“Hoy estoy completamente recuperado de la adicción sexual”. Por lo menos eso es lo que muchos quisieran oír. Quieren oír que la adicción sexual ya desapareció y que ahora estoy bien y curado. Eso no es una realidad. No solo no es real sino que no es nada saludable decir, creer o perpetuar la idea de que eso de acabó. La realidad es que soy un adicto sexual en recuperación pero de cualquier manera soy un adicto sexual. Es probable que usted prefiera que yo diga que estoy ya recuperado, en tiempo pasado, ya que es más confortable decir eso, pero yo no creo que eso es lo que usted necesita que yo diga. Lo que usted necesita que le diga es la verdad. La verdad es que yo cada día peleó con mi manera de pensar y actuar con esa madeja que se encuentra dentro de mi cerebro. Lo que usted necesita oír es que cada día batallo por ser el hombre que Dios se propuso que yo fuera. Eso es lo que usted necesita oír y eso es justamente lo que necesito decir.
Yo creo que esto es lo que usted necesita oír porque hemos caído dentro de una extraña manera de pensar. Si usted lo que quiere oír es que estoy 100 % recuperado y que nunca más tendré que tratar con la adicción otra vez, eso es una tontería. Eso sería como decir que “Hoy estoy 100 % curado del pecado en mi vida. Que soy un pecador totalmente recuperado y por lo tanto nunca tendré que tratar con el pecado”. Se que usted no quiere oírme decir eso porque simplemente sería algo ridículo.
Si yo admito ante usted que no soy perfecto y que de hecho cada día tengo que pelear y batallar, entonces usted puede entender que no solo usted se ha sentido de la misma manera, si no que esta bien para ti admitirlo. Es bueno para ti admitir las batallas diarias que tienes en tu vida. No solo es bueno sino que es saludable. Saludable porque llegando a estos términos con realidad nos permitiremos a nosotros ser ayudados por aquellos quienes nos rodean.
Nosotros no necesitamos más pastores que se paren en el púlpito y nos hablen de las batallas que tuvieron hace 10 años. No necesitamos más líderes que nos digan como manejaron ellos alguna adicción hace cinco años o cómo mintieron cuando eran niños. Necesitamos pastores y líderes reales. Necesitamos que sean honestos, porque si ellos no son honestos, cómo podemos nosotros ser honestos?. Si ellos no están tratando con la realidad cómo podemos nosotros tratar con nuestra realidad? Por qué deberíamos sentirnos seguros de hablar acerca de nuestras turbaciones si no oímos a alguien más haciéndolo?
Yo no me siento orgulloso de ser un adicto en recuperación. Yo no disfruto hablando de esto. Algunos pueden pensar que así es cuando hablo acerca de mi recuperación. La razón por lo que hago esto es para que usted entienda que lo mejor para ti es ser honesto. Me hago un tonto a mi mismo públicamente porque puede ser que usted lo entienda en su vida y no espere hasta que su vida haga una implosión, una explosión, se desintegre, se evapore o simplemente se vuelva un desorden. Eso sucederá si usted no es honesto consigo mismo. Yo rehúso ser parte de un sistema de pensamiento o palabra que perpetua el aislamiento entre nosotros y Dios. Yo fui parte de ese sistema. Lo perdí todo por eso. No quiero que usted haga lo mismo.
Lo que necesitamos son hombres, mujeres, pastores y líderes que se pongan firmes y sean honestos con ellos mismos y con otros. No simplemente por el “venir a ser limpios”. No se trata de eso. No se trata de una declaración. Se trata de un estilo de vida donde podamos ayudarnos unos a otros y con coraje enfrentar la realidad y saber que podemos ser aquello para lo cual fuimos creados dejando de pretender ser algo mas.
En medio de la batalla usted no debería solo dar consejos acerca de algo particular en la batalla que usted ha peleado cuando usted fue más joven y pretender que actualmente usted no ha estado en batalla. Usted debería tomar su rifle y pelear hombro a hombro. Tomar su rifle y seguir en la pelea.
En medio de la batalla usted no debería solo dar consejos acerca de algo particular en la batalla que usted ha peleado cuando usted fue más joven y pretender que actualmente usted no ha estado en batalla. Usted debería tomar su rifle y pelear hombro a hombro. Tomar su rifle y seguir en la pelea.
Pelear al enfrentar la realidad de su vida y ayudar a otros con la realidad de sus vidas. Esa es la iglesia. Sucia por fuera pero limpia por dentro gracias a Cristo. En otras palabras admitiendo lo que somos porque Cristo nos ha hecho nuevos.
La iglesia no es limpia por fuera y llena de obscenidad adentro. Pretendiendo ser perfecta cuando en realidad estamos llenos de inmundicia por dentro.
Nuevamente repito…No soy perfecto. Hoy hay pecado y toda clase de malicia en mi corazón. Soy un pecador en recuperación y un adicto en restauración. Hoy no estoy “bien”, pero hoy puedo decir que: “ Por la gracia de Dios soy lo que soy”. Y esa gracia hacía mi no fue ni será desperdiciada. Te digo que puedes decir y hacer lo mismo. Dios es fiel con cualquier cosa que le damos a él. Démosle la verdad y veamos lo que él hace con eso.
Robert Vander Meer
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