martes, 9 de agosto de 2011

La incompatibilidad en el matrimonio

Somos tan diferentes; no nos entendemos!
Muchos matrimonios se quejan de haberse casado con la persona equivocada. Se sienten tan diferentes que piensan que son incompatibles. Sin embargo cuando se conocieron se sintieron fuertemente atraídos y por esa razón tuvieron un noviazgo, y decidieron unir sus vidas en matrimonio.
Entonces porque después de unos años y en algunos casos meses, sienten que son demasiado diferentes, que piensan diferente en casi todo y que no pueden ponerse de acuerdo en casi nada.
La verdad es que lo normal es que sean muy diferentes, esencialmente en su temperamento. Eso fue justamente lo que los atrajo; porque en el área de los temperamentos, ocurre lo mismo que la ley de la Física, que dice que polos opuestos se atraen y polos iguales se repelen.
Normalmente los matrimonios se componen de un temperamento colérico y el otro con temperamento flemático, o uno con temperamento sanguíneo y el otro con temperamento melancólico. Es muy raro ver matrimonios con temperamentos iguales o parecidos. No se atraen!
Los temperamentos en el matrimonio son normalmente muy diferentes, por lo tanto piensan muy diferente; pero eso no los hace incompatibles, los hace complementarios. El diseño de Dios como creador del matrimonio es justamente que fueran complementarios, o sea que las fortalezas de uno, ayude a las debilidades del otro y viceversa.
Por ejemplo, un temperamento colérico es muy activo y muy capaz, pero necesita un complemento flemático que le ayude a tranquilizarse; o un temperamento sanguíneo alegre y desordenado, necesita un complemento melancólico que le ayude a ordenarse y controlar su efusividad. Se complementan!
Es muy importante que ambos cónyuges entiendan que es normal que sean diferentes. Tienen que aprender a ver la conveniencia de ser diferentes y la necesidad de tomarse en cuenta mutuamente. Eso los convierte en un equipo. Si ese equipo acciona aprovechando el hecho de ser complementarios, probablemente van a lograr tener mucho éxito en el desarrollo de su matrimonio y su familia.
Todo temperamento tiene defectos y debilidades y la única forma de controlar esas debilidades es con crecimiento espiritual. Una vida más espiritual, nos da la capacidad de ser más tolerantes, más suaves en las relaciones, nos da la capacidad de soportar las debilidades y aprovechar las fortalezas.
Gal 5:22 Más el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe y dominio propio.

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