Efesios 6:12 "Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes".
No es una guerra contra nuestro cónyuge, es contra los espíritus de maldad que habitan en él, el enemigo siempre quiere ponernos en contra de nuestro esposo porque sabe que como dice en mateo 18:19 "si dos de vosotros se ponen de acuerdo sobre cualquier cosa que pidan aquí en la tierra, les será hecho por mi Padre que está en los cielos"
Sabe que un matrimonio unido en Dios es muy poderoso a nivel espiritual, por eso siempre busca dividirnos y hacernos pensar que es nuestro cónyuge el malo, Dios nos hizo buenos a su imagen y semejanza, tengamos presente que se nos ha encomendado la tarea de edificar con sabiduría, con amor con ternura, y que las batallas se ganan orando, no quejándose ni criticando al otro.
No se rindan, no cedan perseveren en el desafío que hemos asumido, "Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres; sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís" colosenses 3:23.
Aun si parece que no lo merece recordemos ese sacrificio inmerecido que por gracia recibimos a través de Jesús, seamos más como Jesús dando sin esperar nada a cambio, solo por el simple hecho de amar y de retribuir en los otros ese acto de amor consumado en la cruz.
Bendiciones y mucha fortaleza mujeres valientes y esforzadas.
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