a Cristo ahora mismo por fe a través de la oración. Orar es hablar con Dios. Dios conoce tu corazón. La siguiente es una sugerencia de una oración: “Señor Jesucristo, te necesito. Gracias por morir en la cruz por mis pecados. Te abro la puerta de mi vida y Te recibo como mi Salvador y Señor. Gracias por perdonar mis pecados y darme vida eterna. Toma el control de mi vida y hazme la persona que Tú quieres que sea.”
¿Expresa esta oración el deseo de tu corazón? Si lo expresa, haz esta oración ahora mismo. Pon tu fe en Cristo y resultará que Él entrará en tu vida como Él lo prometió. Con esto empezará una relación de por vida con Él, que crecerá y será más íntima entre más lo conozcas mejor. Y con Él en el centro de tu vida tomará toda una nueva dimensión — la espiritual — con más armonía y gozo en todas nuestras relaciones.
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