lunes, 13 de mayo de 2019

Pedid

Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá.  Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.  ¿Qué hombre hay de vosotros, que si su hijo le pide pan, le dará una piedra?  ¿O si le pide un pescado, le dará una serpiente?  Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?  Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque esto es la ley y los profetas.”  Mateo 7:7-12 
Muchas veces, tenemos que pedir múltiples veces, no porque Dios no haya oído la primera vez, sino que a veces, tú no has creído de la primera.  Y no lo puedes dejar simplemente como que pediste, a ver qué Dios dice, a ver qué pasa; Tienes que perseverar en tu petición.  Hay, además, diferentes vehículos o métodos en los que recibimos respuesta, porque también hay diferentes maneras en las que pedimos.  Para hacer tu petición, tú pidesllamastocas la puerta.  No digas que estás pidiendo que Dios te dé un trabajo, si no has envías el currículum; Enviarlo es una forma de pedir.  Tienes que enviarlo, llamarbuscar, presentarte en el trabajo, ir allí; Todo eso es parte de la perseverancia y de la utilización de los diferentes vehículos.  Si te sientas en tu casa y dices “voy a pedir trabajo”, puede ser que te llamen a tu casa, Dios lo puede hacer, de eso no hay duda; Pero no siempre va a pasar así, hay que llamar.  Hay varios métodos; Hay que perseverar, hay que pedir, hay que llamar.  ¿No te llamaron?  Pues ve y toca la puerta, porque hay diferentes vehículos, y respuestas a tu vida, a tu petición.  Adicional, tus peticiones necesitan acciones correspondientes a lo que estás pidiendo.  No pidas una casa, si no vas a salir a buscarla.  Son acciones correspondientes.  ¿Estás buscando trabajo?  Tienes que escribir el currículum, tienes que enviarlo, tienes que ir a tocar la puerta.  ¿Tienes negocio?  Tienes que levantarte y trabajar.  El negocio no va a prosperar tú quedándote en tu casa; Haz lo que tienes que hacer.  Toda petición requiere acciones correspondientes.  
Tu petición es efectiva de acuerdo a la condición de tu corazón.  Pide, busca, y vas a hallar; Pide, llama, toca, y se te abrirá; Estos versos son parte de un largo mensaje que predicó Jesús.  Es curioso que él dice que el que busca, halla; al que llama, se le va a abrir, porque qué hombre daría a su hijo algo malo, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos?  Y después dice: Recuerda, haz por otros, lo que tú quieres que yo haga por ti; Condicionando el pedir y buscar a una condición del corazón.  Mateo 5 al 7, es un mensaje completo de Jesús, donde él está organizando el corazón y las intenciones del hombre.  Jesús está hablando de cómo tratar con el prójimo, cuál debe ser nuestra relación con Dios.  Es un mensaje de transformación; No puedes seguir pidiendo como pedías en el mundo; Esto no funciona simplemente porque tú pides, sino porque tu corazón está en el lugar correcto.  No debes pedirle nada a Dios, que no estés dispuesto a entregárselo, si Él algún día te lo pide.  Todo lo que tienes, es prestado.  Tu corazón tiene que ser correcto.  Lo que Dios te dé, tú tienes que estar dispuesto a entregárselo, si Él te lo pide; Tiene que estar en el orden divino; Si no, no funciona, no da resultado.  Así que, cuando te habla de pedir, buscar, llamar, tienes que verlo en el contexto de una transformación de corazón.  La Biblia diceque Dios te va a dar los deseos de tu corazón; Hay dos maneras de ver esos versos, tú puedes pensar que Dios te va a dar el deseo tuyo de tener un celular, pero eso no es lo que dice; Dice que Dios te va a dar el deseo.  Dios te va a dar cosas nuevas que desear; Porque cuando tú eres transformado, de las primeras cosas que cambian, son tus deseos.  Lo que querías antes, no es lo que te apasiona; Tu deseo es otro.  Dios te da el deseo del corazón.  Un corazón transformado es un corazón con nuevos deseos. 
Ese mismo verso te demuestra que la manera de pedir, llamar, buscar, tocar, tiene mucho que ver con tu relación con tu Padre celestial.  “Si vosotros siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, cuánto más vuestro Padre que esté en los cielos.”  La razón por la cual muchos no piden es porque no ven el valor que tienen para Dios.  Todavía no te crees valioso, importante para Dios.  El mundo nos menosprecia tanto que no nos creemos importantes para Dios.  El mundo te señala, te condena, te juzga tanto.  Hay tantas cosas que hacemos en nuestra vida que nos devalúan; Malas decisiones del pasado que marcan nuestra vida, nuestra historia, nuestro ayer, que hacen que la gente nos vea menos, y eso lo proyectamos en nosotros, y cuando vamos a orar y a pedirle a Dios, llevamos nuestra baja autoestima a nuestra petición.  Tú nunca podrás pedirle correctamente a Dios, si tú no entiendes que él es tu Papá, y que Él te ama por encima de todas las cosas.  No todo el mundo te va a apreciar o amar; pero Dios te ama.  Cuando tú le vas a pedir a Él, es a tu papá que te quiere, te ama, y quiere lo mejor para ti.  Hasta que tú no te creas valioso para Dios, lo que tú vas a estar pidiendo es migaja, miseria, problemas.  
Hay quienes te señalan, te hacen sentir que tú vales menos, y piensas que lo que debes esperar de la vida es ese trato.  Tú estás pidiendo basado en lo que tú crees que tú vales para Dios, no basado en lo que Él te quiere dar ni en lo que Él te puede dar ni en lo que Él desea hacer por ti o contigo.  Tú estás pidiendo basado en tú percepción y en lo que tú piensas que tú vales para Él.  Y Él te dice: Si tú sabes dar buenas dádivas, y tú no eres tan bueno como yo, ¿por qué no te atreves a pedirme?  ¿Por qué no te atreves a pedirme algo bueno, algo más grande, algo mejor?  ¿No te lo podré yo dar?  ¿Por qué tienes que pensar lo peor?  El mundo se ha encargado de devaluarte, para que tú le pidas menos a Dios; El mundo te hace sentir mal, tu familia te señala que eres ambicioso, te condenan, te critican, y te han hecho sentir mal solo para que tú no le pidas a Dios.  Pero atrévete a pedirle a Dios porque Él es tu Padre, porque Él te ama, te quiere, y quiere lo mejor para ti.  Atrévete a acercarte a Él, y creerle por algo grande y maravilloso.  Y cuando te acerques a Él, hazlo confiadamente, diciendo: Señor, gracias porque tu amor es infinito para mi vida. 
Tú vales más para Dios de lo que tú piensas; Eres más valioso para Él de lo que tú jamás habías pensado. 

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